El alemán ha compartido datos de St. George, que dan una idea del tremendo nivel que se requiere para rodar en el primer grupo

Quizás una 5ª posición en un mundial puede no parecer demasiado ante la grandeza de las gestas de los noruegos. Pero cuando aún tienes 25 años, la proyección es la de un triatleta del que vamos a oír hablar durante las próximas temporadas.

Funk es un triatleta contemporáneo. Adaptado al entorno virtual que hoy en día necesita un profesional del trideporte, es además uno de los pocoso que no se esconde en compartir sus datos. Sean en entrenamiento, carrera o test de campo, el discípulo de Dan Lorang se muestra totalmente transparente ante los seguidores y rivales.

El del Erdinger preparó a consciencia el Mundial 70.3 como uno de los objetivos del año. 1 mes específico de preparación en la zona junto con Nicolas Mann (que no tomó la salida) dieron sus frutos. En carrera, marcó el segundo mejor parcial con 2:00:27, solo superado por Ditlev con 1:59:58. Movió una media de 313w, que son 335w normalizados, y un pico de 383w que mantuvo durante 10′ en una de las subidas de la jornada. La velocidad media fue de 44,9 km/h, una máxima de 82 km/h y una cadencia media de 85 rpm.

Tenemos un artículo en el que recolectamos todos los datos de su test de laboratorio de hace unos meses

A todo ello, hay que sumar la dificultad que suponía hacer frente a las condiciones climatológicas de ese día. Al iniciar el segmento de bici, la temperatura era de unos 4ºC  (sensación térmica de 7ºC por la humedad), por lo que la demanda energética quedaba secundada al mantenimiento de la temperatura corporal. Por ello, vimos a la gran mayoría de triatletas, con algún tipo de capa térmica entre la piel y el tritraje.

Su carrera a pie fue sólida, de hecho, se encontró mejor en la segunda vuelta que en la primera. Un ritmo medio de 3:38/km para un recorrido duro, que le valió la 5ª plaza final y 96,99 puntos para el ranking PTO (dónde ocupa el 19º lugar).

Su actividad completa de Strava, aquí.