Estarás en mejor forma de cara a la primavera
Si dejas de correr en invierno, perderás tu forma física y necesitarás algunas semanas para recuperarla. Manteniendo tus entrenamientos durante el invierno, conservarás tu forma física y podrás marcarte objetivos más altos en primavera.
Correr en invierno te pone a prueba
Además de conservar tu forma física, correr en invierno es también una buena forma de poner a prueba tu capacidad. No se trata sólo de enfrentarse a la distancia, sino también al mal tiempo.
Te da energía
El frío puede hacer que te sientas más cansado de lo habitual, lo que puede desmotivarte a la hora de salir a correr. No obstante, no es cierto que estés más cansado, pues está comprobado que correr aumenta tus niveles energéticos. Además, nuestras pulsaciones se mantienen más bajas, por lo que llevar a cabo sesiones duras es más sencillo que en verano si logramos habituar el cuerpo a las duras temperaturas.
Por las mañanas encontrarás el mejor tiempo (casi siempre)
No es algo garantizado, pero quienes corren en invierno dicen que el amanecer es el mejor momento para correr, pues a esas horas encontrarás el aire más fresco y la mejor luz del día. Además, no perturbará tu rutina diaria.
Entrarás rápidamente en calor
Incluso si hace frío, verás que no necesitas demasiadas capas de ropa. Una buena idea es llevar una capa exterior: te mantendrá seco y abrigado, evitando que sudes mucho.
Puedes superar metas durante todo el invierno
Puedes establecer la meta que deseas alcanzar ante la llegada de la primavera. Esto dará más sentido a tus carreras de invierno y mejorará tu motivación de cara al final de esta fría estación.
Es una buena excusa para renovar tu material de entrenamiento
Usar el equipo del año anterior puede reducir tu motivación. Adquirir un nuevo par de zapatillas o nuevas prendas te motivará a salir a correr para probarlas.
No dejarás tirado a tu acompañante
Es más fácil correr en invierno si lo haces acompañado. Saber que hay alguien esperando por ti puede motivarte a levantarte de la cama y salir a correr. Los días de mucho frío es mejor estar fuera acompañado que solo en casa.
Las superficies difíciles ayudan a mejorar tu técnica
El tiempo invernal puede hacer que la superficie esté más resbaladiza. Los músculos de la pantorrilla se fortalecen a medida que trabajan para mantener tu equilibrio y tu cuerpo erguido. Asegúrate de usar las zapatillas adecuadas para la superficie en la que corres.
El confort de llegar a casa con el trabajo hecho
Para acabar, ¿qué decir de esa espectacular sensación de llegar a casa con el entrenamiento acabado? Salir a entrenar durante los próximos meses puede ser difícil, pero ducharte y relajarte tras una dura sesión es algo que siempre provoca un estado de satisfacción imposible de explicar con palabras.
Colaboración de runandwalk.net
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