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Manami Iijima, la mujer que llegó a París sin completar un triatlón olímpico internacional

¿Es posible clasificarse para el triatlón de los Juegos Olímpicos sin haber competido nunca en un triatlón de distancia estándar/olímpica internacional? La respuesta es sí y está es la increíble historia de Manami Iijima.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 están llenos de historias personales y la de la triatleta guameña Manami Ijima es una de ellas. En pocas palabras, nos encontramos delante de una pionera. A sus 32 años es la primera triatleta de Guam en participar en unos Juegos Olímpicos y solo la trigésimo quinta en hacerlo en cualquier deporte. Un billete que se lo ganó gracias a conquistar la plaza de Nueva Bandera por Oceanía.

UNA DÉCADA DE SUS INSOSPECHADOS E INUSITADOS INICIOS, ¿TE ANIMAS?


Su historia es cuanto menos singular e Ijima comenzó a escribirla sin saberlo el 2 de agosto de 2014 cuando con 22 años y sin ninguna pretensión más allá del disfrute realizó su primer y teórico último triatlón. Tras cruzar la meta, Manami volvía a enfocarse en el atletismo, su deporte principal. En él se centró durante los siguientes dos años, donde también hizo incursiones en eventos ciclistas, antes de que a finales de 2016 y pensando en la temporada de 2017 decidiera apostar por el triatlón.

Pero no, en esta historia nada es convencional y cuando todo el mundo se hubiese testado en distancia supersprint, sprint o la estándar, la guameña decidió hacer una entrada por todo lo grande en el Subic Bay IM 70.3 filipino de marzo. La culpa, el poder de la amistad. “Mis amigos iban a hacer una carrera en las Filipinas y me preguntaron si quería participar. Me inscribí sin saber cuál era el nivel, solamente porque iban mis amigos.” Y así, con un mero, ¿te animas? comenzó su camino en el triatlón.

Esa preparación para su debut en media distancia dejó una anécdota curiosa y otra determinante. Nunca antes había nadado tanto en su vida (5000m), el uso siempre de la “cabra” o su paso por el GTF’s Dual Distance Triathlon local como anticipo de un Subic Bay 70.3. Para la prueba se motivó con el lema de Chrissie Wellington y Derek Horton, el cual le acompaña desde entonces “Hazlo. Nunca te rindas y sonríe”. Y lo hizo, primera de su grupo de edad, sexta mujer en la general y un tiempo de 4h53min.

Le siguió el Tagaman Triathlon en Saipán (Islas Marianas del Norte) y de ahí y en menos de medio año desde Subic Bay, el Mundial Ironman 70.3 de 2017 donde fue novena en su GGEE. Desde entonces, decenas de eventos en esa distancia en Oceanía y Asia donde tal y como declaraba recientemente para World Triathlon “Rendía mejor en los 70.3.”. El último en el Challenge Korea de 2022, pero para entonces la llama olímpica ya se había encendido.

LA PANDEMIA LE PUSO EN EL CAMINO OLÍMPICO…


La pandemia del COVID-19 que tantas vidas había trastocado y tantos sueños había roto, se iba a convertir involuntariamente en la instigadora de uno que nunca había estado en los planes de Manami, menos todavía, cuando ella se recuperaba de una fractura incompleta por estrés en el cuello femoral. El mundo se había parado, el deporte también y cuando estos volvieron a caminar, y las competiciones regresaron Guam la señaló como la triatleta en mayúsculas para representarles en los Mini Juegos del Pacífico de 2022.

Para hacerlo, Manami tenía que reconvertirse de nuevo. Cambiar la MD por la corta, la “cabra” por una bicicleta de carretera que nunca había tocado a nivel profesional, y dejar atrás lo de evitar el drafting y el pedaleo en solitario para meterse de lleno en él. ¿El resultado? Inmejorable, oro con más de dos minutos de ventaja sobre su inmediata perseguidora. Sus sensaciones “me divertí con el drafting y dinámicas diferentes. Fue bastante corta y después no te sientes mal una semana entera.” Corta, porque en efecto se trataba de un triatlón Sprint.

Algo que se iba a convertir en recurrente una vez a Iijima le había picado el veneno de la corta distancia. Entonces habló con su federación nacional, el NOC y Word Triathlon, y tomó la decisión de luchar por una plaza de Nueva Bandera cuando ni siquiera sabía lo que eso significaba. Tanto es así, que como ella misma reconocía competía a lo loco “solo trataba de correr en todas las carreras que aparecían”.

