El catalán y la suiza se calzan la txapela después de dominar la carrera de principio a fin en dos pruebas de desarrollo similar y emoción reservada para los postreros kilómetros.

Novatos, pero sobradamente preparados y sin miedo a ningún infierno ni lluvia. Ese puede ser el gran resumen de un TradeInn Zarauzko Triatloia 2025 donde los favoritos en mayúsculas cumplieron con los pronósticos, pero en la que en la élite masculina saltó la sorpresa en el podio. Un podio que descubrió el orden de sus posiciones casi en línea de meta.

SIFFERT Y MONTIEL NO ESPECULARON, DIRECTOS DESDE EL PRIMER MINUTO


Cielo gris como si lamentara la ausencia de última hora de Ainhoa Murua (y la de Fernando Zorrilla), una marea que no hacía presagiar una natación nada tranquila y un cruzar los dedos para que el firmamento no cayera sobre los participantes en cualquier momento como la jornada anterior lo había hecho en el interior de Guipúzcoa era probablemente el mayor deseo de la organización y los protagonistas a las puertas del bocinazo de salida en la Playa de Malkorbe.

SIFFERT DESENCADENADA

Con el pistoletazo de salida dado, el gris se transformó un color salido del interior de la fuerza de las y los triatletas. En concreto, la élite femenina lo hizo vestida del rojo y blanco de la bandera helvética que representaba a una Alanis Siffert quien en su mensaje previo a la carrera que había buscado específicamente esta carrera en el calendario y demostró su intencionalidad desde la primera brazada. Era favorita y quiso ejercer como tal desde el principio.

La suiza impuso una natación sin igual en la que únicamente Alicja Ulatowska pudo seguir su ritmo, pero también tuvo que ceder la cuchara en la parte final hasta perder +13” con la líder. Detrás, en lo que se convirtió un goteo individual y por parejas Émelie Morier y Bárbara Riveros – que volvía al recorrido acuático que conoció en 2009 – limitaron su demora a una renta contrario de +1’40”, mientras que Judith Corachán y Marta Borbón lo hicieron a +2’45”, la campeona de Europa Marta Łagownik a +3’13” y la mayor perjudicada de la travesía Getaria-Zarautz era una Elisabetta Curridori que en la previa no se mostraba muy confiada en lo que le podía deparar el Mar Cantábrico y se dejó +4’44”.

MONTIEL SELECCIONÓ Y ALEJÓ A ALGUNOS DE LOS FAVORITOS

Menos disruptivo fue el inicio masculino con el TOP10 en un pañuelo de medio minuto en el que Guillem Montiel y un Chente Hernández que buscaba por fin tener su gran día en la media distancia tomaron la responsabilidad y el mandato de la prueba y cerca de ellos nombres como Guillem Rojas, James Teagle o Xandre Álvarez que se posicionaban adecuadamente de cara a la bicicleta. A contracorriente, como se esperaban, comenzaron un bisoño en cuestiones marítimas como Jonathan Wayafee que apareció en la Playa de Zarautz a +1’46”, el oñatiarra Mikel Ugarte a +2’20”, Pello Osoro y Julen Lopetegi a +3’10” y la pareja de residentes de Triatlón en Vena Gonzalo Fuentes y Julen Díez lo hicieron a +3’34”.

La fina lluvia, el piso mojado y una bicicleta con un punto extra de complicación debido a esas condiciones dieron la bienvenida a las y los triatletas, casi como si de un ligero déjà vu de la edición pasada se tratase, pero sin la ferocidad del curso pasado, era el ‘menú’ más atenuado que sirvió el segmento ciclista y con él, las inevitables caídas, aunque afortunadamente no definitivas como en 2024, aunque sí decisivas como la de Pello Osoro; los retorcimientos sobre la bicicleta en las partes más duras y la marea humana abriendo pasillo entre paraguas para dar el aliento necesario a unos triatletas necesitados del mismo.

