Unas pautas dietéticas llevadas al detalle, con pocas concesiones y lujos. Es la idea que asociamos a la mayor parte de deportistas de élite. Pero se demuestra que no siempre es así, y hay más de una (y de dos y de tres) excepción. El triatleta Pablo Dapena es, precisamente, una de las excepciones. “Me gusta comer de todo, sin ponerme restricciones ni prohibiciones. No tengo nutricionista y si el cuerpo me pide chocolate, se lo doy”. Sin problemas. Y los resultados confirman que le ha ido muy bien este método al gallego, que generalmente come en casa lo que él mismo hace en la cocina.

Desayuno: Abundancia y variedad

Por si acaso, Pablo cumple a la perfección con el dicho que afirma que el desayuno es la comida más importante del día. Un desayuno donde no falta de nada que, sobre todo, le permite rellenar al máximo de combustible el depósito para afrontar los primeros entrenamientos del día. “Suelo tomar leche con muesli, dos o tres tostadas con miel casera (que es más natural) y medio litro de zumo de naranja. Sé que tanto zumo puede parecer una animalada pero sino no puedo arrancar” explica entre risas.

Con el estómago suficientemente lleno, el triatleta Viator ya puede afrontar los entrenamientos que tocan por la mañana (como mínimo una sesión de natación), antes de volver a la mesa al mediodía para comer. Aunque puede variar en función de las circunstancias, normalmente Pablo toma un primer plato ligero donde puede haber desde una ensalada a melón con jamón o una sopa. De segundo, una comida más consistente que puede tener todo tipo de alimentos.

El reciente campeón de Galicia de acuatlón explica que suele hacer unas 5-6 comidas al día, “o las que necesite el cuerpo”. Es decir, sigue la máxima que aconsejan muchos nutricionistas de realizar más comidas al día y comer así de forma más frecuente pero con cantidades más pequeñas. Sin atracones pero manteniendo siempre el estómago activo. “Tras cada sesión de entreno suelo tomar alguna cosa que me permita quitar esa sensación de vacío, como una barrita energética o algo de fruta”.

A media tarde, con el cuerpo ya un poco maltrecho por los entrenos, toca una merienda suave pero recuperadora y que suele sentar bien y donde podemos encontrar yogur, fruta, una barrita o pan con mantequilla. Por la noche y ya para cerrar el día, una cena ligera que puede constar de una ensalada variada. “Hay que evitar las calorías antes de ir a la cama”.

Comer de todo

“No tengo problemas, como de todo”. Sin alergias ni platos concretos que no pueda ni ver, Pablo suele comer de forma variada. Eso sí, “soy muy amante de la fruta. En casa tenemos la suerte de conocer gente que les sobra fruta y que constantemente nos dan de varios tipos. De hecho, saben que aquí nos la comemos seguro” asegura con una sonrisa.

Unos gustos muy amplios que le permiten también probar todo tipo de alimentos cuando viaja al extranjero a competir. “En los hoteles la comida suele ser universal, y difícilmente tienes problemas para encontrar aquello que más te apetece o más sueles comer” explica Pablo. “Es después de la carrera cuando, si visitamos la ciudad, se puede probar la comida local”.

Tanto para empezar el día como para cerrarlo, el gallego también toma un suplemento que ayude al cuerpo a mantenerse bien, sin una fatiga excesiva.

Test final

¿Qué desayunas el mismo día de la competición?

No tomo leche ni como fruta para evitar problemas de estómago. Apuesto por zumo y tostadas con mermeladas.

¿Un alimento que te acompañe habitualmente?

En la mochila siempre llevo un plátano y una barrita.

¿Tu plato favorito?

El pulpo en sus diferentes variedades. Aunque el mejor, el pulpo a la gallega.

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