Del “se ha ido el título” a conquistarlo con la serenidad y la lectura correcta de la carrera sin precipitaciones como el manual de estilo que según el propio Stornes le llevaron a lo más alto.
Casper Stornes ya presume de Campeonato del Mundo en sus redes y ha sido en ellas donde también ha desvelado las claves que le llevaron a la consecución de un título por el que pocos apostaban por él.
LA NATACIÓN, PRIMERA DECISIÓN CLAVE DE STORNES: “PERFERÍ MANTENER EL RITMO”
Autoconocimiento, templanza y no dar nada por sentado hasta cruzar la meta han sido las llaves de su éxito, una pauta que llevó a la práctica desde la natación, un segmento en el que reconoce que primero el ritmo de Jamie Riddle y después la inquietud del resto del grupo le hicieron dudar: “Medité si debía seguir con el grupo o no. Me quedé ahí y, al final de la prueba de natación muchos me adelantaron, pero yo pensaba: «Bueno, pueden esprintar, pronto habremos terminado»”. Su táctica fue clara: “No reducir la velocidad, sino mantener el ritmo y luego correr más rápido”.
“EN LA BICI PENSÉ «AHÍ SE HA IDO EL PRIMER PUESTO»” : LA ‘SALVADA’ QUE LE MANTUVO EN LIZA
Un mecanismo que también ejecutó sobre la bicicleta en la que matiza quedó asombrado por la velocidad que tomó la carrera en el ascenso del Col de l’Ecre y el resto de subidas: “Me sorprendió lo rápido que lo hicimos y que la potencia fuera tan baja, pero la velocidad tan alta. Creo que íbamos unos 20 vatios más lentos que en los entrenamientos”.
180K en los que la llegada de Sam Laidlow lo cambió todo y nada en el planteamiento de Stornes tras pasar a ser su hombre de referencia: “Cuando Sam vino por detrás, pensé que era más su trabajo llevarnos hasta el grupo cabecero y me puse a su rueda”. Movimiento imprescindible para adelantarse a las acciones del francés sin perder opciones: “Sabía que iba a apretar en la subida y apreté para volver a su rueda. Creo que fue inteligente no dejarle escapar. Pero entonces, después del tramo de ida y vuelta, apretó a fondo”.
Pisó el acelerador Laidlow y lo hizo con él Blummenfelt, una partida conjunta hacía el liderato que tensó al flamante nuevo campeón y le llevó a pensar que había cavado su tumba: “Cuando se fue Kristian pensé: «Ahí se fue el primer puesto»“. Alcanzar al dúo, a Marten Van Riel, Gustav Iden o Nick Thompson antes de llegar a la Promenade des Anglais confiesa le dio la calma que había perdido para afrontar la carrera a pie.
“NUNCA ESTUVE SEGURO DE MI PRIMER PUESTO, PODÍA PASARME CUALQUIER COSA EN CUALQUIER MOMENTO”. LA REMONTADA SERENA AL TÍTULO
Sin embargo, antes tuvo un último contratiempo en la T2: “Tuve una mala transición, así que necesitaba acelerar el ritmo”. Un esfuerzo extra que compensó antes de alcanzar el paseo marítimo y que quedó en hojas de borraja cuando Iden lanzó su ataque y se marchó junto a Blummenfelt.
Un contexto de carrera que puso en juego su capacidad táctica y contemporización para hacer a posteriori la elección correcta: “Sabía que había gastado energía para recuperarme y sentí que el ritmo no era sostenible para mí durante toda la maratón. Decidí quedarme atrás y tratar de mantener un ritmo fácil el mayor tiempo posible que no comprometiese mi parte final”.
“Pensé que Blummenfelt e Iden habían empezado a pagar el ritmo y Blu podía estar jugando con inteligencia sus cartas”.
Estrategia acertada cuyo punto de inflexión llegó cuando descubrió que la distancia con sus dos compatriotas no aumentaba, sino todo lo contrario: “Pensé que Blummenfelt e Iden habían empezado a pagar el ritmo” y al alcanzarlos tomó la resolución de poner un punto más de velocidad: “Me puse a correr a unos 3’30” y vi que le sacaba ventaja a Gustav”.
El siguiente input que recibió fue la renuencia de Blummenfelt a ponerse al frente y el más significativo cuando fue consciente del primer hueco abierto con este. Pese a ello, la desconfianza se apoderó de Stornes, temiendo un error de cálculo y los juegos mentales del ‘Toro’: “En aquel momento quedaban 15K y era demasiado pronto. Además, Kristian podía estar jugando con inteligencia sus cartas para correr muy rápido los últimos 10K”.
Ni siquiera el hecho que la distancia aumentase cada vez más le dio la tranquilidad necesaria a Stornes, quien una vez coronado confiesa temió padecer sufrir un revés físico: “Nunca estuve seguro de que se mantuviera hasta el final. Nunca se sabe si te darán calambres o si de repente te pasa algo”.