Y con él, también llegó el tradicional traspaso simbólico de la antorcha de cabeza de TradeINN Zarauzko Triatloia entre líderes femeninas y líderes masculinos. En este caso, entre Siffert y Montiel que asumió la delantera de la competición justo después del Muro de San Blas a donde ambos llegaron capitaneando sus respectivas categorías de forma apabullante.

LA BICI SE ALIÓ CON MONTIEL Y SOBRE TODO SIFFERT


Porque el catalán no había especulado en el agua y mucho menos iba a hacerlo en el sector donde su habilidad se convierte en una bazuca imposible de detener para el resto como así fue también en Zarautz.

GUILLEM DICTAMINÓ EL PASO

Como si de una ley no escrita se tratase, Montiel eliminó cualquier posible compañía tan rápido como se subió a los pedales y lo que en la arena era un TOP10 más o menos compacto, pronto se convirtió en un soliloquio entre él y el asfalto.

El ‘diálogo’ con el Alto de Meagas por duplicado y el Muro de San Blas los saldó con una dialéctica deportiva inmejorable, donde cada kilómetro fue sinónimo de tiempo ganado, y tras la gestión del tramo más complejo y comprometido del día, Guillem encaró los últimos 25K del segmento con tres minutos de ventaja respecto al austríaco Léon Pauger, su inmediato perseguidor. A sus espaldas, y a escasos segundos, rodaban Mattéo Bringer, Romaric Forques y Hernández. A algo más de un minuto de ellos avanzaba en solitario Luismi Velásquez que coqueteaba con la intención de ser atrapado por el grupo más interesantes de los que se encontraban en posiciones nobles, el de Lopetegi, Ugarte, Wayafee y Álvarez a +4’50” de Montiel, quienes a su vez marcaban un salto de más de dos minutos de diferencia respecto a los Haritz Garate, Fuentes y compañía.

Y PAUGER DINAMITÓ SU GUION ¿TARDÍAMENTE?

Y ahí, cuando todo parecía decidido, todo cambió radicalmente. La diferencia de Montiel caía dramáticamente tras un último tercio de Pauger espectacular en el que el austríaco consiguió recortar algo más de dos minutos, algo que obligó al catalán a reaccionar en los últimos kilómetros para elevar hasta +1’42” en la T2.

Por detrás la entente a tres también se rompió, unos por fuerzas – Forques se impuso a Chente y terminaron el sector con 2’58” y 3’40” respectivamente – y otros por obligación, como fue el caso de Bringer azotado por unos problemas técnicos que le retrasaron hasta los +4’55” en la T2 y vio impotente como le pasó el grupo de Lopetegi, Ugarte, Wayafee (+4’30”) para quedar emparejado junto a Vázquez.

SIFFERT : OBJETIVO SENTENCIA

Incluso mejor proceder tuvo Siffert. La suiza se sabía la mejor sobre la bicicleta y el circuito de subidas y bajadas solo reforzó su idea de sentenciar la carrera en este punto. Como Montiel, lo acometió como una contrarreloj, en la que nunca desfalleció y en la que, a diferencia de otros años, y tal y como había pasado con sus homólogos masculinos, ella tampoco puso pie en el Muro de San Blas. Una imagen que este 2025 pareció resistirse a darse entre los triatletas profesionales.

En solitario abrió camino y distancias hasta granjearse una renta de cuatro minutos respecto a Morier y de más de siete con Łagownik y Borbón tras descender San Blas. Ocho la separaban de Ulatowska; algo más de nueve de Curridori y Riveros y +10’38” lo hacían en ese punto con una Corachán que en su afán de disfrutar de su último Zarauzko Triatloia se había tomado la licencia de acometer el segmento con una bicicleta de carrera en lugar de una ‘cabra’ en lo que era un ‘ahora o nunca’ para no preguntarse nunca ‘cómo sería’.

