Jordi Montraveta será el debutante español de 2025 en el Mundial. Fotografía: @jamesmitchell5 en @ironmanlanzarote
El catalán firma una extraordinaria carrera de menos a más y escribe su nombre en una de los triatlones más prestigiosos y duros del mundo y en el que Ramón Ejeda roza el TOP10 y Mikel Ugarte es la otra cara de la moneda.
15 de agosto. ‘Operación salida’ para los afortunados, inicio de la ‘operación regreso’ para aquellos a los que las horas de vacaciones se cuenten por horas y para (casi) todo el mundo, día festivo, incluso para aquellos triatletas a los que a esto último le dan un sentido algo retorcido participando en ‘Le Mythe‘, el Triatlón de Embrunman donde probablemente hasta los ateos se encomiendan a la Asunción de la Virgen María aparte de a su físico para sobrevivir en un buen día. Y la edición de 2025 no fue una excepción.
De madrugada, transitando al alba como ellos a lo largo de los 3.8k en el Plan d’Eau d’Embrun comenzó como siempre una carrera masculina en la que el galo Brice Gayant (47:15) fue el más rápido seguido por un grupo de otros nueve rivales entre los que se encontraba Mikel Ugarte, Pierré Legout o William Mennesson a menos de medio minuto.
A dos minutos del líder provisional salió Thomas Steger y a casi tres lo hicieron Ramón Ejeda y Fernando Santander (51:06). Un minuto más tarde abandonó el lugar Jordi Montraveta (52:29) y algo más rezagados lo hicieron tanto Gonzalo Fuentes (53:43) como Pello Osoro (54:03). Todos ellos esperando un segmento ciclista más propicio para sus cualidades que iba a hostigar desde el principio.
KO. Una palabra tan corta como contundente y así fue la realidad de Ugarte nada más salir del agua. El hombre que soñaba con llegar a meta en el lugar que conoció el triatlón (tal y como comentó en las horas previas) se vio obligado a abandonar casi a las primeras de cambio.
*En el momento de la redacción de esta crónica, se desconoce todavía si su adiós se debió a una caída en los primeros kilómetros sobre las dos ruedas o por alguna molestia relacionada con la caída que condicionó su preparación para la cita francesa.
Agur a la aspiración juvenil del oñatiarra, au revoir a uno de los favoritos del día y una de nuestras mejores bazas. Porque Le Mythe es malévolo.
Sin tiempo para lamentar en profundidad el infortunio de Mikel, la carrera se puso cuesta arriba tan pronto como tocaron los pedales y el libro de ruta les dirigió directos al ascenso de Les Means, donde en una especie de replica de lo sucedido en 2024, Mennesson (1:23:52) tomaba el mano para coronar el primero en solitario seguido en esta ocasión de Lilian Pierré y Julien Ferandeau (1:24:10).
Y si lo del francés evocaba al pasado, el arranque sobre la bicicleta de los nuestros tuvo el mismo toque reminiscente. Montraveta (1:29:02) apenas necesitó de esos 13K para encaramarse al TOP15 (como lo hicieron otras figuras fuertes como Thomas Navarro), los mismos que Osoro (1:30:44) para comenzar a carburar, colarse en el TOP30, situarse a la par de Ejeda y esbozar lo que iba a su segmento ciclista. Lo mismo que Alex Unzueta. Si el curso anterior ‘Unzu’ escaló 46 posiciones ese tramo, en este y después de una natación que le pasó mayor factura, su escabechina en Les Means fue de ¡101 posiciones! para colocarse en 108ª plaza todavía muy lejos de los lugares nobles (1:44:52). Y en ese ascensor, el que todavía esperaba su turno era un Fuentes (1:32:15) que se mantenía, pero que no pudo coger la rueda de Osoro e ir de la mano.
El posterior descenso y el terreno rompepiernas hasta coronar Saint Clément en el el km60 aproximadamente dejó atrás un primer tercio del segmento en el que Mennesson (2:33:18) lograba incrementar su renta hasta el +1’33” respecto a Pierré y Ferandeau se ‘caía’ de ese dueto para dejar la tercera plaza a un creciente Theo Debard (+2’07”) al que perseguían Ewan Jacobi, Giel Meesen, Steger y el propio Ferandeau a unos cuarenta segundos (+2’43”).
