La de este artículo es, sin duda, una historia de inspiración y motivación como pocas en el mundo y en la historia del triatlón. En 2015 se cumplieron 10 años desde que el número 179 en las pruebas de la franquicia Ironman dejó de ser un número cualquiera, para convertirse en el dorsal de los guerreros. 

Des del Campeonato del Mundo de Hawaii de 2005, en todas las pruebas Ironman de Estados Unidos se reserva el 179 para algún triatleta especial. ¿Queréis saber porqué? Seguid leyendo.

El protagonista de la historia es Jonathan Seth Blais, o como es más conocido, Blazeman, que nació y creció en Nueva Inglaterra aunque vivió en Massachusetts. Allí obtuvo su diploma en educación y se estableció como profesor de niños con problemas emocionales e impedimentos de aprendizaje. Jon competía en triatlones desde una edad muy temprana, de  hecho, antes de que cumpliera los 13 años. Su don eran las bicicletas ya que las construía y reparaba y su sueño era competir algún día en un Ironman. Y si era en Kona, mejor.

Aún así su cuerpo se lo puso muy difícil. Cuando llegaba a los 30 años sus habilidades motrices y sus músculos empezaron a atrofiarse. A los 33 le diagnosticaron el ELA, Esclerosis Lateral Amiotrófica. Le quedaban dos años y medio de vida. Desde entonces decidió hacer cosas increíbles.

Quiso darle la cara al ELA y utilizó el deporte que amaba para ayudar a crear consciencia y recaudar fondos para encontrar una cura para la horrible enfermedad. El 15 de octubre de 2005, Jon se convirtió en la única persona con ELA que ha completado un Ironman. Le bastaron 16 horas 28 minutos y 56 segundos para acabar la prueba, en la meca del triatlón. Cruzó la línea rodando como un tronco, después de sufrir y mucho durante la carrera, de hecho ya no podía utilizar un brazo y los músculos le daban calambres y se le retorcían.

La decisión de rodar en la línea de meta salió de una entrevista con Mike Reilly antes de la carrera. Reilly le preguntó: “Jon, si te estuvieras acercando a la línea de meta y no pudieras seguir avanzando… ¿Qué podemos hacer para ayudarte?”. La respuesta de Jon fue clara: “¡Venid corriendo y haced rodar mi trasero hasta la línea de meta!”. Y desde ese momento, rodar se ha convertido en un símbolo de la memoria de Jon y de la concienciación del ELA, que él siempre quiso dejar. A día de hoy ya ha sido reproducido por numerosos atletas como un símbolo de esperanza. Sin ir más lejos, la británica Leanda Cave celebró su victoria en el Campeonato del Mundo Ironman de Kona de 2012 de esta forma: entrando en la meta rodando, en memoria de Blazeman.

El impacto de Jon en el triatlón ha sido enorme, con numerosos premios. En febrero de 2007, el triatleta estadounidense recibió el premio al Competidor del Año en la Ceremonia “Endurance Sport Awards”. Dos meses después, la transmisión de NBC sobre el Campeonato Mundial de Ironman Ford de 2006, ganó el “Sport Emmy Award” como “Outstanding Edited Sports Special”.

Finalmente, Jon falleció en mayo de 2007 y, un mes después, la Corporación Mundial de Triatlón anunció una nueva iniciativa: en todos los eventos Ironman de los Estados Unidos (ya sean Ironman, Ironman 70.3 y IronGirl) se reservará el número 179, el número de Jon en Kona. ¿Para quién? Para algún atleta especial, algo sin precedentes en el mundo del triatlón. Desde entonces, muchos “Guerreros” han solicitado el número 179 en varios eventos deportivos en todo el país.

Y qué mejor manera de terminar que con palabras de Jon: “Se nuestros brazos y piernas, y muéstrele al mundo qué es el ALS”. El significado de la vida es vivirla. En el décimo aniversario de la victoria personal de Jon en Kona, el sigue siendo la primera y única persona que ha completado un evento Ironman.

Nuestro deseo desde Triatletas en Red es que algún día podamos escuchar a un atleta cruzando la línea de meta diciendo: “Soy un sobreviviente del ALS”. Así que, ¡a rodar!

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