Neoprenos con material Yamamoto y paneles que facilitan la flotabilidad, bicicletas aero con geometrías cada vez más radicales, zapatillas específicas para triatlón que unen ligereza, diseño y todos los elementos técnicos que permiten un rápido calzado y ajuste. Los triatletas no son una secta, o eso creo. Pero sí seguidores de la innovación, de estilos de vida alternativos, de lo digital, de la moda… y por si fuera poco, son deportistas con alma de hierro.
Nuestros clientes son exigentes, de clase media-alta (profesionales estables) a los que les motiva conocer, experimentar y conseguir. Sudor, emoción y tecnicidad. Multicolor o negro mate, pero todo combinado. Los boxes de algunos triatlones parecen la Pasarela Cibeles y nosotros seguimos poniéndoles la moqueta arrugada.
Me encuentro con webs obsoletas, que no se adaptan a la visualización en móviles, ’responsive’ lo llaman los entendidos; pruebas sin perfiles en redes sociales o peor aún, sin actividad durante largos periodos de tiempo; y elementos gráficos sin coherencia visual que hagan especial el evento. ¿Recordáis lo que les motiva a nuestros clientes?… ¡Experimentar! Y ¿Quién se atreve a experimentar?
¡Vamos con ello! Podríamos integrar en nuestros eventos la fiebre ‘maker’ y que sean los propios triatletas quienes se fabriquen su propio regalo. O podríamos instalar un ordenador a bordo de todas las bicicletas de nuestros participantes, Speedforce, en el que tengan integrado un sistema GPS para no perderse en el circuito, un medidor de frecuencia cardiaca y temperatura o incluso un sistema de notificaciones. Así podrían saber a qué distancia se encuentra el próximo avituallamiento o la suspensión de la carrera por motivos meteorológicos. Sí, el precio… 140€ .¿Mucho? ¿Alquiler? ¿Y si buscamos sinergias? ¿Quién se atreve a experimentar?
Una vez empecé una relación con una chica que a la semana me dio un post-it para conocerla mejor. Me gustó el experimento. Nunca se me olvidará: no flores, no broncas, no mentiras, e importante, no reproches. El de los organizadores de triatlones debería tener al menos no carteles de pruebas con decenas de logos invisibles, no cinta de balizar como cinta de meta o no chalecos diferentes para los voluntarios y sí mucho lenguaje trivisual.
Pero ojo, no nos olvidemos de lo básico. A los triatletas les gusta llegar y tener un sitio para dejar el coche cerca de los boxes – gratis pedirán algunos por las redes- , espacio suficiente en boxes, circuitos bien señalizados, duchas con agua caliente y avituallamientos abundantes (el de post-meta cargado de chocolate ¿y cerveza?).
Los comienzos de año siempre son momentos en los que nos marcamos nuevos propósitos. Me encantaría que uno de esos planes fuera, para muchos organizadores, parar durante unos cuantos días, cerrar, como hizo uno de los grandes chefs con su restaurante, para pensar la nueva fórmula, el nuevo funcionamiento o lo que os pida el cuerpo que haga del evento de 2016 una competición con alma. Si no conseguimos que nuestra prueba tenga alma, seguramente no tenga sentido.









Que buena Andrés! Si alguien ha demostrado tener buena a mano en esto por esta zona eres tu! el primer nombre que me viene en estas cosas es el tuyo…