Misma estela negativa seguía en esos instantes un Montraveta que no logró recortar tiempo, más bien lo contrario y veía como se le escapaba el líder a una distancia de +6’07” antes de iniciar el coloso del día, el Col d’Izoard, pero se mantenía dentro del TOP15 rodando junto a un interesante grupo formado por Matthieu Bourgeois, Michiel Stockman, Joren Thys, Sven Van Luyc y Navarro.
Y llegó el Col d’Izoard tan imponente y determinante como contradictorio en cuanto a los resultados plasmados en su cima. Porque sí, ahí en sus 2.360 metros de altitud y a punto de sobrepasar únicamente el primer 100K Mennesson (4:10:13) pese a todo se mantenía al frente y Steger por su parte había tenido la capacidad de morder gran parte de su ventaja para colocarse a apenas medio minuto; igual que a aproximadamente 1’30” Maxim Chane, Pim Van Diemen y Debard discutían entre si el TOP3; mientras que en cuanto a nuestros intereses Montraveta cedía tiempo y se alejaba hasta los +8’15”; lo mismo pasaba con Fuentes, Osoro y Ejeda dentro de ese TOP30, pero en lado positivo y como una réplica ‘Unzu’ avanzaba desencadenado a un TOP50 que ya era suyo y donde le ‘esperaba’ Santander.
Sí, las cosas estaban así, pero todavía quedaba mucho por discernir y la primera muestra de ello estaba a punto de acontecer en el descenso del puerto.
En el ciclismo corre ese dicho que reza ‘si no puedes subiendo, inténtalo bajando’ y si bien en Le Mythe no había un equipo potente que dirigiese los tiempos, sí hubo unos triatletas decididos a jugar a ‘ciclistas’. En un movimiento propio de acordeón y su música alegre, Mennesson (4:34:46) logró coger ‘aire’ y después de haberla visto dramáticamente contraída amplió su ventaja hasta los +2’22” con Steger, a la vez que el trío que en la ascensión peleaba por el podio desaparecía para dar paso a un TOP10 en el que se hallaba Montraveta que conseguía aguantar el empuje del galo y mantenía e incluso recortaba ligeramente las diferencias respecto a la cota, un aviso de la secuencia posterior.
Una bajada que también aprovecharon Fuentes, Osoro y Ejeda para encimarse sin llegar sobre el TOP20 y un supersónico ‘Unzu’ y Santander para hacerlo lo propio sobre el TOP40.
El significado de resistencia volvió a resonar en ese tramo entre Briançon (119,5K) y el segundo ascenso a Saint Clément (160K) como recordatorio de no dar nada por ganado ni nada por perdido en el triatlón de Larga Distancia. Concretamente, cuando Steger amenazó a Mennesson a +1’11” y el terceto de Richard, Thys y Montraveta afilaban los dientes al pasar a +5’23”.
Los tambores de guerra estaban listos a menos de 30K para colgar la bici y, si no fuera poco, el infortunio se cebó con Mennesson por lo que antes de llegar a la T2 el cambio de líder fue un hecho. El maratón iba a comenzar con Steger en primera posición y una renta a gestionar de +2’38” con Mennesson y +5’05” respecto al trío.
Montraveta accedía a la carrera a pie con opciones a todo, desde repetir su TOP5 de 2024 hasta soñar con la victoria y el desnivel del primer 5K de cada una de las tres vueltas podía ser clave. Más atrás, Osoro lo encararía con una plaza dentro del TOP20 (18º) que iba a pelear con uñas y dientes, lo mismo que un Fuentes que la tenía cerca. Mientras que la hercúlea remontada de ‘Unzu’ sobre la bici culminaba con éste en la 31ª plaza.
Podían serlo y ‘pagar’ el peso de más de seis horas de prueba encima y 5000m de desnivel acumulado en sus piernas, pero en esos compases iniciales Steger demostró todo lo contrario. Con un ritmo sereno, un rictus casi perfecto y la intención de demostrar que su tercer puesto en Alpe d’Huez no fue casual, el austríaco firmó un primer giro de 14,02K donde fue capaz de retener una ventaja de +2’33” con un Richard que ya en esos momentos se destapó como el hombre más peligroso en la carrera a pie, o mejor dicho, lo recordó.
