El neozelandés confiesa las claves del éxito de su 2025, pero también sus miedos ante un 2026 donde arranca la clasificación para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Hayden Wilde ha sido el absoluto dominador del circuito masculino de T100 con siete victorias para hacerse con su primer título mundial en cualquier distancia. Sin embargo, el neozelandés ya busca nuevos retos después de una temporada en la que tocó el cielo, vivió el infierno tras ser atropellado en Japón – una situación que tal y como recuerda pudo suponer el final de su carrera – y resucitó para completar una hoja casi perfecta, a excepción del controvertido T100 Dubái. Mejorar sus debilidades y la preocupación por su rendimiento en las Series Mundiales marcarán el invierno del kiwi.
Así se lo ha revelado a Jan Frodeno después de disfrutar de la celebración de la Gran Final de T100 en Catar. En un mano a mano con la leyenda alemana, admite que “ha sido genial no deshacerse al final del año” como le ha sucedido en anteriores temporadas y concede que “ha estado bien ganar como ha ganado las últimas carreras y hacer en Catar lo que esperaba hacer en Dubái”.
Cuestionado por su ‘hambre’ competitiva, Wilde señala que tiene su raíz en sus orígenes deportivos “nunca me dieron nada en bandeja de plata y tuve que luchar por mi posición, y creo que eso me dio hambre”. Un factor también relacionado con la dimensión diminuta – en comparación a otras – de su federación: “Nunca podía acudir a una carrera sin dar el 100% porque si no ganaba o si no tenía un buen resultado igual no había siguiente carrera porque financieramente no puedes permitírtelo con una federación tan pequeña que intentan ayudar mucho pero hay tanto que es tan poco lo que pueden hacer”. Como agrega “He tratado de mantener esa agresividad y ese impulso durante toda mi carrera. Eso realmente me ayudó a mantener mi motivación”.
Una motivación por mejorar que cuando ‘ganas y ganas’ tal y como admite es difícil de “encontrar ese siguiente paso que te impulse en el entrenamiento”, pero que actualmente alimenta actuando como ‘abogado del diablo’ para con su propio rendimiento: “Para mí, se trata de encontrar esos pequeños detalles, ser muy quisquilloso y hacer que mi equipo actúe como un abogado del diablo, como si dijera que eres bastante mediocre en este aspecto. Por eso entré en este equipo, para que se cuestionen qué puedo hacer en los entrenamientos y me digan qué más puedo mejorar. Trabajemos en esto y lo llevemos a la próxima carrera y una vez que lo consigas, cambiarás ese objetivo y buscarás algo más”.
Una actitud autocrítica y nada complaciente que conviene nace de su madurez: “Al principio era descuidado, ahora me gusta ser perfeccionista y mejorar cada vez más”.
Una perfección que necesitará en 2026 en un curso en el que confirma compaginará de forma mucho más profusa que en este su participación en T100 con su presencia en las Series Mundiales de Triatlón donde comenzará su camino para clasificarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 gracias a un calendario que lo propicia y que comenzará para él en Abu Dabi en lo relativo a T100 y en Alghero en cuanto a distancia olímpica.
Es hablando de ese sueño olímpico y la distancia corta donde Wilde ha sorprendido con una declaración inesperada sobre su autopercepción sobre su propia condición y calidad. “Si quiero volver a las Series Mundiales y ser competitivo en Los Ángeles tengo que mejorar en la natación y va a ser un invierno muy duro por ello. Simplemente no soy lo suficientemente bueno en este momento en el agua y simplemente tengo que ser realista al respecto”.
Una postura que cobra sentido y fuerza tras la radiografía que realiza de la transformación que está sufriendo perfil tipo del triatleta olímpico de la nueva generación, una con tintes pasados: “La situación actual de las carreras en la Serie Mundial ha vuelto a la era de Brownlee-Gómez Noya, donde había un grupo delantero, pero ese grupo delantero es muy difícil de remontar, y saben que, si se mantienen a raya, lo harán, y lo han demostrado en muchas carreras. Creo que el grupo perseguidor no es tan fuerte como antes, con algunos atletas clave que se han retirado o se han pasado a las carreras de larga distancia”.
Una situación de perjuicio para Wilde dadas sus debilidades y fortalezas que obligan al subcampeón olímpico a rendirse a la evidencia: “Tengo que asegurarme de estar al frente en el agua o si estoy a distancia, con suerte, acortarla (antes de la T1)”.
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