El estadounidense abre su corazón para analizar su relación pasada y presente con la natación y su ambición para 2025.
Para nadie es un secreto que la natación es el gran talón de Aquiles de Sam Long en su vida deportiva y a pesar que en multitud de ocasiones ‘yo-yo-yo’ ha utilizado el humor para lidiar con dichas situaciones a nivel público, sus lágrimas en la entrevista posterior a la Gran Final en Dubái de T100 Triathlon World Tour evidenciaron que la procesión va por dentro.
Meses después de aquel momento, el norteamericano ha decidido profundizar sobre ello en el canal de Youtube de T100.
En esta ocasión, Sam Long se ha quitado la coraza y ha dejado ver su lado más vulnerable desde sus primeras palabras. “Me atormenta más que a nadie, el mundo entero puede ver la gran debilidad que tengo” así verbalizaba el último vencedor de Ironman Chattonga su mayor temor.
Verlo salir el último del agua de la veintena de hombres que integran cada una de las pruebas de T100 y a más de 3 minutos y medio del líder del día se ha convertido en santo y seña del circuito igual que ver liderar a Taylor Knibb el segmento de bicicleta femenino. Dos situaciones completamente opuestas que Long califica como un trago “Duro y negativo” y que sin embargo trata de encajar con filosofía “Si dejo que se vuelva más negativo y se convierta en una bola de nieve, al final sólo me hace peor”. “Se necesita mucha fuerza para luchar así en cada carrera” termina por confesar.
Relación de amor y más bien odio con la natación en la que ha ahondado desde su estado actual, hasta el origen de sus ‘males’. “Me he frustrado conmigo mismo porque no soy lo suficientemente bueno nadando y quiero mejorar”.
Un propósito por el que lleva trabajando años puesto que, como admite, nace de la ausencia de unas bases que debiera haber construido en su infancia igual que lo hicieron sus contrincantes. “Todos mis rivales nadaban desde que tenían 4 años y yo empecé a nadar a los 18 años. No ha sido fácil y he tenido que trabajar muy duro para llegar al nivel que tengo en natación. No me ha salido de forma natural”.
No obstante, y a pesar de todas las escenas vividas y del sentimiento que arrastra respecto a su habilidad acuática, Long encara 2025 con una mentalidad renovada y optimista inmerso en un entrenamiento duro y en manos de nuevos especialistas como ya ha revelado anteriormente. “Siempre me gusta decirme a mí mismo que soy el desvalido. Siempre prefiero encontrar la voz de fuera o de dentro que me dice que no puedo hacer esto y decir que voy a demostrar que está equivocado y lo voy a hacer”.
Ganas de cerrar bocas y confianza en uno mismo restaurada que le lleva a lanzar un aviso a navegantes “Creo que mis mejores días están por venir”.
Para ver si la mejoría en las aguas abiertas de Sam Long es un hecho o si su gran año por fin llega habrá que esperar como mínimo a abril cuando el T100 Triathlon World Tour regrese con su segunda edición.
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