Lleva ocho años consecutivos corriendo en el mítico Maratón de Nueva York. Y ahora, con la mente puesta en Río 2016 y tras haber iniciado una nueva etapa en el Club Triatlón Santa Bárbara Melilla, habla para triatletasenred.com
Un accidente en bicicleta le cambió la vida… ¿a mejor?
Sí, por supuesto. En 2002 yo trabajaba en la construcción, ganaba lo que ganaba la mayoría de gente y no había viajado en mi vida. Ahora tengo la oportunidad de ganarme la vida con lo que me gusta, y no paro de viajar y conocer gente nueva. Además, he podido estar en dos Juegos Paralímpicos. Es increíble.
¿Qué lesiones sufrió?
Una paraplejia dorsal 11-12. Me impedía mover las piernas.
¿Le costó afrontarlo?
Claro. Tenía 22 años. De golpe pasé de poder caminar a no poder hacerlo por tener un accidente en bicicleta. Cuesta. Los primeros meses fueron incómodos pero luego ya decides tú lo que quieres hacer y si quieres seguir adelante o no.
Dice que ahora no necesita dos piernas para ser feliz…
No, ni muchos menos. ¿Quién no conoce a alguien que camina y que esté en el sofá amargado porque le haya dejado la novia o porque le han echado del trabajo? Hoy en día hay gente que puede caminar y está amargada. Yo todo lo contrario. Me considero un afortunado. Puedo hacer lo que me gusta y cuando me da la gana, imagínate. ¿Cuánta gente desea trabajar en lo que le gusta y no lo consigue? Mucha. Yo sí lo hago.
¿Le importa cómo le miren o lo que le diga la gente?
No. El problema de cuando te quedas en silla de ruedas son los ánimos que te da la gente, que se hacen pesados y cansa. Ya me ha pasado, me he levantado y no tienes que estar recordándomelo todos los días. Es más, he tenido la suerte de poder correr el Maratón de Nueva York ocho años seguidos. A veces, cuando llego al pueblo la gente te dice, ¿cómo estás? Y yo les contesto, ‘pues de puta madre, como voy a estar’. Con este tema muchas veces me pongo un poco borde, aunque entiendo que la gente no lo hace de mala fe.
En 2008 y 2012, participó en los Juegos Paralímpicos de Pekín y Londres, en la modalidad de maratón. ¿Tiene la vista puesta ya en Río 2016?
Sí, el objetivo está claro que es ir a Río. Ahora, soy consciente de que tengo mucho más fácil ir a los Juegos Paralímpicos con el paratriatlón que con el atletismo. Pero yo soy maratoniano, y no quiero que me regalen nada. Creo que el paratriatlón es un deporte muy nuevo, y para clasificarse habrá unos criterios muy fáciles. Eso que te regalen las cosas no va conmigo. Mi sueño es clasificarme para el maratón, y yo lucharé para que sea así. Y si a última hora veo que en maratón piden mínimas imposibles o sin sentido como en Londres, pues iría con el paratriatlón. Pero mi ilusión es ir a los terceros JJPP con el maratón.
Esperemos que no se repita el fatídico final de Pekín…
Son cosas que pueden pasar. Si no me hubiera caído tendrá un diploma y habría quedado entre el 4º y el 6º. No lo conseguí en Pekín, y en Londres quedé 9º, a un puesto del diploma. Pero es deporte, y hay que luchar. Me pasó a mí, y la próxima carrera les puede pasar a mis rivales. Duele en el momento, pero no lo cambiaría. De hecho, volvería a ir a unos JJPP y me volvería a caer si hiciera falta, para volver a unos Juegos Paralímpicos.
¿En este país sólo se cree en los ganadores?
Creo que es un tema muy complejo. Al deporte como élite, a los que se tiene que valorar son a los deportistas que ganan y los que están ahí arriba. Los que consiguen unos resultados. Pero luego, a nivel personal es muy subjetivo. Soy partidario de admirar a la gente que gana, que por eso son los buenos, pero también a gente que trabaja, que estudia o que tiene hijos y que saca tiempo para poder ir a entrenar. Y luego hay otro tipo de personas o personajes que las marcas valoran por sus followers o la publicidad que le puedan dar, a pesar de que nunca han ganado nada. Las marcas quieren vender, y prefieren a una persona que tenga repercusión en las redes o los medios, antes que un atleta con un registro de 28 minutos en el 10.000. Yo soy partidario de patrocinar al bueno, pero sin dejar de admirar al que saca tiempo para entrenar.
Antes de Río, en 2014, hará su debut en un IM en su isla favorita, Lanzarote… ¿Qué expectativas tiene?
Hice mi primer triatlón en el 70.3 de Lanzarote. Por ahora, el Ironman y el 70.3 de Lanzarote son algo personal, que quiero terminar y disfrutar. Hasta el 70.3 de Luxemburgo, que para mí será clasificatorio para Hawái, quiero disfrutar del triatlón. A partir de entonces, en Luxemburgo, saldré a tope desde que den el disparo de la salida y veré si valgo o no para el triatlón. El IM es algo más personal y un sueño más que un objetivo deportivo. Me da igual el tiempo que haga.
¿Le da respeto el sector de natación?
Sí, bastante. Me dicen que realmente piense en el sector de ciclismo, que son 180 kilómetros y he calculado que me pasaré entre 10 y 11 horas en la bici. Pero al final, yo me dedico a esto, al maratón, y con la bici ando mucho, Es el agua lo que me da más miedo. Yo sé que cuando salga del agua, ya estará. Luego puedes pinchar, encontrarte mal y no acabar. Miedo no me da para no terminar, porque estoy entrenado para hacerlo. El miedo es un poco más para los factores externos que me puedan afectar.
