Te damos siete circunstancias u objetivos en los que el uso de la cinta es recomendable o no según Arnaud Dely.
Llega el invierno y con ello la noche temprana, la lluvia y el frío con el a muchos pierden las ganas de calzarse las zapatillas y salir a correr. Sin embargo, ya sea en el gimnasio o en casa hay una alternativa al alcance de casi todos, la cinta de correr.
No obstante, ¿cómo hay que usar esta herramienta para aprovecharla de forma eficaz? Es una pregunta que ronda en el aire y que como corredor muchos se pueden hacer. Cuestión a la que responde Arnaud Dely, quien fuera campeón europeo de duatlón y vigente subcampeón mundial de la especialidad.
Para el belga la clave está en no abusar de ella y utilizarla de forma estratégica. Tal y como asegura: “Úsala con intención, no porque sea fácil”. Para lo que nos plasma cuatro ejemplos gráficos de cuándo sí y tres de cuándo no.
Estas son sus opciones favoritas para subirse a la cinta de correr:
Dely nos pone sobre la pista de un ejercicio propicio para aumentar la resistencia y mejorar la economía de carrera con una máquina en la que para el corredor es más fácil controlar la distancia recorrida y regular el ritmo, concretamente, si este desea correr a unos ritmos muy específicos.
Siguiendo la línea del punto anterior, la cinta de correr te permite perfeccionar los entrenamientos de ‘tempo run’. Al poder regular de forma más sistemática tus números, la posibilidad de materializar efectivamente esas sesiones se incrementa y conseguir así el objetivo de mantener los niveles de ácido láctico en equilibrio durante 20’-40’.
Hemos sido testigos de las mil y una peripecias de hombres como Kristian Blummenfelt, Antonio Benito o Marten Van Riel para trabajar las condiciones de humedad y calor. Casi siempre sobre la bicicleta. En este caso, Dely también propone hacerlo sobre la cinta. Más allá de encerrarte en un espacio pequeño, sin ventilación, utilizar capas y capas de ropa sería una opción para buscar el efecto anhelado con el que mejorar la termorregulación, aumentar el volumen plasmático y trabajar el aspecto mental ante las altas temperaturas o la sensación de asfixia de las mismas
Según Dely la cinta de correr es una aliada perfecta para completar esas sesiones de recuperación activa con un esfuerzo de baja intensidad con el que ayudar a eliminar la acumulación de lactato en la sangre tras un entrenamiento más duro o en la jornada posterior a un gran evento.
En cambio, Dely se opone de forma enérgica a utilizarla cuando tu intención sea:
Pon límites a tu tiempo sobre ella, porque pasar un periodo prolongado sobre ella puede sobrecargar tus extremidades inferiores. No existe cambio de superficie.
Más allá de lo físico y fisiológico en consonancia con el punto anterior, una actividad superior a 40’ en la cita tampoco aporta un beneficio psicológico o mental mayor que una sesión de ese lapso concreto de tiempo. No necesitas sesiones de maratón para obtener dichos beneficios. Con solo 20 a 30 minutos de carrera de intensidad que puede ser tanto alta como moderada libera las endorfinas suficientes para lograr dicho objetivo.
Sí, las cintas de correr permiten modificar el ángulo de inclinación para reproducir la sensación de pendiente. Con ello podríamos intensificar el esfuerzo muscular y cardiovascular respecto a una inclinación inexistente e incluso tonificar los músculos del tren inferior. Sin embargo, este ‘truco’ jamás podrá emular las condiciones, beneficios y esfuerzo de un escenario real. Como menciona Dely: “No hay nada mejor que el terreno real”.
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