Preparar un triatlón no es solo acumular kilómetros en piscina, carretera y zapatillas. La forma en la que comes —antes, durante y después de cada sesión— puede convertir tu día en Cala d’Or en una experiencia memorable… o en un reto interminable. Y no hace falta ser un profesional para cuidar estos detalles: cualquier triatleta, independientemente de la distancia, puede beneficiarse de unas pautas simples pero efectivas.
La semana previa es momento de estabilizar tu alimentación, no de hacer experimentos. Mantén una dieta equilibrada con presencia de hidratos de carbono complejos (arroz, avena, pasta integral, patata), proteínas magras y grasas saludables. Reduce la fibra excesiva y los alimentos muy grasos los dos días previos para evitar molestias digestivas.
El día antes, prioriza comidas fáciles de digerir y reparte la ingesta en varias tomas pequeñas. La cena, ligera y rica en hidratos, es tu punto de partida para el gran día.
Y el desayuno de la carrera… lo conoces ya. No improvises. Repite lo que hayas probado en entrenamientos largos: pan o tostadas con mermelada, avena con fruta madura o yogur, un café o infusión si te sienta bien. El objetivo es llegar a la salida con energía, pero sin sensación de pesadez.
En el Small quizá te baste con hidratarte bien, pero si compites en el Olímpic o el 1/3 Full, planifica tu combustible como parte del entrenamiento. Gel, barrita, bebida isotónica… da igual el formato, lo importante es que lo hayas probado antes y sepas cómo te sienta.
En el segmento de bici, es más fácil comer y beber que corriendo, así que aprovéchalo. Un gel o medio plátano cada 30-40 minutos, pequeños sorbos de agua o bebida isotónica y, si lo necesitas, sales minerales para evitar calambres.
En carrera, la clave es mantener el aporte sin castigar el estómago: gomitas energéticas, geles o incluso trozos de fruta en los avituallamientos, esto último solo recomendable si has probado a tomar fruta corriendo y solo para participantes del 1/3 full. Evita si o si frutas como la naranja, son demasiado ácidas y te darán problemas de reflujo.
Termines en la posición que termines, tu cuerpo agradecerá que repongas líquidos, hidratos y proteínas en la primera hora tras cruzar meta. Un batido recuperador, un bocadillo de pavo o queso fresco con pan, fruta… y, después, ya habrá tiempo para esa paella o pizza con amigos.
La recuperación no es solo física: hidrátate bien, estira suave y disfruta de la satisfacción de haber completado tu objetivo en un entorno único.
El TotalTri Mallorca no es solo una cita en el calendario: es la oportunidad de cerrar temporada con buenas sensaciones, rodeado de un ambiente que motiva desde la recogida del dorsal hasta el último aplauso en meta. Llegar bien alimentado y con una estrategia clara te permitirá no solo terminar, sino disfrutar cada brazada, pedalada y zancada.
Este 11 de octubre, que la nutrición juegue a tu favor. Porque en Cala d’Or, cuando cuidas lo que comes, disfrutas el doble de lo que corres.
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