Ironman sigue dándole vueltas a uno de los temas que más debate genera en el triatlón, el drafting en el segmento ciclista. La organización ha confirmado que durante las carreras de 2026 se realizarán nuevas pruebas directamente en competición, con el objetivo de encontrar una solución que funcione de verdad.
La idea es clara, definir una distancia de drafting que sea justa, clara y fácil de aplicar, tanto para profesionales como para los grupos de edad, y que pueda usarse de forma coherente en todas las pruebas del circuito.
PRUEBAS EN CARRERA REAL, NO SOLO SOBRE EL PAPEL
A diferencia de otros ensayos más teóricos, estas pruebas se harán en carreras oficiales, teniendo en cuenta lo que ocurre realmente cuando hay cientos —o miles— de triatletas en el circuito.
No solo se mirará la distancia entre bicicletas, sino también otros factores que pueden influir como son la densidad del recorrido, los formatos de salida, la logística, el control arbitral o la facilidad para adelantar.
Desde IRONMAN aseguran que cualquier posible cambio, ya sea en la distancia permitida o en el tiempo para completar un adelantamiento, se comunicará con antelación.
CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ
La propia organización recuerda que antes de 2015 no existía un criterio único. Dependiendo del país o la federación, la distancia de drafting variaba entre 7 y 10 metros, lo que generaba confusión y diferencias claras entre pruebas.
Para poner orden, IRONMAN implantó en 2015 su reglamento global, fijando una zona de drafting de 12 metros, un estándar que desde entonces se ha mantenido en todos sus eventos.
LA TECNOLOGÍA HA CAMBIADO EL ESCENARIO
Desde aquel momento, el triatlón ha evolucionado mucho, especialmente con la llegada de sistemas antidrafting como el RaceRanger, que permiten medir con más precisión la distancia entre bicicletas.
Al mismo tiempo, otros organizadores han apostado por ir más allá. Challenge Family introdujo una zona de drafting de 20 metros, una medida que muchos profesionales consideran más justa y que cambia claramente la dinámica de carrera.
Ese modelo, de hecho, ha empezado a extenderse a otras competiciones, lo que ha reavivado el debate dentro del triatlón de larga distancia.
¿CAMBIO A LA VISTA?
Ironman no ha confirmado todavía cuál será la decisión final, pero sí deja claro que 2026 será un año clave para sacar conclusiones. El objetivo no es experimentar por experimentar, sino encontrar un sistema que mejore y que garantice mayor igualdad en el segmento ciclista.
Habrá que esperar, pero todo apunta a que el debate sobre el drafting está lejos de cerrarse y que podrían llegar cambios importantes en los próximos meses o años.









