Foto: Philippe Huguen
Auténtico dominador de la larga distancia hoy en día, el alemán ha sorprendido al mundo del triatlón con unos resultados extraordinarios. En 2015 se proclamó campeón del mundo Ironman 70.3 en Zell amb See y Full Ironman en Hawái y este año ha roto el récord del mundo de la distancia Ironman en Roth. Casi nada. Pero no podemos olvidar que Frodeno empezó con la corta distancia.
El escenario
Los triatletas compitieron en un gran escenario, a 50 km de Pekín, en la Reserva de las Tumbas imperiales Ming y Qing. Dichas tumbas se construyeron entre 1409 y 1609. El conjunto está situado en un valle, al sur de la montaña Tianshou. Un gran lugar lleno de historia.
Los protagonistas
Jan Frodeno nació en la ciudad alemana de Colonia en 1981 y creció en Sudáfrica donde se inició en el mundo de la natación (de ahí los extraordinarios parciales que logra en el agua actualmente). Un complemento a su auténtica pasión, el surf. Y fue en el año 2000, con los Juegos Olímpicos de Sídney, cuando descubrió el triatlón.
Ya de vuelta a Alemania, su pasión por este deporte incrementó hasta empezar a competir oficialmente. La primera medalla, una plata, llegaría en 2003 en un Campeonato de Europa. Se encendía la mecha.
En Pekín, la carrera tuvo dos escapados en la parte ciclista: el belga Axel Zeebroek y el luxemburgués Dirk Bockel. Pero la carrera a pie sirvió para que los favoritos, con un joven Javi Gómez Noya, el canadiense Simon Whitfield, el neozelandés Bevan Docherty y el mismo Frodeno lucharán por las medallas en los últimos kilómetros de prueba.
La imagen
En el último giro de la carrera para encarar la recta final de meta, la emoción estaba servida. Frodeno, Docherty y Whitfield corrían codo con codo mientras que Noya había quedado descolgado. El sprint final fue finalmente entre el alemán y el canadiense y rápidamente quedó claro quien era el más fuerte.
Por cierto, Frodeno se llevaría otro gran premio de Pekín: su actual mujer es la australiana Emma Snowsill, también oro en la prueba femenina de esos Juegos.
“Siento un gran amor por Hawái, es un gran evento con larga tradición, pero los Juegos Olímpicos son los Juegos Olímpicos. Para mi no hay nada más grande. El oro olímpico no podría cambiarlo por cualquier otra victoria” explica Frodeno ahora.
Disfruta de la bonita llegada
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