El canadiense continúa su idilio californiano en una cita de pesadilla para Blummenfelt y en la que el valenciano demostró ir en buen camino en la carrera a pie.

Ironman Oceanside 70.3 se presentaba como ese evento en el que se podía tanto asestar el primer puñetazo sobre la mesa, como recibirlo y quedar noqueado y con mucho por trabajar a las primeras de cambio en una temporada que apenas arranca aun sabiendo que igual ser de los mejores aquí es a la larga más contraproducente que efectivo y salir derrotado es una victoria.

En ese escenario incierto cuya respuesta objetiva solo se tiene a final de curso, Lionel Sanders volvió a ser el domador perfecto de la incerteza, para ganar una carrera de menos a más en la que pasó absolutamente de todo.

KANUTE Y LOS NORUEGOS BANDEAN EL TREN DE FAVORITOS EN LA NATACIÓN


Para ello, California propuso su fórmula de siempre y para seguir con la tradición, recibió a los triatletas con unas aguas frías y poca temperatura, la suficiente para congelar las intenciones de aquellos menos avezados en el medio marino. Tanto fue así que el 1,9K se saldó con un quinteto al frente liderado por Greg Harper en el que ninguno de los grandes nombres consiguió entrar. Algo que sí hicieron Magnus Männer, Seth Rider, Casper Stornes y Brock Hoel.

En ese sálvese quién pueda, Ben Kanute fue el más rápido de los tildados favoritos con una pérdida de solo treinta y ocho segundo, amasando una renta de veinte segundos respecto a Gustav Iden, Kristian Blummenfelt, Rudy Von Berg y Braden Currie. Peores cartas sacaban Cameron Wurf, Patrick Lange y Lionel Sanders quienes acumulaban un retraso de un minuto veinte, dos minutos y tres minutos diez respectivamente. Y ahí, entre el exciclista de Ineos Grenadiers y el vigente campeón del mundo Ironman pedía paso un Roberto Sánchez Mantecón que navegaba a +1’30” del líder provisional.

UNA T1 MALDITA Y CRUCIAL PARA SÁNCHEZ MANTECÓN

Poco le iba a durar ese margen todavía asequible al valenciano puesto que tal y como nos comentaba su entrador Roberto Cejuela, el del UA Triatló sufría “una caída en T1 por darse un golpe con otro triatleta que iba por otro pasillo” en la que se vería afectado el manillar, la visera del casco y el cambio terminaba doblado.

RIELE SACA RÉDITO DE LA DESDICHA DE BLUMMENFELT


El ciclismo cambió la pantalla de juego tan veloz como el tiempo que necesitó la dupla nórdica y en especial de Blummenfelt para ponerse al frente. Algo para lo que el ‘toro’ necesitó menos de 20K para volver por los fueros de un número uno que en los últimos meses parecía ajeno a su naturaleza competitiva.

Pero parece que, pese a cambiar de año, el noruego no se ha deshecho de ese ingrediente aleatorio e incontrolable que es la suerte y por culpa de ella, de la mala suerte la prueba vivió uno de sus momentos claves poco después de ese punto, cuando un pinchazo en la rueda delantera de Blummenfelt ponía patas arriba las estrategias de todos, que tenían que ser reformuladas cuando el campeonísimo veía como la ayuda técnica no llegaba, sus opciones quedaban enterradas en el asfalto californiano e impotente solo podía asistir tan inmóvil y vendido como una estatua a la procesión de triatletas que superaban su posición. Reparado el incidente, decidía continuar, pero desterrado más allá de la quincuagésima posición.

RIELE Y SANDERS APRIETA, Y WURF SUCUMBE AL PECADO DE LA VELOCIDAD
Justin Riele asumía entonces un liderato tan frágil como codiciado al que no solo miraba él, sino también los otros ochos rivales que rodaban soldados a su ruedas (distancia drafting mediante): Iden, Seth Rider, Stornes, Federico Scarabino, Jake Birthwhistle, Von Berg, Kanute y Sam Appleton. Más atrasados, pero todavía muy ‘vivos’ pedaleaban Wurf, Currie y Sanders que se manejaban en un margen de entre los dos y tres minutos de retraso. Sintomática era la demora de Lange que ni la desgracia de Blummenfelt le salvaba y en el ecuador del segmento perdía más de seis minutos, poniendo casi imposible el milagro en la carrera a pie.
Un patrón que repetía Sánchez Mantecón al dejarse ocho minutos, pero en su caso venía determinado por dos factores. El incidente en la T1 que le obligó s parar en bici para volver a colocar el material y un penalty de 2′.