Finalmente, Siffert contemporizó su ventaja y alcanzó la T2 con unos +3’30” respecto a Morier, pero ni su golpe de pedal más relajado acercó al resto, sino todo lo contrario, que pagaban el esfuerzo. Con suerte Łagownik solventó la papeleta a +8’04” y pareció plantar la base definitiva para cerrar el TOP3, puesto que sus rivales más cercanas, que no eran otras que Curridori y Borbón accedieron a esa T2 a 11 minutos de la líder, cuatro más tarde que la polaca.

Morier tenía la llave del desenlace de la élite femenina.

LOS ASPIRANTES EMBISTIERON Y LOS CAMPEONES RESISTIERON


El tiempo jugaba a favor de Montiel y Siffert en el 20K final, pero allí donde parecía todo controlado tres triatletas pusieron el ‘picante’ necesario para convertirlos en un prueba de resistencia para los primeros.

PAUGER INCITÓ Y CHENTE LO REMATÓ

Pauger había movido el árbol y el suyo no había sido un farol o un arrebato furibundo previo a la carrera a pie, sino que como los buenos ataques del Tour de Francia persistió durante los dos primeros kilómetros del último segmento. Algo con lo que consiguió restarle unos 20 segundos a Montiel y darle algo de aliciente a la élite masculina.

Golpe que el campeón de Europa encajó e igualó para detener esa pequeña hemorragia en los siguientes 4K antes de asestar su contraataque más letal. Primero devolvió la diferencia lo inicial demostrando que se había reservado un as bajo la manga – aquello de que su segundo 10.000 puede ser igual o mejor que el primero – y con su respuesta Pauger se encontró entre dos aguas, dar una última oportunidad a la victoria, o cedérsela a Montiel y no comprometer una plata que podía poner en tela de juicio Chente Hernández que corría a poco más de un minuto de él y le mordía segundos parcial a parcial tanto a él como a Montiel para ser el más rápido en esos 20K.

Tanto es así que el canario instauró el ‘miedo’ entre sus rivales con su ritmo. Primero sobrepasó a Pauger y después amenazó a Montiel, a quien la cercanía con la meta le salvó de ser la última ‘víctima’ de Hernández. Porque Guillem Montiel (3:43:13) está de dulce y en 2025 solo conoce la victoria y eso es lo que logró en TradeINN Zarauzko Triatloia. Segundo era claro Chente Hernández (+39”) a quien por fin y merecidamente le llegaba el primer gran resultado en MD, algo que por calidad había tardado. Tercera terminó un Léon Pauger (+48”) que sin duda alguna fue la revelación del día. Cuarto se estrenó Mikel Ugarte (+2’42”) después de luchar hasta la línea de meta con Jonathan Wayafee (+2’47”) que cerró el TOP5.

MORIER SOÑÓ, PERO SIFFERT LA DEVOLVIÓ A ‘TIERRA’

Morier tenía la llave e hizo uso de ella desde que se calzó las zapatillas. El duelo entre Siffert y Morier estaba servido y pronto se vislumbró que aquello iba a erigirse en una batalla con un solo desarrollo y dos únicas salidas: la resta de segundos incesantes e imparables que podía conducir a una ‘muerte’ lenta y dolorosa para la hasta entonces líder o un ‘morir’ en la orilla sin premio para la osada francesa.

Se dio la segunda y la respuesta llegó antes de lo esperado, cuando la dinámica se detuvo a 5K de meta – y con ella se puso fin al goteo de tiempo y a las opciones de una Morier que no podrá decir que no lo intentó.

Sin más sustos, Alanis Siffert (4:03:29) se alzaba la victoria y al mismo tiempo que alargaba su buen momento ponía su sello de oro en otro de esos llamados triatlones duros. Émelie Morier () era segunda y se quedaba con la miel en los labios del doblete Zuia-Zarautz, mientras que Marta Łagownik () certificó su bronce sin oposición.