Los has visto muchas veces. Sales a la calle y ves a hombres y mujeres con ropa deportiva corriendo calle arriba y abajo. Sales a dar un paseo por la playa, y allí están, cada uno con su estilo; decides pasar un día en la montaña y no pasa un minuto que ya ves subir a algún corredor camino arriba. Te pones a pensar y… aprovechando eso de los propósitos de año nuevo, decides que este año empiezas a entrenar.
El deporte tiene el poder de cambiar la vida: te ayuda a estar más sano, a perder peso, a ser más feliz. Aquí vamos a proponerte unos consejos muy básicos por si has decidido que de 2019 no pasa: ¡Vas a comenzar a correr!
Es el primer día en el que te calzas las zapatillas y con la mejor de las intenciones, sales a correr. Tres o cuatro minutos más tarde tus piernas, pulmones y el resto del cuerpo te duele horrores y piensas en que esto no es para ti. No desesperes. Aunque vengas de practicar otro deporte o te hayas levantado directamente del sofá, esto de correr, lleva su tiempo. La clave está en empezar de forma gradual, sin prisa, pero sin pausa. Empieza caminando cuatro o cinco minutos y alterna con algún minuto corriendo, hasta llegar a un total de 20 o 30 minutos. De este modo, al cabo de algunas semanas, irás reduciendo el tiempo de caminar y aumentando el de correr.
Nuestro cuerpo necesita adaptarse a los nuevos requisitos que suponen el realizar una actividad física. Es por eso que debemos irlo activando progresivamente al inicio de cada sesión para que responda correctamente. De este modo, evitaremos lesiones prematuras.
No corras siempre por el mismo sitio. La monotonía es un gran enemigo del progreso. Varía la ruta, la superficie sobre la que corres. Si llevas música, renueva la lista.
Hay días en los que te sentirás con fuerza y sacarás un entrenamiento brutal. Pero no intentes repetirlo cada día. Es un error de principiante querer hacer mucho en poco tiempo y puede ocasionarte lesiones o quemarte. Cuando empiezas a correr, tu meta debe ser el pasarlo bien y quedarte con ganas de volver a correr al día siguiente (o en un par de días). Lo ideal sería salir a correr cuatro o cinco días a la semana, teniendo en cuenta el incrementar el tiempo o la distancia semanal en no más de un 10%.
Comprometerte con un grupo o con otra persona para salir a correr te obligará a salir aunque no tengas ganas en un principio (ya te vendán después). Y si no tienes más remedio que salir solo, siempre puedes engancharte a alguien que pase corriendo por tu lado. Sólo procura escoger a quien puedas seguirle el ritmo durante un rato.
Es un tema peliagudo y con muchas opiniones al respecto. Sólo te diremos que para correr no vale ponerte cualquier cosa en los pies. Si no, tarde o temprano acabarás lesionándote. Busca una buena tienda de deportes y déjate asesorar. Si no sabes por dónde empezar, pregunta a alguien que lleve tiempo corriendo y te dirá algún sitio a donde puedas acudir.
Ya sean motivos de salud, perder peso o terminar una carrera, la mejor manera de mantener el hábito es dándole un propósito a esto de correr. Fija un objetivo realista y a corto plazo. Cuando lo consigas, pasa a uno mayor. Marcarse un objetivo muy a largo plazo hará que pierdas el interés y la motivación. Quizá´ te ilusione acabar un maratón. Pero antes deberías empezar (y terminar) carreras de 5, 10 o más km.
Correr es adictivo y cada vez tendrás ganas de más. No dejes que tu afición por el deporte te obsesione, ¡simplemente disfruta y mejorarás prácticamente sin darte cuenta!
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