La maternidad está cada vez más cerca de ser una barrera para la carrera de las deportistas, con el ejemplo de Lindsay Flach
El momento en que una deportista profesional toma la decisión de ser madre, es consciente de que durante una larga temporada, va a estar sin hacer aquello para lo que tanto ha luchado.
El cuerpo de una deportista es su templo y su herramienta de trabajo, por lo que dar a luz y recuperarse de manera óptima para la alta competición lo antes posible, es un reto mayúsculo para las mamás.
Asimismo, hasta ahora, habíamos visto como son muchas las madres que practican deporte una vez el embarazo ya lleva semanas gestándose, y algunas hasta apuran hasta el final para hacer algún tipo de actividad física.
Hasta ahora, el mundo del trideporte conocía de cerca a Gwen Jorgensen, que luego de ganar mundial y oro olímpico, decidió que iba a ser madre, junto al cambio de rumbo hacia una carrera como atleta.
Si bien la estadounidense corrió hasta muy avanzado el embarazo, la noticia de hoy transgrede los límites humanos.
Una cosa es competir, y la otra es la gesta de Lindsay Flach, que con un embarazo de más de 4 meses, compitió para estar en los JJOO de Tokio, momento en el que estaría de 5 meses.
El pasado sábado 26 de junio, y a sus 31 años, compitió en la categoría de heptatlón con una simple faja que le sostenía el vientre, dónde ya se veían signos evidentes de que había vida gestándose dentro.
La misma atleta lo confirmó en sus redes como una manera de reivindicar un cambio de paradigma para las deportistas que quieren ser mamás.
Fach participó en las siete competiciones de heptatlón: 100 metros vallas, salto de altura, lanzamiento de peso, 200 metros lisos, salto de longitud, lanzamiento de jabalina y 800 metros lisos.
A pesar de sólo correr 100m de la última de las pruebas de medio fondo, la estadounidense logró la 15ª plaza de 18 que tomaban la salida
“El secreto ya no es un secreto” añadía en las declaraciones después de una dura jornada en Eugene, dónde el termómetro marcó más de 37 grados.
Sin embargo, Lindsay Flach no es la única en competir en pleno embarazo. Serena Williams, afirma haberse llevado el Abierto de Australia cuando ya estaba preñada.
A continuación, la repetición de la prueba: