Fotografía: World Triathlon.
El australiano se ha confesado en el podcast Chasing the Burn donde ha manifestado sus planes y motivaciones a corto, medio y largo plazo dentro del triatlón de corta distancia.
Matt Hauser es el tercer hombre en discordia en el inminente primer duelo del 2025 entre Alex Yee y Hayden Wilde en las Series Mundiales de la Riviera Francesa y el actual líder de la clasificación general no quiere perder un foco que ha logrado después de años de trabajo que comenzaron internacionalmente con su mundial júnior en 2017 y que, por fin, tiene sus frutos en una temporada de ensueño en los que ya suma dos triunfos en Yokohama y Hamburgo, y otros dos segundos puestos en Abu Dabi y Alghero y que no tiene intención de dejar en los próximos dos ciclos olímpicos para convertirse por derecho en el gran rival del ya establecido dúo.
Atrás ha dejado unos Juegos Olímpicos de Tokio que según afirma le llegaron demasiado pronto y unos Juegos Olímpicos de París a los que llegó con el aprendizaje de cómo competir y ganar en la mano, pero con un rendimiento irregular en el día a día. Bajo su punto de vista, su gran talón de Aquiles en la cita francesa: “Una de las grandes lecciones es que realmente no puedes dejarlo todo en una actuación heroica el día de la competición. Tienes que ser constante y ganar y rendir a un nivel superior de forma regular antes de los Juegos para poder tener una oportunidad real”.
“NO TENGO EXCUSA PARA NO COMPETIR AL MISMO NIVEL QUE YEE Y WILDE”
Algo que sí lograron construir unos Yee y Wilde a los que, tal y como revela tomó como referencia y motivación: “Los vi ganando medallas en Tokio y París, y pensé: «Tengo literalmente la misma edad, no tengo excusa para no competir al mismo nivel que ellos», así que sí, sin duda fue algo que me motivó aún más”.
Ahora, el australiano goza de un momento dulce donde señala a la ayuda psicológica y la madurez en la comprensión de la importancia de ciertos entrenamientos como dos de las llaves de su éxito.
“He estado trabajando con un psicólogo durante un tiempo y sí, me ha ayudado mucho a superar algunos bloqueos mentales. Ser sincero conmigo mismo y no poner excusas que me hagan quedarme atrás o no estar al frente y luchar realmente por la victoria, me ha ayudado a ser competitivo y también muy constante en el panorama internacional”.
Es en lo mental por donde pasan los mayores demonios de Hauser, consciente del tiempo que le queda en la cúspide: “Creo que estar al frente ahora es una presión que me impongo a mí mismo para no negociable, como si fuera ahora o nunca, ya que tengo 27 años y los próximos cuatro o cinco años van a ser el punto álgido de mi carrera”.
Los actuales y los futuros donde no quiere dejar preguntas sin respuestas, ni, sobre todo, remordimientos: “Cuando me retire dentro de 10 años no quiero mirar atrás y pensar: «Vaya, podría haber sido mucho más, podría haber hecho mucho más con mi talento>>. No quiero acabar sin haber alcanzado mi potencial”.
En lo puramente físico, el regreso a stages en altitud han reforzado su estado: “Quiero conseguir ese 1% extra y explorar todas las opciones y parte de ello fue ir a Andorra este año con muy buenos resultados”, un segundo intento de una estrategia que no funcionó en 2019 en parte por su juventud: “No habría podido soportar vivir en las montañas sin hacer nada más que entrenar durante tres semanas y media, pero ahora estoy un poco más asentado, un poco más maduro, y puedo comprometerme a pasar largos periodos de tiempo así, concentrándome y dedicándome por completo”. Un tipo de entrenamiento que asegura va a ser la base sobre la que construir de cara a los próximos tres años.
El objetivo en ese medio plazo, tal y como confirma en Chasing the Burn, los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 a los que espera acudir en una posición de “competidor constante, en la que esté constantemente en el podio, para que no sea una gran sorpresa o no necesite tener un día perfecto, excelente, de 10 sobre 10 para poder subir al podio”. Según afirma tiene casi cuatro años para perfeccionar cómo ganar y como subir al podio.
Hasta entonces, Hauser tiene claro su hoja de ruta: “Fijarme pequeñas metas mientras tanto y tratar de ser lo más constante posible”. Unos objetivos que pasan a corto plazo por la Gran Final de las Series Mundiales de Wollongong, en su casa. Un factor trascendental en su motivación post olímpica como así relata: “Wollongong ha sido literalmente mi fuerza motriz desde que terminó París, y es muy agradable tener ese tipo de meta ambiciosa, no muy lejos de los Juegos Olímpicos, donde sabes que la motivación de algunas personas puede fluctuar. Un anzuelo perfecto que me ha ayudado en el rendimiento y me ha motivado tanto en las carreras como en el entrenamiento diario.”
Esa misma condición como anfitrión es la que ha hecho que el australiano también tenga el largo plazo planificado en su cabeza, tanto como para condicionar su permanencia en la corta distancia hasta los Juegos Olímpicos de 2032 que albergará Melbourne. “2032 está a siete años vista, son los JJOO de caso y es sin duda algo en lo que quiero involucrarme”. E incluso supeditar el fin de su carrera: “Entonces tendré 34 años y sí, creo que sería un gran broche final retirarme en unos Juegos Olímpicos en casa, Es algo que sin duda perseguiría para impulsar mi carrera un poco más y poder estar en la línea de salida”.
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