Clasificarse para Kona es algo que todo triatleta de larga distancia tiene en la retina, algunos como un sueño inalcanzable, otros lo usan de estímulo para tratar de ser más competitivos y tratar de acercarse a ello, para otros es algo que lo consiguen con asiduidad, es asombroso como triatletas ameteurs cuentan sus participaciones en Ironman con clasificaciones para big island.
Al igual que en los entrenamientos, no existe un único camino para conseguir un slot para Kona, hablo siempre de grupos de edad y de ganarse la plaza por nivel deportivo, no de sorteo, patrocinadores, ni de legacy slots, que son otras opciones legítimas y respetables de conseguirlo.
En los últimos 10/15 años el nivel competitivo de los triatletas amateurs ha subido muchísimo, cada vez hay mejor material, mejores entrenadores, fittings, mucha más información alrededor del proceso de entrenamiento que hace que las marcas cada vez sean mejores, incluso en edades más longevas más allá de los 40 años.
Existen dos grandes handicaps, entre otros, para poder ir a Kona,
1.- Tener un gran nivel competitivo y demostrarlo en un Ironman.
2.- Tener el dinero para poder costearte la inscripción, viaje, estancia, comida, material, etc…
Siendo una persona trabajadora, es decir, tener que ganarte el sueldo por tu propio trabajo, poder mantener una relación matrimonial, tener hijos, poder disfrutarlos, amistades,… y a la vez la capacidad de acumular la experiencia necesaria para llegar a clasificarse para este evento es un encaje de bolillos nada sencillo y por ello solo unas 2500 personas de las más de 90.000 que cada año participan en pruebas IM pueden tener el privilegio de competir allí.
No es sencillo generar un ambiente en casa propicio a que tengas el soporte necesario para encontrar esas horas de entreno, de descanso. Poder encontrar un trabajo que te genere los ingresos necesarios para costarte el viaje, pero que al mismo tiempo tengas la flexibilidad de encontrar 12/15 horas semanales para entrenar y sobretodo descansar.
Al final, este deporte se convierte en un estilo de vida 24 horas el cual ha de encajar dentro de tu vida, y no al revés, ya que en ese caso podría llegar a generar un stress tan grande que el rendimiento cae en picado, tener esa paciencia de ir acumulando años confiando en un buen método, si querer saltarse pasos es clave.
En mi caso, es mi duodécima temporada haciendo IM, mi decimo octaba en triatlón, y he vivido muchos momentos buenos, y otros en los que me he estampado rotundamente contra mi propia vida, de todo ello he aprendido mucho, y curiosamente con un bebe de menos de 6 meses he conseguido clasificarme, así que no hay excusa que valga, con trabajo, ilusión, buen entrenador y paciencia, podemos conseguir cosas que nunca creímos posible.
Aloha.
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