¿Qué deben llevar los corredores del mañana en sus pies? El mercado del calzado para niños es una industria de varios millones de euros, sin embargo, muchos expertos creen que la mayoría de estos zapatos son malos para los pies de los niños, lo que puede generar problemas graves en el futuro.
Los expertos han hablado
Tracy Byrne, podóloga e investigadora pediátrica líder, dice que cualquier buen zapato para niños, y, de hecho, también para adultos, debe satisfacer tres criterios. En primer lugar, debe ser flexible: debes poder doblar la zapatilla por la mitad.
En segundo lugar, la zapatilla debe tener una puntera ancha, en lugar de una cónica como la mayoría de los zapatos, para que los dedos de los pies se abran.
En tercer lugar, debe ser una zapatilla liviana, a diferencia de muchos zapatos que se venden para niños que pueden pesar alrededor del 10 por ciento de su peso corporal.
Un zapato pesado y voluminoso, comenta la especialista, a menudo puede hacer que los niños se caigan con más regularidad, ya que amortigua su propiocepción (el sentido que tenemos de nuestro cuerpo en relación con el espacio que nos rodea).
“A menudo tengo padres que vienen a mi clínica diciendo que su hijo de dos o tres años se está cayendo mucho. Luego, echan un vistazo a los zapatos que lleva su hijo y se dan cuenta de que pesan una tonelada”.
Una empresa de calzado que satisface la lista de verificación de Byrne es Vivobarefoot, una marca de calzado igual de accesible para adultos como para niños, pues en general cree que el mercado actual de calzado infantil les está haciendo un “flaco favor a nuestros niños”.
La podóloga explica que la mayoría de los niños ingresan a la edad adulta con pies extremadamente débiles y deformados, principalmente como resultado del calzado que han estado usando toda su vida. “La cantidad de aparatos ortopédicos y zapatos estructurados y de apoyo que usan los niños es, en mi opinión, debería ser un escándalo de salud pública de gran magnitud”.
Todo sobre la importancia de un crecimiento sano del pie
Un hecho particularmente importante a tener en cuenta es que el pie humano al nacer no es una versión en miniatura de un pie adulto. No todos los huesos del pie se forman al nacer y muchos están hechos de cartílago resistente pero no flexible. Durante varios años, este cartílago se osifica para convertirse en los 26 huesos que componen el pie adulto. Por lo tanto, es fundamental que el calzado se elija bien durante el tiempo en el que se desarrolla el pie.
“Debes permitir que el pie de un niño se desarrolle de forma natural, con la menor intervención posible”, afirma la experta. El pie de un niño no está completamente formado hasta la adolescencia. Los huesos tardan mucho en calcificarse, por lo que es extremadamente maleable. Sin embargo, el 90 por ciento de los niños se ponen zapatos sin forma de pie desde una edad muy temprana.
Las consecuencias de usar zapatos que no se adaptan bien son problemas como el juanete de sastre (que se forma en la parte exterior del dedo meñique). Estos, a su vez, a menudo pueden provocar problemas como callosidades y callos. “En ese momento, encontrar zapatos que sean cómodos puede ser un desafío”, dice, “por lo que es mejor evitar que el problema ocurra en primer lugar”.
El dedo gordo, cuatro veces más grueso y fuerte que sus homólogos más pequeños, es la estrella de cualquier pie sano. Sin embargo, Clark cree que muchos zapatos tradicionales para niños comprometen el dedo gordo del pie, debilitándolo hasta el punto de la disfunción.
Un gran problema a la larga
El dedo gordo del pie está diseñado para ser su pivote y ancla. Si un niño pasa la mayor parte del día corriendo y entrenando con el dedo gordo del pie empujado contra otro, se debilita. Y lo paga a la larga con dolores en la pantorrilla, en la cadera o en la parte baja de la espalda.
Entonces, ¿cómo debería verse un pie sano? Un pie sano es aquel que se puede mover en todas las direcciones y en el cual los dedos se puedan estirar fácilmente. Debería ser posible mover los dedos de los pies individualmente, de la misma manera que podemos mover los dedos, aunque eso suene totalmente a un nivel ninja.
Aparte de la elección del calzado, ¿qué pueden hacer los padres para asegurarse de que los pies de sus hijos se desarrollen de la mejor manera?
La podóloga anima a los padres a que mantengan a sus hijos descalzos tanto como sea posible. Eso también se incluye en la etapa de usar un carrito de bebé: si les quitas los zapatos mientras están en él, verás que a menudo mueven los dedos de los pies, practicando el uso de estos músculos. Pero también se trata de fomentar tanto movimiento como sea posible: correr, escalar, o simplemente, ser niños.