Más allá de unos relevos irrelevantes, el frente siguió calmo, en una especie de entente convenida por los nueve del pelotón que hizo saltar por los aires el propio Riele. Un ligero incremento del ritmo que derivó en una renta de medio minuto respecto a Von Berg, algo más de uno para con Stornes y más de minuto cuarenta con el restante grupo de cuatro en la T2. Además, Sanders siguió su escalada y la octava plaza ya era suya a menos de tres del líder a costa de Scarabino y Birthwhistle, un avance que chocaba radicalmente con la realidad de Wurf. El australiano topaba con la ley y era descalificado tras superar el límite de velocidad de 25mph fijado en la Zona de Velocidad de la Base del Cuerpo de Marines de Camp Pendleton.

Un DSQ del que se aprovechaban tanto Lange como Sánchez Mantecón cuya bicicleta les situó al inicio de la carrera a pie en vigésima y vigésima quinta plaza a diez y doce minutos y medio de la cabeza. A priori, excesivamente lejos para pensar en remontadas épicas y de podio en el medio maratón.

SANDERS REY DE OCEANSIDE


Las hostilidades regresaron en la carrera a pie. Un medio maratón que arrancó con Riele en cabeza, pero su liderato fue breve y antes del primer 5k Von Berg ya comandaba una carrera que se ponía al rojo vivo con los ocho primeros en menos de un minuto antes de alcanzar el ecuador.

‘On Fire’ volaban tanto Iden como Sanders, quienes enloquecidos buscaban una victoria redentora. El primero, parapetado ya en ese punto en la espalda de Von Berg y Rider y el canadiense y defensor del título a menos de medio minuto. La prueba estaba abierta de par en par y todo era posible, pero eran ellos dos quienes se erigían en dos bestias aparentemente indomables.

El rugido de Lionel Sanders (3:47:01) se oyó primero para cazar a sus presas e inmediatamente después para soltarlas sin mirar atrás. Los barrios costeros de Oceanside eran su jungla y él el rey que quería y obtenía su cuarta corona californiana.

UN PODIO DULCE PARA IDEN

Con Sanders habiendo impartido su ley, el interés de la carrera giró entorno a la lucha por un podio que tenía tres contendientes y solo dos plazas disponibles. Rudy Von Berg, Seth Rider y Gustav Iden.

Todos vacilaron, todos vivieron sus crisis pero al final Rider desaparecía de la ecuación para dejar un duelo entre el Rudy Von Berg (3:47:42) y Gustav Iden que se llevaba el norteamericano mientras que Iden (3:48:01) lograba una tercera plaza que lo vuelve a situar con aval real en el mapa.

A LOS PIES DE BLUMMENFELT ¡1:07:19!

Capítulo aparte merece Kristian Blummenfelt, quien después de verse desplazado hasta la 55ª plaza, firmó con 1:07:19 el mejor medio maratón de la jornada. Su resilencia le valió un TOP15 mayúsculo dadas las circunstancias en las que lo consiguió.

SÁNCHEZ MANTECÓN: DE TÚ A TÚ CON LANGE PARA ENTRAR EN EL TOP20

Otra pelea completamente distinta pero igual de emocionante vivió Roberto Sánchez Mantecón que cumplía con lo planeado y hacía de su carrera a pie su mejor arma. Un segmento que adquirió todavía más importancia después de las consecuencias de lo sucedido en la T1.

El valenciano comenzó a sobrepasar rivales siempre unido a un Patrick Lange con el que viajó todo el día, pero ni siquiera el campeón del mundo estuvo exento del hambre del español y Sánchez Mantecón daba buena cuenta de él antes de que el alemán se vengase y lo relegase finalmente a la decimoctava posición (3:59:14).