“Confío en que puedo hacerlo y cuando me veo haciéndolo aumenta mi confianza”. Éste es uno de los círculos viciosos más bonitos del deporte. Y ahora matizo: si tenemos unos objetivos y plan de acción adecuados.
Existen diversas teorías sobre la confianza, como por ejemplo la de Autoeficacia de Bandura o la de Confianza de Vealey, que explican que las creencias que tenemos respecto a nuestra capacidad para conseguir determinadas tareas y cómo nos sentimos frente a estas, determinarán la motivación y que consigamos el objetivo con más o menos estrés y más o menos éxito. Pero, ¿cómo aplicamos esto al triatlón?
Cierto, siempre pueden haber imprevistos, igual que al salir un día a la calle puede caernos una tromba de agua. Haz por tener atado todo aquello cuanto dependa de ti y focaliza tu atención en ello, en que tú puedes hacerlo, en que tienes los recursos necesarios. El resto, deja que empiece el baile y pon tu mejor ritmo, el resultado final será haber disfrutado del camino y saber que en lo que a ti respecta, el resultado es positivo. ¿Qué has mejorado, qué has aprendido, qué has conseguido?
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