Una habilidad poco practicada y muy necesaria para mejorar en el segmento acuático de forma rápida y sencilla.

Llega octubre y con ello el final de la temporada de triatlones que todavía muchos apuran, o el principio para aquellos que viven en el Caribe, Oceanía o Sudamérica, pero con el olor típico a salitre de las aguas saladas todavía presente el británico Andrew Horsfall-Turner ofrece un truco para mejorar lo que él considera una de las habilidades más infravaloradas de las aguas abiertas, la comprensión del mar y las olas, especialmente para aquellos deportistas que no tienen acceso a nadar en el mar de forma habitual.

Una pequeña ayuda extra, especialmente útil después de estar todo el invierno a cubierto, que pasa por cambiar la piscina por el mar uno o dos días antes de la próxima carrera y que consiste en entrar al agua y repetir diversas veces el movimiento de entrada y salida: los saltos, los primeros braceos etc. con el objetivo de comprender la profundidad del agua, cuándo bucear por encima o por debajo de una ola, y también familiarizarse con cómo coger la ola al volver a la playa para la salida australiana o la T1. Mira el ejemplo de Horsfall-Turner.

Tal y como relata el triatleta hacerlo puede hacerte ahorrar mucho tiempo el día de la competición, a su vez que ayuda a calmar cualquier tipo de ansiedad que pueda generar el regreso a mar abierto al amateur.