Se cumplen 24 años del primer diploma olímpico del gran Iván Raña

Se cumplen 24 años del primer diploma de la delegación española en lo que fue el estreno del triatlón dentro del programa olímpico.

¿Dónde estabas el 17 de septiembre del año 2000? Muchos probablemente ni habíais nacido, otros ni lo recordaréis y unos pocos volverán a ese instante en el que se preparaban un café para estar bien despiertos ante lo que estaba a punto de acontecer.

Aquella criatura nacida en 1989 y que el Comité Olímpico bendijo en 1994 y confirmó en 1996 se casaba con los Juegos Olímpicos en Sídney en una ceremonia que tenía como protagonistas españoles a Iván Raña, Eneko Llanos. José María Merchán y Maribel Blanco.

Unos votos sagrados en una tierra exótica – la segunda vez que los JJOO pisaban Oceanía – como podía resultarlo el triatlón a ojos de quien por primera vez asistía a esa unión de natación, bicicleta y carrera a pie que les podía sonar a pentatlón reformulado reducido y sin descanso. Una primera vez que como todas jamás se olvida y de la que estos pioneros vivieron una experiencia única que solamente Raña y Llanos repitieron.

Más allá de eso, España personificada en la figura del gallego se traía un tesoro mayor que el de cualquier expolio, un diploma olímpico que valía su peso en oro, en presente y en futuro. Aquel polluelo júnior de 21 años, medio pirata medio rebelde que había pasado el verano haciendo ciclismo buscando liberar ese espíritu salvaje e inquieto en lugar de focalizarse en Australia, y que ya había segundo en una prueba de la Copa del Mundo de Cancún y apuntaba alto en el Mundial era el responsable de la adrenalina que mantenía pegados a un televisor a todos los vecinos de Ordes, el culpable (parcial) de transformar el “¿qué es esto? A “me quedó” y el causante de acelerar el pulso a los miles que se habían sumado a la retransmisión en directo.

Con unos medios digitales nonatos, las crónicas en papel de aquel entonces describen la carrera de Raña como una una “muy inteligente, reservando fuerzas para sus puntos fuertes, la bicicleta y la carrera a pie” (La Voz de Galicia) y recogen sus palabras al concluir en un tremendo TOP5 finalA la salida del ciclismo llegué a ir tercero o cuarto y pensé que igual podía hacer medalla, pero luego se me hizo largo”. En perspectiva, Raña rememora aquel episodio como “el mejor triatlón que he vivido” y reconocía que “Igual con otro tipo de entrenamiento hubiera tenido mejores resultados, pero no hubiera sido yo, no hubiera disfrutado”.

Él lo hizo, el público también y aquella aventura de cuatro a lo “desconocido” tan exitosa se convirtió en una de esas piezas claves para que los incipientes pilares del triatlón español saliesen reforzados, en lo público, lo mediático y en la base. Desde entonces, otros 21 triatletas han alargado el legado de la Triarmada en los Juegos Olímpicos y una plata de Javi Gómez Noya, y otros cinco diplomas (entre ellos otro a su nombre) se unieron a aquel inicial del 2000. El último, el de un Alberto González que representa a esa nueva generación que aterriza en el panorama internacional con el mismo descaro que Raña y compañía.

Ese con el que durante casi dos décadas ha tomado cada una de los campeonatos en los que ha participado, a veces kamikaze, absorbiendo cada oportunidad a esa velocidad con la que toma las curvas y las rectas sobre los coches con los que ahora (y antes) compite, en ocasiones, más tranquilo, pero casi siempre acertado.  La huella de aquel cuarteto es afortunadamente alargada en tantos campos en los que se les debe tantísimo, pero la tangible de Raña concretamente la corona pasar a la historia (también) como el primer campeón del mundo español de distancia olímpica en 2002 – más otros dos subcampeonatos en 2002 y 2003 –  conseguir otros dos títulos continentales y un oro en el Mundial de Acuatlón. La inmaterial simplemente es sempiterna.

Sin pitonisas reales que adivinen el futuro, la tierra aborigen con la que se abrió la veda ahora ha coronado a Antonio Benito y Javito Martín como “regalo trabajado” de las casi bodas de plata de la hazaña de Raña y como recordatorio de que dentro de 12 años , pero en Brisbane, otros buscarán seguir la estela triunfal de Iván. El hombre que siempre le dará “gas” a la vida.

Olatz Zubia Zeberio

Con tres años me lanzaron a una piscina de la que no he querido salir, con alguno más me enamoré del ciclismo y el atletismo (popular). Rendirme a los encantos del triatlón fue el paso natural. Además, soy graduada en Comunicación Audiovisual y Máster en Diseño y Gestión de la Producción Audiovisual por la UAB.

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