La canadiense ha revelado el porqué del aplazamiento de su bautismo en larga distancia, sus planes una vez llegue a ella, el impacto de sus metas de 2025 en su decisión y su mayor miedo.
El de Paula Findlay probablemente sea uno de los escasos grandes nombres femeninos ya consolidados que faltan en la start list de la élite de Ironman. No han sido pocas las veces que la canadiense ha flirteado con el estreno en la larga distancia, pero este jamás se ha producido.
Tampoco esta temporada cuando hasta en su propio calendario figuraba su participación en Ironman Lake Placid en el mes de julio. Sin embargo, ese teórico estreno se esfumó y ningún otro evento va a sustituirlo en lo que resta de año. Aunque ya tiene decidido cuándo se va a producir de forma definitiva.
CUENTA ATRÁS PARA EL DEBUT DE FINDLAY EN IRONMAN
Menos de 12 meses habrá que esperar para verla en ese escenario: “El año que viene, en 2026, voy a correr mi primer Ironman completo con algunos Ironman 70.3 clásicos entre medias y voy a hacer Kona”. Un estreno tardío que en la imaginación de Findlay parece no plantearse como una aparición puntual: “Y luego quizá haga otro Kona”, aunque matiza “Veremos si me gusta o no”.
A expensas de que llegue ese momento, Findlay se justifica en la admiración hacia lo que implica Ironman y los tempos que estos necesitan como las más poderosas de las razones para haber demorado su debut en Larga Distancia “Cuando haga mi primer Ironman completo, y sé que se me acaba el tiempo porque ya no soy joven, quiero hacerlo bien y quiero que sea el centro de atención de mi temporada. Y no solo participar en un Ironman sin intención de competir en el campeonato mundial”.
“EL MUNDIAL IRONMAN 70.3 DE MARBELLA ES MI OBJETIVO EN 2025”
No obstante, a ese respeto e idea clara de lo que debe ser su recorrido en Ironman y a la valentía ante el temor de una biología deportiva que a sus 36 años corre en su contra se le une la ambición propia de una campeona – o aspirante a serlo – y su firme propósito de cumplir con el objetivo marcado a corto plazo en 2025, que en este instante pasa única y exclusivamente por Marbella: “Quiero ser la número uno y el Mundial Ironman 70.3 es mi mayor objetivo este año”. A la postre, el tercer y decisorio motivo en el cambio de planes de Findlay.
Al mismo tiempo, la hambruna de títulos en una Media Distancia que como ella misma confiesa “le gusta y se le da bien”, pero en la que no ha podido llevarse el oro en el ‘Día D’ – quedándose a las puertas en 2022 con su segunda posición en St. George – son la causa y consecuencia de esa secuencia dilatada en su trayectoria y, paralelamente, la motivación final para buscar saciar su sed de una vez por todas antes de cerrar una etapa y comenzar un capítulo nuevo.
“HABRÍA SIDO DEMASIADO ARRIESGADO”
“Ganar una carrera es divertido. Ganar es difícil. Te hace querer volver a hacerlo. Es adictivo”
Algo que viene demostrando durante todo el curso tras hacerse con la victoria en los tres eventos de la franquicia en los que ha participado: Ironman 70.3 Oceanside, Ironman 70.3 St. George y Ironman 70.3 Boise.
Triunfos que han retroalimentado su pensamiento: “Ganar una carrera es divertido. Ganar es difícil. Te hace querer volver a hacerlo. Es adictivo”, pero que también la han hecho reflexionar y cambiar su parecer sobre la idoneidad de un LD antes de la cita en la Costa del Sol: “Mi entrenador y yo decidimos que incluir un Ironman en pleno verano, mientras intento ser rápida y mejorar para el Mundial Ironman 70.3, habría sido demasiado arriesgado”.
PRÓXIMA PARADA: FRANCIA Y LA T100
Hasta que ese ansiado momento de verla en un Ironman llegue, Paula Findlay continuará alternando su presencia en los Ironman 70.3, en los cuales no descarta incluir algún evento más antes del Mundial de Marbella, y en el circuito T100 cuya próxima aparición está fijada para el 30 de agosto en T100 Riviera Francesa donde coincidirá con Marta Sánchez.