El triatleta estadounidense Sam Long, una de las figuras más mediáticas y carismáticas del circuito, vuelve a ponerse a prueba en tiempo récord. Apenas quince días después de haber competido en el Campeonato Mundial IRONMAN en Niza, donde finalizó en la decimocuarta posición, “Yo-Yo-Yo” ha confirmado su presencia en el IRONMAN de Chattanooga este domingo.
El propio Long calificó este reto como un “Dirty Dog Double”, un término con el que él mismo ironiza sobre la dureza de encadenar dos pruebas de este calibre en tan corto espacio de tiempo.
BALANCE DEL MUNDIAL EN NIZA
Long viajó a Europa con un plan de preparación exhaustivo que se prolongó durante doce semanas. Su objetivo era mejorar en todos los aspectos de la disciplina: reforzar la natación, perfeccionar la técnica en ascensos y descensos, y trabajar la resistencia para afrontar con garantías la maratón final.
En Niza, sin embargo, el resultado no fue el esperado: un 14º puesto en una carrera dominada por la armada noruega, con Casper Stornes a la cabeza. A pesar de ello, el estadounidense se mostró satisfecho con el proceso vivido:
“Sí, esperaba estar más arriba, pero el nivel actual del triatlón es tan alto que ocupar el puesto 14 equivale a estar entre los mejores del mundo en cualquier otro deporte”, reflexionó en sus redes sociales tras la prueba.
EL RETO DE CHATTANOOGA
Ahora, con apenas dos semanas de recuperación, Long se enfrenta a otro desafío mayúsculo: defender el título en Chattanooga, una carrera que ya conquistó en 2024. En aquella ocasión, la natación fue cancelada debido a las secuelas del huracán Helene, lo que convirtió la prueba en un duelo directo contra Cody Beals, al que logró superar.
Chattanooga es, además, un escenario especial para el estadounidense: allí también ha sumado triunfos en pruebas de media distancia IRONMAN 70.3, incluida una victoria este mismo año.
ENTRE LA AMBICIÓN Y LA RECUPERACIÓN
El propio Long reconoce que el reto es arriesgado. “Intentaré un Dirty Dog Double y me alinearé este fin de semana. No puedo creer que ya sea semana de carrera de nuevo”, comentó con entusiasmo.
El triatleta explica que la clave de estas dos semanas ha sido escuchar a su cuerpo —y también a su esposa, bromea—, priorizando el descanso y combinando el entrenamiento con técnicas de recuperación parasimpática. “Se trata de encontrar el equilibrio perfecto para mantenerme competitivo sin perder frescura. Ha sido un desafío divertido y tengo muchas ganas de ver qué sucede en Chattanooga”, señaló.
RIVALES Y SLOTS PARA KONA
El IRONMAN de Chattanooga no solo representa un reto físico, sino también una oportunidad clave en el camino hacia Kona 2026. La prueba otorga dos slots para el Campeonato Mundial en Hawái del año 2026, un objetivo prioritario para Long.
Entre sus principales rivales destacan nombres de peso como Cody Beals, subcampeón en 2024, Trevor Foley y el australiano Cameron Wurf, quien también compitió recientemente en Niza.
EL EJEMPLO DE SCHOMBURG
La apuesta de Long no es un caso aislado. El alemán Jonas Schomburg ya demostró la semana pasada que es posible rendir a alto nivel poco después de un Mundial. El triatleta brilló en el T100 de España —una carrera de más de 100 km, aunque sin llegar a la distancia completa— y firmó un meritorio tercer lugar por detrás de Hayden Wilde y Jelle Geens.
Ese ejemplo refuerza la idea de que, con la preparación adecuada, los atletas de élite pueden desafiar los límites de la recuperación y el rendimiento competitivo.
UNA CARRERA QUE PROMETE EMOCIONES
El regreso de Sam Long a Chattanooga promete ser uno de los grandes focos del triatlón internacional este fin de semana. La incógnita estará en cómo responderá su cuerpo tras el esfuerzo de Niza y si podrá mantener la intensidad suficiente para defender su corona.
Más allá del resultado, el gesto de asumir un desafío tan exigente consolida al estadounidense como una de las personalidades más valientes y seguidas del circuito, dispuesto siempre a desafiar lo establecido en busca de la gloria.









