Josh Amberger ha decidido poner punto final a su etapa como triatleta profesional después de casi dos décadas compitiendo al más alto nivel.

A sus 36 años, el australiano se despide del deporte que ha marcado su vida, manteniendo el estilo que siempre lo caracterizó: auténtico, directo y sin complicaciones. Su última carrera ha sido el exigente Patagonman, donde cruzó la meta en segunda posición.

UNA DESPEDIDA SIN DRAMAS

Amberger ha explicado que esta decisión llega en un momento de tranquilidad. No lo vive como algo triste, sino como el cierre natural de una etapa que ha exprimido al máximo. Dice marcharse satisfecho con todo lo que el triatlón le ha dado: viajes, experiencias, amigos que le acompañarán toda la vida y, por supuesto, su relación con Ashleigh Gentle, a quien conoció gracias al deporte.

UN FINAL MUY “AMBERGER”

Que haya elegido el Patagonman para despedirse resume perfectamente la manera en la que siempre entendió este deporte: carreras duras, paisajes extremos y un toque salvaje que le hacía disfrutar aún más. Era el tipo de pruebas que lo motivaban y que lo convirtieron en un triatleta diferente, sin miedo a elegir caminos poco habituales.

UN NADADOR QUE MARCÓ ÉPOCA

Durante años, Amberger fue una referencia clara en la natación. En muchas competiciones importantes —incluida Kona— salía del agua liderando o entre los primeros, obligando al resto a ir a contrarreloj desde el inicio, algo que lo convirtió en uno de los nadadores más temidos y respetados del circuito. Ese estilo agresivo, atrevido y sin miedo a tomar la iniciativa se convirtió en su sello personal.

Fuera del agua también dejó huella. Era uno de los deportistas con más personalidad del circuito: espontáneo, divertido, con comentarios siempre sinceros y con una manera muy suya de contar las cosas. Eso le hizo ganar el cariño de aficionados y rivales.

SUS MEJORES RESULTADOS COMO PROFESIONAL

Aunque Amberger nunca persiguió obsesivamente los números, su carrera está llena de actuaciones destacadas. Entre las más reconocidas se encuentran numerosas victorias y podios en pruebas de media distancia por todo el mundo como por ejemplo el IRONMAN 70.3 Vietnam, 70.3 Sunshine Coast o el 70.3 Calgary. También fue ganador del IRONMAN Asia-Pacific Championship de Cairns (2018), siendo esta una de sus victorias más importantes, demostrando solvencia en las tres disciplinas.

En su última competición, este fin de semana, ha logrado el segundo puesto en el Patagonman 2025, un cierre de etapa acorde a su carácter: en una prueba extrema y dejando claro que seguía compitiendo al máximo nivel.

LO QUE DEJA ATRÁS

Su retirada no deja un vacío dramático, pero sí una sensación de que el deporte pierde a alguien que aportaba frescura. Amberger nunca pasó desapercibido: competía con atrevimiento, hablaba con claridad y transmitía pasión sin necesidad de grandes discursos.

Se va sin ruido, pero con la tranquilidad de haber disfrutado cada kilómetro. Y su estilo, tan particular, seguirá recordándose.