Foto: Marcosphotosport
Para el valenciano, este “resultado del todo inesperado me da mucha fuerza y motivación para las próximas carreras. Verme luchando con triatletas que desde niño estoy viendo en videos-resumen de grandes pruebas internacionales o en el live streaming de Kona… es algo que no me esperaba para nada”.
La clase y la planta del mismo James Cunnama o Trevol Wurtele rodando en el sector de ciclismo dejaron sin palabras a Aguayo. Recuerda que, “cuando me pasaron en bici me quedé un instante mirándolos, como si fuera un niño esperando para pedirle una foto o un autógrafo”. Fue segundos después cuando “me dije: ‘Emilio, céntrate, que estás en carrera”.
La sensación de duda apareció al final de la carrera, cuando se acercaba el momento de esprintar a Cunnama. “No sabía si iba a atreverme…”, comenta Aguayo. “Los galones son los galones, pero pude sacar fuerzas no sé de dónde y conseguí batirle por sólo 5. Recordando esos momentos se me ponen los pelos de punta”, afirma el triatleta valenciano.
Después de Orihuela y Salou, el próximo objetivo de media distancia de Aguayo es el Half de Vitoria en julio: “Desde un principio, la idea de esta temporada ha sido centrar la primera media parte a la Media Distancia”.
Aunque, por proximidad y por apego a la prueba, este sábado correrá el Valencia 113. La ilusión de correr en casa con los suyos, conocerse los circuitos y que sea una de las pruebas de la Copa de España de Triatlón hacen indiscutible su presencia. Pasado julio, el valenciano preparará la segunda parte de la temporada enfocada a “algo más de corta con el Campeonato de España Sprint en Banyoles y el Campeonato de España de triatlón olímpico en Valencia.
Hace año y medio, Aguayo decidió “cambiar de objetivos”. Sin conocer personalmente a Jaime Menéndez de Luarca, “le pregunté si había posibilidad de que me entrenara”. Y a día de hoy, el valenciano no puede estar más contento con su entrada en la media distancia “gracias a él”, explica. Con Jaime ha empezado a valorar aspectos más delicados y técnicos: “buscar el mejor material, entrenar calidad y no tanto por volumen, llevar la posición correcta en la bici, la alimentación durante la carrera…”.
Eso sí, cambiar éstos y más detalles “sin perder de vista la ilusión de quien ve el deporte como un hobby y sabe disfrutar de cada entrenamiento y competición”.
En esta senda de pulir detalles, Aguayo ha podido dar un paso más hacia adelante gracias a marcas como Orca, Spiuk, Gobik, Felt o Nutrinovex que “me ceden material y hemos llegado a un acuerdo de colaboración a través de la tienda TUTRIATLON”. En palabras del valenciano, “el material es importantísimo a la hora de sacar el mayor rendimiento posible y por suerte no puedo quejarme”. Además, a nivel económico, “Melones el Monarca, CDM y el Club CDM CL AVANT Moncada me ayudan en todo lo posible”.
En la vertiente nutricional, Aguayo se ha puesto al mando del reeducador dietético Carlos Ferrando. Poco a poco “ha introducido un cambio total en mi dieta sesión tras sesión, quitando y añadiendo ciertos alimentos”. Ahora, un año después de esas primeras charlas de enfoque con Jaime Menéndez están dando sus frutos: “El paso lo he dado un año después y la verdad que me siento mucho mejor, tanto a la hora de entrenar como de competir, y el hacer los cambios poco a poco evita que te estreses.
Con la nueva filosofía, Aguayo tiene muy claro que aspectos como el descanso o la nutrición son la gasolina de ese motor [los entrenamientos]: “Si conseguimos, ya sea por entrenamientos o por genética tener un motor de Ferrari, un buen estado de forma, pero le echamos mala gasolina, el motor al final irá por debajo de sus posibilidades o incluso se romperá. Para que el motor de Ferrari funcione correctamente hay que echarle gasolina super, con algunos caprichos de vez en cuando, y eso es una de las cosas que he aprendido este año con Carlos y Jaime”.
Aguayo compagina su dedicación como triatleta semi-profesional con su faceta de entrenador del CDM Avant Moncada Triatlón desde hace más de 5 años. El valenciano reconoce que, tras unos años más complicados, “ahora no puedo quejarme de mis horarios. Puedo entrenar durante el día, hacer de entrenador con el club por las tardes, planificar cuando toca y entrenar a mis deportistas en otras horas del día”.
Ser entrenador es algo más… si también eres triatleta. Aguayo explica que él enseña, pero también “aprendo mucho de mis deportistas, ya que cada uno es un mundo”. Además, a nivel psicológico, las reacciones o patrones de sus pupilos hacen que el valenciano se vea “reflejado en ellos y me da que pensar a la hora de afrontar mis entrenamientos o carreras”.
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