Gustav Iden dice adiós a un 2023 repleto de malos momentos que se pueden resumir con 10 momentos que seguro que no querrá volver a vivir en este nuevo año con la cita olímpica como principal objetivo de la temporada
Hay brindis de Fin de año cargados de felicidad y hay brindis que se toman de un trago, como un chupito para dejar atrás lo ocurrido. Seguramente, Gustav Iden habrá hecho segundo tras experimentar el peor año en su carrera deportiva.
Del cielo al infierno en solo trescientos sesenta y cinco días sin que nada lo hiciera presagiar cuando en 2022 se coronó Campeón del Mundo Ironman. Una temporada que se puede inmortalizar en diez instantes o con la ausencia de ellos.
Regreso a la distancia olímpica (03-05)
Nunca fue su especialidad y se esperaba una adaptación compleja en su retorno a una distancia corta a la que ya había vuelto en Bermuda en el mes de noviembre. Aun así, posiblemente pocos dibujaban un debut en Abu Dhabi tan desastroso (52º) que marcase el patrón del resto de sus compromisos en las World Series donde nunca entró en el TOP30. A eso tuvo que añadirle la reclamación que presentó la propia Federación Noruega de Triatlón por las zapatillas que calzó. La primera piedra de las que estaban por venir.
Llegó el mes de abril e Iden se pasó a los Arena Games en Londres. Fuera de su lugar natural, el noruego firmó un quinto lugar cargado de historia. Una que comenzó con la penalización tras no presentarse al briefing de los atletas debido a problemas con el vuelo y que le envió a la repesca de la que salió triunfante para lograr entrar en una final que desde la grada contaba con la última mirada maternal. Un cuento casi perfecto, un oasis que llevó a todos, incluso a si mismo, a pensar que volvía a la senda correcta. Así lo declaró el propio Gustav “Los últimos meses he tenido problemas para entrenar, así que creo que este ha sido el punto de inflexión. El atleta de carreras cortas ha vuelto.” Una mera ilusión sobre la que ya se cernía el negro más profundo.
Poco más de un mes más tarde, Iden anunciaba el deceso de su progenitora tras dos años conviviendo con el cáncer. En lo más estrictamente deportivo de su comunicado, Gustav hacía referencia a la dificultad de rendir al más alto nivel mientras hacía frente a la situación familiar. Sacudida su vida personal, secundariamente su carrera deportiva quedaba trastocada por primera vez y anunciaba una pausa sin fecha conocida para su regreso en el calendario.
Una vuelta que se produjo en tierras canadienses el día de San Juan. Para las estadísticas un trigésimo segundo lugar e irónicamente el mejor resultado de la temporada en las World Triathlon Series, para la posterioridad sus lágrimas al cruzar la meta. Sus palabras en redes sociales definieron algo que únicamente él podía definir “No sabía que era capaz de sentir todas estas cosas al mismo tiempo. Contento de formar parte del pelotón delantero en la bicicleta. Orgulloso de llegar a la línea de salida esta vez. Frustrado por estar tan lejos de donde quiero estar. Y, sobre todo, he tenido un sentimiento de tristeza que me ha consumido por completo. Ni siquiera sé cómo expresarlo con palabras. Espero aprender pronto a manejar todas las emociones. Ahora mismo estoy demasiado cansado”. Hablaba el Gustav más humano.
Kristian Blummenfelt, Vetle Thorn y Casper Stornes dentro, Gustav Iden fuera del test preolímpico de París. Así, sin ambages y en el momento más vulnerable la federación noruega le asestaba un nuevo golpe eligiendo a Stornes por delante de él basándose en un mejor rendimiento y un mejor estado de forma a inicios de año. Iden estuvo en la capital gala pero únicamente como espectador, un lugar antinatural para él. Y alzó la voz para expresar su disconformidad “Mi calendario se modificó después de que se me considerara “no lo suficientemente bueno” para participar en el Test Event de París, tras haberme pasado la primera parte de la temporada consiguiendo los puntos suficientes para estar en la lista de salida. Entré en la lista de salida, lo que en mi opinión es “suficientemente bueno”, pero así son las cosas a veces”.
Unas horas después de la cita parisina el mundo del triatlón viró todas sus miradas hacía Singapur donde los noruegos volvían a ser el centro de atención. En el caso de Iden, como el hombre imbatido en el circuito PTO. Sin embargo, en la jornada previa, él mismo se descartaba de la batalla entre los mejores. Un autoconocimiento acertado, pero del que posiblemente nunca imaginó el resultado final: Una caída suave sobre la bicicleta en un tramo técnico de la que fue incapaz de sobreponerse y levantarse. El mejor retrato de un Gustav perdido, el cual verbalizó en Beyond Human un factor hasta ahora nunca en juego. “Antes no me daba cuenta de la importancia que tiene lo mental en el deporte. Es muy fácil cuando todo va como quieres, como si ni siquiera lo pensaras que vaya a haber un problema, porque simplemente estás flotando. El nivel actual en el triatlón es increíblemente alto, así que si no lo disfrutas y lo haces con un propósito es difícil”. Iden sí tiene un propósito, los Juegos Olímpicos, pero diluido por una carga psicológica que durante la temporada había ido en aumento.
En julio, cuando quedó descartado para el test, Arild Tveiten había dejado abierta la puerta gala a Iden si sellaba un buen final de curso, podría ser seleccionado para la cita más importante de 2024. En búsqueda de esos puntos y plaza se había anunciado su presencia hasta en tres carreras a lo largo del mes de septiembre, pero poco después se conocía su renuncia a Valencia, Karlovy Vary y Pontevedra. Una idea comenzaba a tomar forma en los mentideros del triatlón.
No tardó en confirmarse. La primera semana de septiembre Gustav hizo pública su decisión de dar por concluida su temporada aquejado del talón de Aquiles. Lesión casi caída del cielo para despedirse por primera vez sin victorias o podios en cualquiera de las distancias y con la sensación de fracaso absoluto. Así, lo describía en redes: “En cierto modo, me siento aliviado. Este año ha sido una prueba tras otra, y siento que he fracasado en todas. Hiciera lo que hiciera, 2023 nunca sería un buen año. Lesionarme fue sólo la última prueba fallida que puso fin a esta temporada de una vez por todas”.
Nunca estuvo programada su participación en año preolímpico pero dados los acontecimientos previos, ¿a quién no se le pasó por la cabeza que pudiera presentarse en el lugar donde conquistó su primer mundial Ironman 70.3 para defender su título de Kona? Lo cierto es que, él también se lo planteó y así lo contó en uno de los podcasts: “Cuando las cosas iban muy mal en la carrera corta, pensaba: ‘¿Debería hacer el Ironman? Pero luego me di cuenta de que no es que sea una mierda en las carreras cortas, es que soy una mierda en general, ¡así que tampoco serviría de nada en las largas!”. La mente habló como lo había hecho durante todo el año y Gustav solo estuvo en la Costa Azul para presentar un corto animado.
A pesar de todo lo vivido en 2023, para el año que entra, París continúa siendo su objetivo principal. Un objetivo que pasa esencialmente por el resultado de las WTCS de Yokohama en mayo y que condicionará el resto del curso. Veremos qué sucede, pero parece improbable que el 2024 de Gustav Iden no mejore los últimos trescientos sesenta y cinco días. La cuestión es si es el hombre intratable de antaño.
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