La recuperación completa del tobillo del belga y su progreso sobre la bici, su equilibrio entre riesgo y futuro y el desestabilizador factor psicológico marcan el presente del belga a días de la cita en Niza. 
“Puedo decir y anunciar que iré a Niza. Estaré allí“. Pocos le esperaban y menos en forma pero tal y como anunció hace unos días Marten Van Riel ya se encuentra en Niza concentrado preparando las dos últimas semanas previas al Mundial Ironman de un circuito técnico que califica como ‘muy difícil’ y adaptándose al hipotético calor que pueda hacer el próximo 14 de septiembre. Pero, sobre todo, el belga lo hace con un optimismo y hambre que hasta ahora brillaba por su ausencia y le devuelve, quien sabe, a la terna de favoritos.
Un cambio de actitud que surge después de los grandes avances obtenidos en las últimas tres semanas en esa lesión que le ha martirizado y puesto su temporada en stand by. Tal y como, el triatleta ha expresado en su último vídeo de Youtube ha sido todo “muy, muy rápido”. Literalmente, el belga ha dejado de sentir dolor después de estar tres semanas sin poder correr, caminar cojo y sufriendo grandes molestias debido a una inflamación del tobillo que le infamaba parte del tejido.
Una milagrosa recuperación que el ganador de T100 Triathlon World Tour en 2024 atribuye a los ejercicios de entrenamiento elíptico y aquajogging, las sesiones en la cinta antigravedad AlterG y en la piscina hipóxica, así como unos ejercicios de salto recomendados por su fisioterapeuta. Fue en estos donde vio la ‘luz’: “Los hice un viernes, el lunes volví al gimnasio e hice exactamente los mismos ejercicios de salto. Y, de repente, no sentí ningún dolor”.
Un adiós al dolor que le ha cargado de fe respecto a su actuación en la carrera a pie en el Mundial de Niza: “Empiezo a tener confianza en que podré correr una maratón en dos semanas y media e intentamos hacer un poco más de hincapié en ella en estos últimos 10 días.”.
Sin embargo, Van Riel no pierde la perspectiva de una carrera profesional a largo plazo: “Todavía tenemos que tener cuidado con el tobillo porque tampoco quiero acabar haciendo el Ironman y romperme el tobillo. Así que debo ser sensato, porque esto no es el final de mi carrera. De hecho, vamos a intentar aumentar la intensidad con diferentes factores y ya veremos hasta dónde podemos llegar”.
Pese a su cautela, las palabras del belga irradian una euforia difícil de contener: “Estoy emocionado de nuevo por competir y esto no se acaba hasta que se acaba”. No le faltan los motivos, a su progresión en la carrera a pie se le suman sus buenos números en las otras dos disciplinas después de focalizarse en ellas en este impase de ‘baja’: “Mi ciclismo y natación están bastante bien. De repente, probablemente estoy cerca de mi mejor forma física en la bicicleta. He estado montando en bicicleta más de 20 horas a la semana durante las últimas cuatro semanas”. De ser así, lo convierten en uno de los hombres más a tener en cuenta en ese segundo segmento, que puede ser la clave de su resultado final dado la incertidumbre de su natación y maratón.
Buen momento de nuevo que no obstante Van Riel aprovecha para señalar y realizar una autocrítica sobre su psicología deportiva: “Cuando las cosas van bien, me siento muy bien mentalmente. Cuando van mal, me siento muy mal mentalmente”.
Lo ejemplifica de forma muy gráfica con su rendimiento ciclista y acuático: “Mis sesiones de natación y ciclismo estaban muy por debajo de mi nivel. Pero, de repente, ahora estoy en un mejor estado mental, encontré ese flujo y, en los últimos días, las sesiones de carrera, especialmente las de ciclismo, han ido muy bien. Eso demuestra lo mucho que un estado puede influir en una persona”. Y sentencia: “Son con estas fluctuaciones mentales con lo que quiero acabar”.
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