Todo deporte tiene sus trucos, sus técnicas, sus intríngulis. El triatlón no es una excepción, y más cuando hablamos de un deporte que está formado por tres disciplinas complejas y muy diferentes entre sí. Combinarlas no es fácil y requiere de conocimientos e información. Desde hoy mismo, empezamos una curiosa serie de artículos basados en esos trucos que hay que saber. Probablemente, algunos te parecerán elementales pero otros seguro que te sirven en el futuro. En cada artículo destacaremos varios puntos de cada disciplina.
Tanto si eres un triatleta que acabas de debutar o estás en el camino como si acumulas un largo listado de carreras en tus piernas, coge papel y bolígrafo y apunta. Aquí tienes los primeros mandamientos del triatlón.
Natación
1. Cuando nadamos en la piscina, hay que tener en cuenta una serie de normas no escritas que suelen seguir todos los nadadores habituales. De entrada, todas las piscinas suelen estar divididas por carriles en función de los niveles de los nadadores y de si se realizan clases particulares o se puede nadar por libre. Así pues, escoge bien tu calle por la que empezarás a sumar metros. Y, sobre todo, ten en cuenta que el nivel habitual que hay en tu piscina será diferente al que haya en la piscina, por ejemplo, de otro municipio. Por otro lado, si decides pararte a descansar al final de la calle, sitúate junto al borde de la piscina, de manera que no molestes a otros posibles nadadores que también estén entrenando en tu calle. Por último, en la mayoría de calles compartidas con otros nadadores se sigue el sentido antihorario, de manera que se nada por la derecha de la calle. Difícilmente encontrarás una Biblia con estos puntos, pero son leyes no escritas que más vale cumplir.
2. Solemos nadar en las cómodas y agradables aguas calientes o templadas de la piscina, especialmente en invierno. Pero no te acostumbres, porque en aguas abiertas es habitual encontrarte aguas y corrientes mucho más frías. Es por ello que el verano es un buen momento para entrenar en piscinas no climatizadas, con aguas más frías, e incluso en el propio mar. Así evitas que tu cuerpo se pueda quedar bloqueado el día de la competición.
3. Como ya recordamos en Triatletas en un artículo anterior, es bueno entrenar más de un estilo en la natación para mejorar el rendimiento. El crol es el más efectivo y rápido para la mayoría pero la braza y la mariposa pueden ser estilos muy efectivos cuando el mar está picado y la espalda una buena manera de salvar la situación cuando estamos en dificultades (nos han saltado las gafas, el gorro…).
Ciclismo
1. Cuidado con el móvil. No sería el primer accidente (ni el último) que sufre un ciclista por estar mirando el móvil cuando estaba en plena faena. Tener cerca ese maldito cacharro es muy tentador pero vamos a aguantarnos durante unas horas. No solo corres el resigo de sufrir una caída sino que puedes acabar sancionado (está penado por la DGT). Si tienes la necesidad de mirar el móvil, párate tranquilamente en algún lugar seguro y cuando estés, reprendes la marcha.
2. Unos conocimientos básicos de mecánica son imprescindibles cuando empezamos a entrenar en bicicleta. No hace faltar ser un experto pero los pinchazos, las salidas de cadena y los ajustes de cambios y frenos suelen ocurrir con más o menos frecuencia. No está de más que revises manuales o que el compañero de fatigas te haga cinco céntimos. No vaya a ser que te quedes tirado lejos de casa y sin saber qué hacer. Aunque siempre puedes pedir ayuda a otro ciclista que pase por allí, claro.
3. ¡Saluda! Sí sí, puede parecer una tontería pero no cuesta nada abrir la boca o un pequeño gesto con la mano cuando te cruzas compañeros de fatigas. Tampoco hace falta entablar una conversación con cada uno de los ciclistas que te cruzas pero un pequeño gesto no cuesta nada, no? Además, otra ley no escrita es la interesarse por alguien que esté parado en la cuneta: puede pasarle algo o tener algún problema mecánico. Ya sabes: hoy por ti, mañana por mi.
Carrera a pie
1. Sí, ya se que muchas veces nos da pereza, pero entrenar en cuestas tiene sus beneficios. Mejorarás la potencia aplicada a la carrera a pie, y sin tener que pasarte horas en ello. Un ejemplo de entreno efectivo es: calentamiento de 15′ a ritmo suave, de 5 a 10 rectas en una cuesta de 200 metros, 10′ de rodaje suave más 5 rectas (en terreno llano) de 100 metros a ritmo fuerte. Probablemente, no llegarás a la hora de entreno pero el trabajo realizado será más que positivo.
2. Un error frecuente es el de no ponernos crema solar cuando salimos a correr en un día caluroso. Al igual que puedes ponerte una gorra, también debes ponerte crema para evitar males mayores. Que tu piel esté morena no significa que no requiera de protección.
3. El alimento sólido es fundamental en la carrera a pie. No solo de líquido vive el hombre cuando corre. En función de la distancia que estés cubriendo, especialmente si es media o larga, valora la opción de ingerir algún alimento sólido que te aporte energía y nutrientes. El inicio de la carrera a pie puede ser un buen momento para comer algo, aprovechando que seguramente irás a un ritmo algo más lento. Sobre todo, mastica mucho y bien para que cuesta poco esfuerzo.
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