Y si el duelo entre el austríaco y el francés prometía emociones fuertes, Montraveta hacía su trabajo y, mucho más entero que el resto de los hombres del TOP5 a excepción de Richard, no necesitó más para consolidar su plaza en el podio con un colchón de cuatro minutos respecto a Mennesson que corría cuarto en esa referencia. A esas alturas, la posibilidad del catalán planteándose pelear por la plata era factible. Una hipótesis que descartó a lo largo de la segunda de las vueltas. El ritmo del TOP2 era superior y a +5’50” de ellos aceptó que su destino en la jornada de hoy era firmar un tercer puesto que un agresivo Van Luyc a más de diez minutos trató de inquietar en el.
Porque sí, el foco era por méritos propios para un Steger y Richard que iban a protagonizar un agonizante mano a mano en el que cada kilómetro que pasaba adquiría acento galo, igual que sucediese hace unas semanas en Alpe d’Huez.
No obstante, siempre hubo una cosa clara, Steger iba a vender cara su derrota y su defensa como gato panza arriba fue un hecho comprobado. Gracias a ello, el austríaco pudo encarar el ultimo 15K por delante, pero con una irrisoria renta de +9” a su posición privilegiada le quedaba lo mismo que a un helado sin comensal en plena ola de calor.
Así fue y a su ‘rendición’ ante un Louis Richard (9:17:39) que igual que en 2024 demostró dominar los ‘tempos’ de Le Mythe como si de un hechicero se tratase y la pócima perfecta del ‘menos a más’ fuera su secreto personal, le siguió una ‘explosión’ donde los esfuerzos de ese Plan d’Eau d’Embrun y Col d’Izoard pretéritos tomaban ‘vida’ para regresar y tocar a su puerta. Tanto que a 9K para la meta, y ante tal desfallecimiento, una hipotética remontada de Montraveta no pareció del todo descabellada, pero Thomas Steger (9:24:40) superó su ‘crisis’ para posteriormente calibrar y regular su pérdida y su ritmo hasta llegar a meta en segunda posición.
Sin más sorpresas, un extraordinario Jordi Montraveta (9:28:24) se alzó con el bronce y un tercer cajón con el que no solo probaba las mieles de ese lugar de honor en un escenario como Embrunman, sino que el catalán devolvía al triatlón patrio a unas posiciones que no saboreaba desde 2019 cuando Judith Corachán pasaba a la historia con su triunfo y Víctor del Corral ocupaba una tercera plaza que hoy hereda el del Club Triatló Prosan.
Y si la progresión de Montraveta le valía un podio y reconocimiento público, la de Ramón Ejeda (10:09:15) en el último segmento merece loas del mismo o mayor tamaño, porque el del Tricanet de Berenger partió desde una ya más que mencionable 28ª posición, pero después de 42K donde su zancada rebasó rivales como quien se sabe poseedor de una fuerza que el resto no, su remontada culminó con un extraordinario 11º lugar a menos de tres minutos del TOP10.
Por su parte, en clave propiamente euskalduna, Gonzalo Fuentes (10:29:50) terminó 20º en la élite masculina después de ceder alguna posición en la carrera a pie, en contraposición a lo que vivió Alexander Unzueta ‘Unzu’ (10:37:00) que puso punto y final a su estratosférica remontada en 24ª posición. Mientras que Pello Osoro corrió la suerte parecida a Ugarte y si bien puedo completar el recorrido, lo hizo tras 12:31:48 en lo que en declaraciones posteriores ha calificado como “debacle terrible” después de una jornada cuyas sensaciones ya fueron negativas desde el inicio y se consumaron en el maratón y donde el DNS de su hermano Txomin por enfermedad, también afecto en el aspecto moral del guipuzcoano. Eso sí, hecho de otra pasta, la de la cabezonería y el tesón, se llevó su medalla de finisher, tal vez de más valor que en ocasiones con mejor resultado.
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