¿Tiene muchas dificultades añadidas un IM para un atleta en silla de ruedas?
Claro. Yo lo hago todo con las manos y los brazos. Y estamos hablando de nadar 3,8km, luego hacer 180 kilómetros en bicicleta, y acabar con un maratón, todo ello con la fuerza de los brazos. Es complejo pero tampoco es una demostración hacia nadie, y nadie nos ha de valorar ni admirar más o menos porque lo hagamos. Yo en mi caso, entreno y me dedico a esto.
Lo que sí es cierto que me da mucha rabia es que no me valoren los resultados deportivos en maratón. He hecho un tercer puesto en Chicago y un quinto en Boston. Esto sí que me molesta que los medios de comunicación no lo valoren, porque ahí van los mejores del mundo.
Terminar un IM, es entrenarlo. Si voy a Hawái sí que iré a tope, y me gustaría que la gente me lo reconociera. Hasta que no corra un IM llano y me acerque a las nueve horas, yo creo que no se me valorará y no se nos valorará a los triatletas en silla de ruedas. La gente se piensa que por llevar ruedas, vas más rápido. Pero en la handbike yo voy con las manos y los demás con las piernas. Nos tendían que valorar más por el tiempo realizado y no tanto por acabar el IM.
¿Le emociona esta aventura del IM?
Sí, y además clasificarme para Hawái sería el año perfecto. Quiero dedicarme un año al triatlón, y hacer el IM. Para mí, acabar Lanzarote, clasificarme para Hawái e ir allí, en un solo año sería increíble y súper importante. Pero no voy a dejar de competir en maratón. Ya tengo confirmado Boston, Los Ángeles y Londres, iré a Nueva York en noviembre y sé que si no me clasifico para el IM de Hawái estoy invitado al Maratón de Chicago. Tengo cubierta la espalda a nivel económico, pero a mí me hace mucha ilusión terminar Lanzarote y clasificarme para Hawái y luego volverme a mi mundo, que es el del maratón.
¿Se considera un referente para personas que también han perdido la movilidad de las piernas?
Yo siento que la gente me quiere y me anima, pero dentro del mundo de la silla en competición, es muy complicado tener un referente. La gente no mira si uno es bueno o malo, mira si van en silla de ruedas. Hay corredores que se piensan que por ir en silla de ruedas tienen que tener lo mismo que otro que también lleva silla. Se olvidan del nivel, y eso es injusto. Hay que ser crítico con eso. Deberían primar los resultados. A mí las penas que vaya en silla de ruedas me molestan. Yo todo lo que tengo es porque me lo he ganado luchando y entrenando mañana y tarde.
Yo no veo a un corredor de GGEE que corra el IM en 10 horas diciendo que es injusto porque Eneko Llanos tiene patrocinadores. Y eso sí pasa en el deporte adaptado, por envidia. Yo se que algunos corredores me tienen mucha envidia porque tengo muchos patrocinadores. Y creo que es un error, porque yo me alegraría de que mis rivales tuvieran patrocinadores, porque a todos nos iría mejor.
El problema es que hay corredores en silla de ruedas que van a una empresa a buscar un patrocinio alegando que va en silla de ruedas. Como a pié, en silla de ruedas hay gente buena y hay gente mala. Hay gente en silla que se piensa que por hacer 14 horas en un IM llano, ya pueden ir a pedir a las marcas. Pero en un IM llano, hay corredores en silla que lo están haciendo ¡en 9 horas y media! Alguien que lo hace en 14 horas, es malo. No se puede vender a las marcas que vas en silla de ruedas, sino que eres bueno.
Otro maratón, el de Boston, su quinto consecutivo, acabó en pesadilla. ¿Cómo lo vivió?
Yo estaba comiendo en un restaurante recién duchado. Las sillas salimos un poco antes, y la explosión fue a las cuatro horas de la salida de correr. De golpe el jefe del restaurante nos sacó a todos del local y al salir a la calle me encontré todo el panorama. Había ambulancias, bomberos, policía, etc. Me fui para el hotel y por la calle veía gente llorando. Me imaginé que a alguien le había dado un infarto o algo similar. Y cuando llegué al hotel y cogí el wifi, me empezaron a llegar una cantidad brutal de mensajes y llamadas preguntándome si estaba bien. Entonces abrí la televisión y lo entendí todo.
¿Es más feliz ahora que cuando caminaba?
Claro, pero hay gente que no puede llegar a entenderlo. Yo trabajaba en la obra, cobraba poco y pasaba frío en invierno haciendo algo que no me gustaba. La silla de ruedas me cambió la vida. Pasé a viajar y a no tener jefe. Soy yo el que me planifico mi carrera y decido mis carreras. El poder decidir qué hacer en mi vida es lo mejor, independientemente de si camino o no. Este año incluso tenía un buen patrocinador y me fui porque no estaba a gusto. Y sorprende, porque ahora hay atletas que corren por un par de zapatillas o un casco. Me invitan a la mayoría de las carreras: Londres, Nueva York, Boston, Los Ángeles. Si sigo entrenando y haciendo las cosas bien, no necesito patrocinadores para hacer estas carreras. No soy Beckham ni Messi, pero sé hasta dónde puedo pedir y qué puedo generar a lo largo del año. Creo que las marcas se están aprovechando de los deportistas. Lo importante para mí, es decidir con que marca competir, y en qué carreras participar.
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