El sudafricano es la nueva víctima de los contratiempos típicos previos a la cita mundialista marbellí y su rendimiento será toda una incógnita. 
Todas las quinielas del Campeonato del Mundo Ironman 70.3 de Marbella apuntan a una reedición del triplete noruego pugnando por la victoria con especialistas de la distancia como Jelle Geens o Rico Bogen, pero fuera de esa primera línea el nombre de Jamie Riddle sonaba con fuerza como una posible alternativa que pelease por el podio o fuese una pieza fundamental en el desarrollo de los acontecimientos como ya sucedió en Kona, sin embargo, parece que esa posibilidad se ha difuminado en las últimas horas.
“ME HA COSTADO MUCHO CORRER”
Según ha revelado el propio Riddle llega a la segunda cita mundialista del año tocado. “Desde mi última victoria en Barcelona, me ha costado mucho correr. Tengo los dos tendones de la corva bastante mal”. Un mal que tal y como indica parece consecuencia directa de su última carrera, Challenge Barcelona donde el sudafricano conquistó su primera victoria profesional, un triunfo que, a priori, significaba una inyección de energía apenas dos semanas antes del Mundial y, al final ha sido todo lo contrario: “¡No son las noticias que esperaba compartir al acercarse la semana de la carrera del campeonato mundial!”.
RIDDLE, UNA FE INQUEBRANTABLE EN SUS OPCIONES DE TERMINAR
No obstante, el que se ha consolidado como una de las grandes promesas del circuito internacional confirma que esa imposibilidad para rendir bien en el medio maratón no será motivo para no finalizar la prueba aunque si le causa incertidumbre: “Estoy muy seguro de que llegaré a la meta, pero con el talento que hay en la parrilla, es difícil no tener dudas”.
Asimismo, tampoco quiere escudarse en ello ante lo que suceda y abraza su fe: “Escribo esto no para poner excusas ni para obtener compasión, sino más bien para aquellas personas que han tenido una preparación difícil para alguna carrera. La vida no se compone de lo que te sucede, sino de cómo reaccionas ante ello. Todo es posible y, como siempre, creo que lo que está destinado a sucederme, sucederá. Así que brindemos por controlar lo controlable, ser realistas y dar la cara incluso cuando las cosas no son perfectas”.
								
        







