La canadiense no se calla y señala el trato que reciben los hitos numéricos femeninos en contraposición a los masculinos en los medios.

Tamara Jewett se ha hartado y ha explotado en redes sociales para reclamar el lugar y la justicia que le corresponde a los recientes hitos femeninos ante el agravio comparativo que estos están recibiendo respecto a la élite masculina por parte de la prensa.

Lamentablemente, ni siquiera el triatlón que es per se un deporte joven y por ende un deporte donde la triste brecha existente entre el trato recibido por la élite masculina y la élite se presume inexistente – y lo es en premios y condiciones laborales propuestas desde los circuitos – escapa de los viejos patrones todavía vigentes en la industria de la información y el marketing y la canadiense ha dicho basta para alzar la voz públicamente: “He evitado hacer hincapié en esto porque -como sea- las carreras masculinas son una carrera diferente con una dinámica diferente. Pero estoy un poco molesta porque la carrera de los hombres es más publicitada que los Ironman femeninos”.

DE TÚ A TÚ


A Jewett que terminó cuarta en el pasado Ironman Lake Placid o novena en el Campeonato del Mundo de Ironman 70.3 en 20204 le sobran argumentos para su protesta. Tal y como menciona su carrera a pie en tierras estadounidenses “sólo fue 14 segundos más lenta que la del ganador profesional masculino (Matthew Marquardt), y menos de 3 minutos más lenta que la de la superestrella masculina del triatlón Jason West (el más veloz de la jornada)”. 

Es más, su crono de 2:40:05 no solo fue el mejor registro nunca visto en élite femenina en Lake Placid o la dejó a un puñado de segundos de Marquardt (2:39:51), West (2:37:18) o de bajar de ese 2h40m, sino que en términos generales fue el tercer mejor registro global del día, únicamente superado por los dos ya mencionados y mejorando así los registros de hombres como Leon Chevalier (2:45:50), Kristian Høgenhaug (2:45:58) o Trevor Foley (2:46:03), estos dos últimos acreedores de dos de las posiciones del podio aquel 20 de julio.

CARRERAS, MARATONES Y DEBUTANTES MÁS RÁPIDAS, EN ESE ORDEN


Sus números la avalan en su queja, como también lo hace el progreso que experimenta la actuación global de la élite femenina y ahí reside el quid de su demanda en redes sociales. El Mundial de Kona de 2023 con 16 mujeres sub’9H y 4 Sub’3H en maratón – récord hasta la fecha – dio una especie de pistoletazo de salida a esa evolución que hoy afortunadamente parece imparable, algo de lo que ya dio pistas unos meses antes la plusmarca sobre la bicicleta de la hoy ya retirada Daniela Ryf en Challenge Roth.

LOS PATRONES DE LA BIENAVENTURADA ERA FEMENINA

Desde entonces, los nuevos récords en multitud de eventos ha sido una constante, ya fueran del circuito o de sus diferentes segmentos, y si a Ironman exclusivamente nos referimos, el pasado Ironman Hamburgo fue el epitome del triatlón femenino actual en todas sus distancias. La cita alemana, que a su vez ejerció como Campeonato de Europa de la franquicia, dejó la carrera más rápida de la historia con una victoria de Laura Philipp en 8:03:13 y un segundo puesto de Kat Matthews en 8:05:13 que se convirtieron en los dos mejores tiempos en Ironman y el segundo y tercero respectivamente en la larga distancia, solo superado por el 8:02:38 de Anne Haug en Challenge Roth 2024.

Asimismo, Solveig Løvseth firmó el mejor debut femenino en LD parando el tiempo en 8:12:24, lo que le sirvió para colarse a las primeras de cambio dentro del TOP10 de mejores cronos Ironman. Un mes después, en ese mismo Ironman Lake Placid al que hacía alusión Jewett, la noruega ganaba su primer IM. Velocidad global que tuvo su éxtasis – igual que en Estados Unidos – en el maratón donde Philipp con 2:38:27 rompió la barrera de las 2h40m.

SU SITIO: POR ELLAS Y POR LAS QUE VENDRÁN

Si en su día en el mundo futbolero se hizo icónico el “Gales, golf y Madrid, en ese orden” de Gareth Bale, en el triatlón femenino impera el “Carreras, maratones y debutantes más rápidas, en ese orden” y las protagonistas están dispuestas a demostrarlo una y otra vez en meta, sino a luchar para que sus logros tengan el reconocimiento y espacio mediático que se merecen. Como debe ser.