… SIN PISAR UN TRIATLÓN DE DISTANCIA ESTÁNDAR


Por delante, algo menos de dos años para conseguir la gesta histórica en los que ha competido hasta en 22 ocasiones en eventos de World Triathlon y la Federación Internacional. Y sí, el subtítulo es cierto. En ninguno de ellos lo hizo en distancia olímpica, todos han sido en distancia sprint con dos DNF y como verbalizó “No me fue muy bien en las primeras carreras que hice después, pero empecé a mejorar lentamente”. Un hecho paradójico, el de la ausencia de olímpica, para alguien que comenzó en Media Distancia. Pero para ello vamos a echar mano de la reciente reflexión de Katie Zaferes.

Odio que el lugar en una lista de resultados sea solo un número. No muestra las complejidades dentro de la carrera y cada momento de lucha superado. No muestra lo que se necesitó para todos y cada uno de los atletas llegar allí. No revela todo el trabajo duro que se ha dedicado a cada día de este viaje que se ha moldeado a lo largo de sus vidas. No muestra todos los sacrificios que se han hecho en su empresa. No muestra la lucha que cada persona ha lidiado mental, emocional y físicamente. No muestra las lesiones, las dudas, los días que fueron una lucha. No muestra cuántas veces se han levantado a sí mismos y han elegido decisivamente que esto es lo que quieren una y otra vez” (Katie Zaferes).

LA LUCHA DE IIJIMA Y GUAM

Las luchas de Manami Iijima son muchas, pero la principal es su procedencia (Guam) y los recursos deportivos y económicos destinados al deporte del país. “Nuestra isla está bastante desarrollada, pero no tenemos una piscina pública, y no tenemos una pista de atletismo que sea accesible fácilmente. La mayoría de nosotros nadamos en el océano. Tengo suerte de que alguien me permite usar su piscina y estoy feliz de haberme clasificado con estos recursos tan limitados.”

SU SILENCIOSA CLASIFICACIÓN

Entonces ¿Cómo se ha clasificado? Sencillo. Una tremenda mejora para contrarrestar su desesperanzador inicio y sustituir esas calificaciones sumando puntos en Copas Continentales en distancia sprint.

En otras palabras, los dos segundos puestos en la Copa de Asia en Kota Kinabalu y en la Copa de Asia en Hong Kong en noviembre de 2023 le abrían las puertas de París siempre y cuando se mantuviera dentro del TOP180 del ránking, algo que refutó ya en 2024 con otra plata en la Copa de Asia del Sur de Pokhara en abril y el TOP7 en Subic Bay donde todo empezó y el TOP9 en Osaka cuando todo el mundo miraba a las Series Mundiales de Cagliari le valieron un TOP136, ser la primera persona en reclamar la Nueva Bandera de Oceanía y el pasaporte a los Juegos Olímpicos.

Antes una penúltima recompensa a su trabajo, participar en las Series Mundiales de Hamburgo, también a sprint donde fue cuadragésima octava.

PARÍS A SUS PIES Y UNA RACHA INTERMINABLE QUE ES LO DE MENOS


Iijima había llegado a París y como podía esperarse nadie reparó en ella. No era ningún reclamo mediático más allá de su tierra natal. Por supuesto, tampoco entró en ninguna de las encuestas al oro, las medallas, los diplomas o los “debes seguir a”. No importaba, mientras el mundo esperaba al borde del desquicie las decisiones del Comité Organizador y la Federación Internacional, ella vivía su sueño. Ese solo reservado para los olímpicos.

Obviamente fue todavía menos protagonista una vez se dio el polémico bocinazo de salida, pero Iijima ya podía decir que había participado en unos Juegos Olímpicos. Aunque no tuviese el final soñado “Después de una mala natación, quise ponerme al día y tomé una esquina resbaladiza demasiado rápido en los adoquines y me caí de la bicicleta. Me levanté y seguí, pero no era mi día”. Y su carrera llegaba a su fin poco después, cuando dolorida decía abandonar.

Para las estadísticas, el dato más llamativo. Dos años después de entrar en el campo “profesional” y con unos JJOO a sus espaldas, Iijima continuará sin haber completado un triatlón olímpico internacional. Para su recuerdo personal, el orgullo “de haber llegado tan lejos como lo hice en los últimos dos años”, la esperanza “de poder dedicar más tiempo para mejorar en el triatlón”, y el honor de “representar a Guam en el escenario más grande”.

Porque hay triunfos que van más allá de las medallas y los diplomas, y su valor siempre dependen de las circunstancias y el contexto.

Olatz Zubia Zeberio

Con tres años me lanzaron a una piscina de la que no he querido salir, con alguno más me enamoré del ciclismo y el atletismo (popular). Rendirme a los encantos del triatlón fue el paso natural. Además, soy graduada en Comunicación Audiovisual y Máster en Diseño y Gestión de la Producción Audiovisual por la UAB.

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