No es nada nuevo para nadie ver o leer sobre alguna de las burradas que lleva a cabo el ex remero olímpico y ahora ciclista a la vez que triatleta profesional, Cameron Wurf. A pesar de que estas locuras suelen ser habituales para poder compaginar ambos deportes al máximo nivel, el australiano nunca deja de sorprendernos.
Este domingo tuvo lugar una de las carreras ciclistas más bonitas, históricas y duras que existen, la París-Roubaix, y como no podía de ser de otra manera, Cameron Wurf tomó la salida por segundo año consecutivo, pero esta vez consiguiendo acabar. El ciclista profesional del Ineos Grenadiers, al igual que el resto de ciclistas del pelotón, estuvo pedaleando durante 6 horas y 11 minutos para poder completar los 262 kilómetros de carrera a una velocidad media de 42,5km/h. “Tan lleno de baches que me duele hacer pipí”, ha titulado la actividad Strava de esta carrera.
Como es de imaginar y acostumbramos a ver, todos los ciclistas que participan en esta clásica llegan a la meta más que doloridos y completamente desfallecidos, pero por mucho que “le duela hacer pipí” a Cameron Wurf, ha decido que lo mejor para preparar su próximo asalto a la distancia IRONMAN era irse a correr, nada más y nada menos, que 21 kilómetros.
Lo mejor de todo es que esta media maratón que ha corrido después de completar la París-Roubaix no ha sido especialmente lenta. Wurf ha completado los 21 kilómetros a un ritmo medio de 4:06min/km, tocando varios kilómetros ritmos cercanos a 3:40min/km. Simplemente, una locura. Es difícil de imaginar a otra persona en este planeta capaz de llevar a cabo tal barbaridad.
Veremos si ahora acaba presentándose al IRONMAN de Texas -aparece inscrito- el próximo 22 de abril, donde podría intentar clasificarse para el Campeonato del Mundo de IRONMAN que se celebrará en Niza.
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