Sam Laidlow protagoniza una carrera de menos a más para llevarse el primer triunfo del año en el T100 Londres.
La previa del T100 Londres dejaba muchos favoritos, pero todas las miradas se centraban en un Sam Laidlow que acudía a la ciudad británica con la intención de dejar atrás el desagradable episodio de Ironman Vitoria-Gasteiz, y en la de un Kyle Smith que apuntaba a todo después de T100 San Francisco.
AARON ROYLE GOBIERNA EN EL ROYAL VICTORIA DOCK
El bocinazo de salida deparaba una salida con dos claras puntas de lanza en las que destacaba la liderada por Rico Bogen, y que poco después se reagruparían en un gran grupo. Unido hasta que Aaron Royle cambiaba el ritmo y provocaba una alargada fila de pies y manos entrelazados al final del primero de los dos kilómetros en el Royal Victoria Dock. En la zona trasera, Léon Chevalier y un Sam Laidlow que decidía no ponerse el neopreno y con ese decisión cambiaba la cabeza de Vitoria-Gasteiz por la cola en Londres. Si los franceses sufrían para mantenerse en la ola, Sam Long directamente había perdido el contacto desde las primeras brazadas. Una habitual mala natación que en esta ocasión le costaba +1’34” con Royle.
Mil metros después, la situación se mantenía inalterable y el australiano encaraba las escaleras de la T1 en primera posición seguido por Alistair Brownlee, Bogen y otros ocho triatletas donde David McNamee marcaba el primer corte reseñable. Por su parte, el dúo francés perdía +1’09” (Laidlow) y +1’57” (Chevalier) ocupando la antepenúltima y penúltima posición respectivamente. Porque la postrera estaba reservada para Long quien en esta ocasión tenía la misión de remontar nada más y nada menos que +3’36”.
REMONTADA DE LAIDLOW EN MITAD DEL DRAMA DE BROWNLEE Y LONG
Ya sobre las dos ruedas Brownlee, Kyle Smith y el propio Bogen pasaron a liderar la carrera por momentos. Todo antes de que Magnus Ditlev recortase los veinticuatro segundos que le separaban de la cabeza a la salida de la T1 y tomase la cabeza antes del kilómetro diez.
Los problemas mecánicos de Brownlee en el lado negativo y la remontada de Laidlow hasta auparse a la tercera plaza adherido de pleno en el grupo de cabeza significaron lo más relevante de la segunda de las ocho vueltas previstas. En la tercera, y con Laidlow marcando el ‘tempo’ el pelotón se escindía hasta dejarlo en doce unidades rodando en un margen de veinticinco segundos.
Unos kilómetros después y justo antes del ecuador de la carrera, los problemas con la cadena echaban por tierra cualquier intento de progresión de Long. El estadounidense perdía un buen par de minutos al tener que poner pie a tierra, que se sumaban al retraso ya acumulado. Por delante, Frederic Funk le enseñaba los dientes a Laidlow, mientras que Pieter Heemeryck, McNamee y Jan Stratmann cedían y se despedían de la sombra del TOP10.
LAIDLOW PONE LA DIRECTA
A partir de la prueba tomaba un rumbo claro y diferente, Laidlow conseguía abrir un pequeño hueco de unos veinte segundos que no dejó de labrar y crecer hasta bajarse de la bicicleta con +1’29” de renta respecto a Funk y +2’ con Max Neumann que en novena posición establecía la división principal cerrando el TOP9.
¡SAM LAIDLOW ESTÁ DE VUELTA!
Los últimos 18 kilómetros de la carrera a pie se presentaron como un duelo cerrado entre Laidlow y Smith, el hombre más rápido sobre las calles de Londres. En concreto, entre cinco y diez segundos más veloz por kilómetro que el francés, lo que le permitía a Smith recuperar casi la mitad de su desventaja al final del primer tercio del sector (km6), para dejarla en +47”.
Con las cartas sobre la mesa, la dinámica se perpetuaba de forma algo menos pronunciada en los siguientes seis kilómetros y veinticuatro eran los segundos que separaban a Laidlow y Smith, a falta de otros seis kilómetros para meta.
LA ‘AYUDA’ DE LONG A LAIDLOW
Entonces, un factor externo entró en acción. O tan externo como se puede considerar a un Sam Long doblado que inesperadamente se convertía en la libre perfecta de su tocayo. Gracias a esta asociación impredecible, Laidlow conseguía endosar cuatro segundos a Smith, algo que no había podido hacer hasta entonces, y la diferencia se ensanchaba hasta el medio minuto. Y todavía más importante, Sam se subía a una estabilidad rítmica que le equiparaba a Kyle.
Con Long fuera de la ecuación, y ritmos idénticos, Smith no se rindió ni bajó los brazos, pero solo pudo arañar unos cuantos segundos a un galo al que la ilusión óptica lo hacía tener a un palmo.
LA PRIMERA DE LAIDLOW, EL PALO DE SMITH
Sin embargo, Sam Laidlow resistió y en su segunda casa, en el T100 Londres, volvía a subirse a lo más alto por primera vez desde su triunfo en el Mundial Ironman de Niza 2023. Laidlow está de vuelta (3:13:38). Kyle Smith (3:14:03) daba al palo por segunda carrera consecutiva (fue segundo en T100 San Francisco) y se tenía que conformar con la segunda posición.
Por detrás, Rico Bogen, Daniel Bækkegård, Frederic Funk y Magnus Ditlev iban a pugnar por la tercera plaza o eso se presumía. Una pelea que quedaba condicionada y empequeñecida por varios factores. El primero, la sanción de 30” de Bogen por no depositar incorrectamente sus pertenencias en la T2. El segundo, la zancada de un Bækkegård que pisaba con fuerza y en ese mismo sexto kilómetro sobrepasaba a Bogen. Desde ahí, el danés ponía tierra de por medio y se daba el gusto de mirar al frente, en lugar de tener un ojo en lo que ocurría a sus espaldas. Bækkegård firmaba el tercer puesto (3:16:41) y su primer podio en T100.
Unas en las que cabe mencionar la actuación de Heemeryck en la carrera a pie (tercer mejor parcial) para ser séptimo. Además, Alistair Brownlee esta vez sí acababa para gozo del público local y firmaba una octava posición.









