Indagamos en el pasado de la mujer que fue capaz de retar a Charles-Barclay en su disciplina favorita y en su relación con el deporte español.
Incredulidad. Ese es el estado en el que a lo largo de 25:11 mantuvo a propios y extraños la misteriosa Margarita Ryan en Ironmn 70.3 Eagleman.
Nadie la conocía, nadie era capaz de poner identidad a ese cuerpo que se adhería al de Lucy Charles-Barclay desde los primeros metros y del que la británica era incapaz de deshacerse por más que acrecentase el ritmo a lo largo de 1,9K en una starlist sin aparentes grandes nadadoras. Y si no fuese suficiente, la convidada que en ese punto poco tenía de piedra, se atrevió a rebasarle y ‘osó’ a salir primera del agua. Agallas no le faltaron, tampoco a la ‘sirena’ galones para no perder esa posición de privilegio en el sprint y dejar claro – aunque sea por apenas unas décimas – quien es ‘la que manda’ en una disciplina en la que la vigente plusmarquista europea máster del 1500m en la piscina solo ‘admite’ – y rara vez – someterse a mujeres como Sara Pérez Sala o Jessica Learmonth.
Nadie sabía de Ryan porque simple y llanamente el de Maryland fue la primera carrera como profesional de Margarita.tras coquetear con este deporte desde 2022. Menudo estreno en lo que ella calificó en sus redes como algo “muy, muy divertido” y en el que ella meramente “estaba fangirling todo el tiempo”. En el agua, sobre la bicicleta y en la carrera a pie donde marcó sus 3 PB’s mientras se veía rodeada – y superada – por “algunas de las mejores del mundo” antes de finalizar su debut en el TOP15.
Admiración y fascinación que no le obnubiló en sus decisiones ni en su ‘ojo’ estratégico, claro está. Algo que ha reafirmado posteriormente con sus palabras: “Me puse a los pies de Lucy y me quedé allí, y fue una natación bastante cómoda y constante. Ella es muy buena orientándose, así que creo que tomamos la mejor línea posible, y fue muy, muy útil”. Vaya sí lo fue. Equiparable a la cara de satisfacción que se vio en la retransmisión al salir de la mano de la campeona del mundo. Algo innegable: “Estoy muy feliz de haber terminado ahí la natación, pero, sobre todo, fue tan emocionante salir de la natación con ella (Lucy Charles-Barclay)”.
La respuesta (aparentemente) es obvia. Ryan (1998) había sido exclusivamente nadadora hasta hace apenas unos años y no en cualquier club o institución, sino en una de las Universidades que forman parte de la NCAA Division I, la Virginia Polytechnic Institute and State University y su club, Virginia Tech Hokies. Allí permaneció durante los cuatro años en los que cursó sus estudios de Major in Management. Una institución que no le era ajena puesto que siguió los pasos deportivos y formativos de su padre, Dave Ryan.
Organización tampoco extraña para el mundo acuático español, puesto que Ryan estuvo bajo las órdenes de Sergi López desde 2018 hasta que cerró su etapa estudiantil. El que fuera bronce olímpico de los 200m braza en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 es desde entonces y hasta la actualidad el entrenador de Virginia Tech Hokies y en algo más de un lustro, los Hokies han sido un caladero de alguno de los mejores talentos españoles de la natación.
Muestra de ello es el campeón del mundo de los 200m braza en piscina corta Carles Coll, el finalista olímpico Nico García Saiz – no confundir con el recientemente retirado y bronce mundial de salto de trampolín 3 m sincro Nico García Bossier –, el olímpico y finalista mundial Mario Mollá, Luis Domínguez o la más joven pero ya olímpica, una Carmen Weiler que hace apenas unas horas batía su propio récord de España de 100m espalda (58.83).
Es con ella y con el propio López con los que Margarita Ryan comparte más que una pasión por la natación y es que, su actuación en Ironman 70.3 Eagleman tiene un último golpe de efecto para agrandar su actuación.
A diferencia de Charles-Barclay que en su juventud persiguió el sueño olímpico tanto en pruebas de estilo libre (200m, 400m, 800m y 1500m) como en las aguas abiertas (5K – evento no olímpico y 10K),y por ende, sin necesidad de adaptación a la natación del triatlón, la estadounidense rompe los esquemas y su especialidad siempre fue la espalda, a la que se dedicó casi en exclusiva con apariciones mínimas en la mariposa y casi residual en el 500y libre.
Es ahí donde logró sus mayores logros, llegando a ser ACC Champion en los 100y espalda, pero sin alcanzar un puesto destacable en la NCAA’s – y por lo tanto lejos de poder luchar por la codiciada mención All-American – ni tampoco para hacerlo a nivel internacional en un país con espaldistas coetáneas de la categoría de Regan Smith, Rhyan White, Phoebe Bacon, Kathleen Baker o Maya DiRado entre otras.
Sí, Margarita Ryan había sido nadadora y tiene las bases – mejores que cualquier otra que llegase del ciclismo o el atletismo – pero nunca fue una especialista ni del estilo libre, ni había tocado el medio o el fondo y mucho menos unas aguas abiertas en la que su gesto ‘solo sirve para conocer la situación de carrera si tienes la fortuna de ir delante. Y, por ende, lo suyo en Ironman 70.3 Eagleman ante una mujer como Charles-Barclay no solo no pierde ni un ápice de su espectacularidad, sino que abre la puerta a convertirla en un referente refrescante.
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