El belga se lleva su primer campeonato mundial después de dominar de principio a fin una carrera y un campeonato que gestionó cuándo y cómo quiso.

La élite masculina ha despedido en Dubái un curso donde la Gran Final confirmó que destronar a Marten Van Riel del número uno y del podio era una simple quimera únicamente al alcance del ausente Jelle Geens.

VAN RIEL ESTABLECIÓ LAS REGLAS DEL JUEGO


Lo tenía todo a favor antes de comenzar y lo quiso tener de la misma forma desde la primera brazada. Emulando a Sara Pérez Sala en la jornada anterior, Marten Van Riel se lanzó a las abrasadoras aguas de Sunrise Beach con la firme convicción de no dar opción a Magnus Ditlev, Kyle Smith o un como siempre abandonado a su suerte acuática Sam Long. Y lo logró. Impuso su ritmo durante los primeros 1000m para seleccionar y después ceder el relevo a un especialista como Aaron Royle que terminó el trabajo con Ditlev como víctima (1’15”), mientras que Smith aguantó el pulso y Long vivió un “buen día” con solo +4’15” de pérdida.

LA BICI SENTENCIA A DITLEV


Una tensa calma reinó en la primera mitad del segmento sobre las dos ruedas donde el intercambio de posiciones entre el TOP5 que conformaron Mathis Margirier, Frederic Funk, Alistair Brownlee, Rico Bogen y el propio Van Riel animaron una clasificación general provisional donde sus posiciones les permitieron cuestionar el podio de un Smith que respiraba a sus espaldas y un Ditlev que paulatinamente remontaba y se acercaba a ellos hasta situarse séptimo a cuarenta segundos y los nombres de un TOP10 con acceso casi directo a los contratos de 2025.

Sin embargo, a 36 kilómetro de la T2 cuando la progresión apuntaba a una caza del danés en la última vuelta como sucediera en Miami para darle emoción al tema, el infortunio hizo acto de presencia en forma de problemas mecánicos para Ditlev para enfatizar que lo que era un casi imposible – despojar a Van Riel del título – se tornaba en utopía. A favor del nórdico, una actitud estoica, carente de nerviosismo evidente, sin reproches ni presión para con los auxiliares que le devolvieron a la carrera duodécimo a 2’04”. Una de la que se bajó séptimo, pero a a 1’48” del sexteto que en esos momentos comandaba Rico Bogen.

VAN RIEL CAMPEÓN A LO GRANDE


Déjà vu o eso parecía revivirse en la carrera a pie de la mano del propio alemán, Smith y Van Riel en una reproducción precisa de T100 San Francisco, pero el belga no estuvo por la labor. Si en la ciudad estadounidense el que hizo resquebrajarse la unión fue Bogen, en Dubái fue el líder quien buscó la ruptura total con un cambio de ritmo que se llevó por delante a Smith y al que le dio continuidad el teutón. Un impulso que se sumaba a la pérdida sostenida de tiempo de un Ditlev ya derrotado que no solo cedía una posición hasta caer a un octavo lugar que ya no abandonó, sino también entregaba su plaza en el podio final a Smith y Bogen. A falta de 9 kilómetros para concluir la temporada de T100, el título ya tenía dueño y solo quedaba por desvelar el ganador del día.

Marten Van Riel quiso coronarse a lo grande como el día anterior lo había hecho Taylor Knibb y lo consiguió con una victoria labrada en un ataque incontestable a falta de 2,5K que junto a la de San Francisco e Ibiza, más el podio de Las Vegas serigrafía su nombre como el primer vencedor masculino de la historia de las T100 Triathlon World Tour.

BROWNLEE LOGRA SU ANHELADO FINAL FELIZ

T100 Dubái tenía reservado un golpe de magia bajo la manga. O mejor dicho de calidad disfrazada de cuento de hadas, el del podio de un Alistair Brownlee que pisa por primera vez el podio de T100 y PTO después de años luchando, dando espectáculo y honrando a ese deporte que lo encumbró mundial y olímpicamente en corta distancia y hoy por fin firma su primer gran día sobre 100K después de sobrepasar no sin misterio – caída inoportuna incluida – a Kyle Smith en los últimos kilómetros. Adelantamiento, que le dejó sin TOP3, pero no sin subcampeonato.

Podio británico en el día que Gran Bretaña veía como David McNamee (12º) cruzó su última alfombra azul.