Heather Jackson firma una actuación de escándalo en el evento 100K, la «hermana pequeña» del UTMB, en lo que es otra de tantas curiosas y valiosas historias deportivas.
Kona es lo que nos viene a (casi) todos a la cabeza si hablamos de triatlón de larga distancia e IRONMAN, el Mont Blanc y su UTMB es lo que se nos pasa por la mente si pensamos en el ultratrail más duro.
Más de 6000 metros de desnivel, 100 kilómetros de recorrido entre Courmayeur a Chamonix divididos entre Italia, Suiza y Francia. Una prueba la UTMB CCC que desde el primero momento le puso a prueba nada más arrancar, situándole a más de 2500m de altitud en apenas unos minutos. En el mapa mental y en el de las piernas; Tête de la Tronche, Grand Col Ferret, La Giete, Les Tseppes, Col des Montets y una última subida al Vallon des Cheserys como antesala de arco de meta que una hora antes ya había conquistado la sudafricana Toni McCann; y por la que habían pasado Martyna Mlynarczyk, Rosanna Buchauer, Hau HA THI, antes de que lo hiciera ella después de 12:50:56 sobre el terreno, Heather Jackson.
Horas después de ese TOP5 que le hace figurar en la foto de las mejores, aunque sin podio, Heather Jackson todavía no se creía su hazaña. “5º puesto en @utmbmontblanc CCC ayer Todavía en shock Conseguí bajar esos descensos locos en posición vertical. Sinceramente, estoy tan y tan emocionada”.
La dueña de esa valiosísima quinta plaza en UTMB CC no es una deportista cualquiera. El Mont-Blanc recibía con honores a toda una campeona IRONMAN. De siete en concreto. El último casualmente el IRONMAN Vitoria-Gasteiz en 2019. La versión discreta de su carta de presentación que, si la quisiéramos hacer vanidosa, añadiríamos un para nada significante bronce en el Mundial de Kona de 2016 y una plata y otro bronce en los mundiales IRONMAN 70.3. de 2013 y 2012 respectivamente. Pecando de modestia, tampoco diríamos que en su palmarés suma medallas en persecución y ómnium en ciclismo en pista.
La suya pude parecer y lo es una historia de multi-éxito deportivo, pero también de hastío. El mismo que en 2020 e inmersos en plena pandemia del COVID-19, le llevó a romper con el triatlón y proclamar a los cuatro vientos que la preparación para Kona se había vuelto mortalmente “aburrida”, esclavizada en la férrea rutina de las tres disciplinas “”Llegué a un punto en las carreras de IRONMAN se convirtieron en lo mismo una y otra vez, y después de un tiempo era difícil tener ganas de hacer lo mismo otra vez“.
Por eso, hizo saltar por los aires todas las tablas de entrenamiento y rendimiento e hizo caso a su propio lema “¡Elige tu aventura y ve a por ella!”. Concretamente, la que le tenían reservadas las montañas.
“Sentí todas las dudas que uno puede experimentar al hacer un cambio masivo en su vida: preguntas y miedos tanto reales como imaginarios. Pero enfrentar el miedo, el miedo a lo desconocido, el miedo a los nuevos desafíos, puede generar los sentimientos más verdaderos e intensos de estar vivo. Eso es lo que estas nuevas aventuras me estaban mostrando: una felicidad y satisfacción al explorar lo desconocido y desafiarme a mí mismo de una manera que nunca antes lo había hecho”.
Pero también selló una promesa con el triatlón por el amor que una vez se tuvieron en presente, volvería una última vez a Kona.
No se lo puso fácil un contexto sanitario mundial en el que se pasaban las hojas del calendario sin opción a competiciones, a la vez que su cabeza se sumía en una borrasca de dudas antes de salir de ella con una nueva filosofía totalmente definida “divertirme en cada sesión”.
Sin embargo, una promesa era una promesa y el 6 de octubre de 2022 Heather Jackson recorrió por última vez los 3.8 km en mar abierto, los 180 km en bicicleta y los 42.2 km del maratón en Kailua-Kona con el que puso fin a su carrera en el triatlón. Para el recuerdo, una decimosexta posición justo por detrás de nuestra Gurutze Frades.
Desprovista de las cadenas invisibles que la ataban hasta ese día al triatlón, la estadounidense fue por fin libre para cambiar radicalmente de vida. Volvió a sus raíces sobre las dos ruedas, pero en lugar de hacerlo en el velódromo y la pulcra pista, lo hizo en gravel donde ya ha cuenta con más de un triunfo en sus piernas, el más relevante: la victoria en la franquicia Belgian Waffle Ride (BWR) en San Diego el año pasado. Y como es obvio, no se quedó ahí, probó las mieles de la naturaleza más salvaje.
Ahora menos de dos años después de su debut, Jackson ya se ha ganado un hueco entre las mejores. La del UTMB Mont Blanc CCC no es su única actuación brillante, pero sí la más prestigiosa. Antes, ya había conquistado Javelina 100 Mile y Black Canyon 50K, subido al podio en Black Canyon 100K y debutado con otro TOP5 en Javelina 100 Mile en 2022.
A los triatletas se les presupone la resistencia y se les cuestiona la adaptabilidad en diferentes distancias. Heather Jackson directamente no solo demostró en su momento capacidad para ello, sino que ahora prueba una vez más una maleabilidad deportiva al alcance de muy pocos. La innata de aquella niña que primero fue jugadora de hockey, antes que triatleta y trailrunner. Quién sabe qué será el día de mañana de esta estadounidense de “solo” 40 años.
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