Una demora de quince minutos en la salida pero que nadie recriminó. Arovechábamos para saludar a los compañeros, dialogar sobre objetivos y otros aspectos extra-deportivos tan agradecidos como necesarios. Tras la cuenta atrás, una auténtica caravana de ciclistas invadía la población de Arenys de Munt para prolongar nuestras pedaladas hasta el primer ascenso en el que el pelotón fue rompiéndose en función de posibilidades y objetivos. El puerto de Collsacreu fue el lugar donde se empezó a resituar la marcha y que a lo largo de los kilómetros se estiraba para hacer del pelotón la habitual “serpiente multicolor” .
Los paisajes que regalaban las montañas del Montnegre – Corredor hacían más llevadera la marcha. El hecho de recortar el ascenso a Santa Fe del Montseny hizo que el ritmo de la cicloturista fuera algo más alegre de lo que era de preveer aunque el regalo de la organización para salvar la incidencia hizo sufrir a las piernas de más de uno, con unos repechones durísimos que se cobraron alguna víctima.
Las bajadas con el piso húmedo provocaron algún susto en forma de caída que, al menos a nuestro paso no fueron a más por fortuna. Si bien es cierto que voluntarios de la organización velaban por la seguridad en especial en esos tramos, entre 1200 ciclistas siempre hay algún iluminado ( con auriculares ) que olvida el carácter no competitivo de la marcha y arriesga más de la cuenta a pesar de las indicaciones. Consecuencia dos ciclistas al suelo porque el iluminado no escucho las advertencias del resto de ciclistas.
Tras la bajada de Palau entrábamos en la zona menos agradecida de la marcha con una ida y vuelta por la C-17. Tal vez los kilómetros menos agradecidos de este circuito por su ubicación y por el tránsito de vehículos. Era de agradecer el abrigo que ofrecían las motos de la organización en esta zona.
Tras esos tramos volvía la criba en el último puerto, de nuevo a Collsacreu desde el lado Oeste, y con las piernas ya algo mermadas pero contentos de haber disputado una marcha cicloturista con todas las letras y de recojer el premio del avituallamiento final en forma de ensalada, dulce y bebida repartidas por unas voluntarias de lo más amables y serviciales. Con este trato se olvidavan rápido las fatigas compartiendo las batallas con los compañeros en la zona habilitada.
A destacar :
Genial trabajo de la organización en cuanto a señalización, seguridad y asistencia . ( Este último punto comprobado lamentablemente por algún compañero que sufrió las inclemencias de la humedad. )
Voluntariado de diez en todos los tramos de señalización ,advertencia, animación y avituallamiento.
A mejorar :
Mano dura con los participantes que hacían uso de auriculares. La ley lo prohibe, las normas morales lo desaconsejan y se mancha el espíritu de la marcha. Una descalificación a tiempo mejora las condiciones de seguridad de la prueba a la par que da una lección pedagógica.
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