Hasta la curva más tonta, puede joderte el mejor de los entrenamientos. Eso ha sido precisamente lo que les ha ocurrido al dúo germano afincado en Girona. Es usual ver a Frodo y Nick, descubriendo nuevos caminos alrededor de la provincia catalana, sea sobre su Canyon Grail o calzando zapatillas de suela gruesa.
Dos aventureros más que aprovechan cada salida para trabajar tanto en subida, como en bajada, mejorando la destreza en cada trazada y muchas veces, probando los límites del material puntero que estos dos triatletas utilizan.
Lo malo de todo, es que muchas veces, entrenar a los lindes supone arriesgar la integridad, y cuando una curva que se apura tiene un desenlace malo, el siguiente destino puede ser una cama de hospital.
Por fortuna para el tricampeón del mundo, su recuperación ha sido muy buena, y ha agradecido el trabajo de sus médicos y fisios de confianza, que le han permitido ‘reparar’ la chapa y pintura que el alemán se había dejado en una carretera.
Quién no tuvo tanta suerte ha sido Kastelein, que parece haber tenido una caída mucho más severa, y aún se está recuperando en el Hospital Trueta de Girona
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