Existe un grupo muy selecto de deportistas que son capaces de optar a ser Campeones del Mundo. Por lo general, en el mundo del triatlón, esta premisa se cumple si el sujeto tiene un nivel más o menos equilibrado en las tres disciplinas, aunque en los recientes años ha quedado claro que sin un buen pedigree a pie, no eres nadie.
En el caso de Sebastian Kienle, estamos delante de un superdotado para la bici, como lo podría ser su compatriota Lange para rendir en el maratón final.
De hecho, en el vídeo, Kienle revela que ha tenido temporadas en las que se ha estado 3 o 4 meses sin tocar la bici, y en la primera competición, ha marcado el mejor registro en bici. Algo que no ocurre en el agua, donde dice perder todas las sensaciones, con solo estar 3 o 4 días fuera de ese medio.
Sin embargo, el nivel de natación del germano, en comparación con el resto de aspirantes a las grandes citas a las que presenta batalla, se queda muy por debajo de la calidad que exhibe en las otras dos disciplinas.
Algo que sin duda, le ha permitido ganarse el título de uno de los mejores remontadores del mundo del triatlón, y sino es así, basta con consultar la hemeroteca de sus rivales como Frodeno, Amberger, O’Donnell, o el mismísimo Sanders -otro experto en el campo- que hablan de ‘terror’ de solo imaginarse cómo de rápido les recorta tiempo el ‘Panzer’ en el momento en el que se sube sobre las dos ruedas.
Primeramente, Kienle expone que es difícil para un atleta con sus características el hecho de sumar grandes bloques de entrenamiento, que él cree que son la base para producir adaptaciones que realmente le llevarán a mover un escalón hacia arriba su nivel de nado. Aún así, dice que la recompensa que obtiene cuando ve un ápice de mejora, es gratamente satisfactorio.
Por lo tanto, la primera clave que deja el alemán es el hecho de nadar grandes volúmenes.
Seguidamente, ‘Sebi’ ve como indispensable, contar con un buen entrenador y un grupo de nadadores -o triatletas- que te empujen sesión a sesión para subir un punto. Lo mismo que ocurre con la motivación.
Otro ‘problema’ que le come la cabeza al alemán, es la inevitable presión que ejerce el crono de la piscina sobre nosotros. Sobre la bici, uno puede hacer caso omiso del potenciómetro, o corriendo puede obviar el ritmo, pero a fin de cuentas, siempre miraremos el reloj al pasar las series, sea por ‘morbo’ o por presión propia.
Un aspecto clave a tener en cuenta, es la situación de la sesiones de natación dentro de los ciclos de entrenamiento, y dentro de los mismos días. No es lo mismo tirarse a nadar tras haber pedaleado 2h, levantado pesas en el gimnasio y haber dado vueltas en la pista de atletismo, que colocar la sesión en el momento de más frescura del día.
Finalmente, Kienle aconseja hacer tests de manera regular para corregir y ajustar, o no, los volúmenes, intensidades y tipos de entreno que estamos realizando, por muy doloroso que sea
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