Eneko Llanos, un recio chicarrón del norte con un carácter y un físico forjado en esas tierras vascuences cuna de grandes deportistas en la que las montañas y el clima curten hasta el extremo de llevar al bueno de Eneko a su undécima participación en la meca del triatlón en las Islas Hawaii, una cifra al alcance de muy pocos.
Eneko es un tipo familiar y para mi, un deportista de los de antaño. Entrenar duro, constante, sin hacer más ruido del que sus obligaciones como profesional le llevan a publicar alguna foto o alguna señal de vida en redes sociales que agradecemos su ejército de seguidores para saber que sigue al pie de cañon.
Al récord de once participaciones, su segunda plaza en el Campeonato del Mundo IRONMAN en 2008 le convierte en el mejor español y uno de los pocos elegidos a nivel mundial en catar un podio en Kona. Sus participaciones han ido desde este histórico hito a otros peores e indeseados finales pero Eneko jamás ha renunciado a estar en lo más alto de nuevo y ahora, a punto de cumplir los 40 años el de Vitoria se planta de nuevo en Kailua-Kona para retar a los más fuertes del triatlón internacional de larga distancia.
Y lo mejor es que todos ellos saben quien es Eneko y saben de su potencial que va más allá de su veteranía. Hay mucha, muchísima clase en el vasco y mucho tiempo aún para catar sus virtudes como triatleta y disfrutar de sus victorias.
Eneko llega este año a Kona con el contratiempo de la infección de orina que le ha privado entrenar con la regularidad que acostumbra pero en declaraciones al portal noticias de Alava el vitoriano se siente bien y tiene claro su objetivo “Para mí la carrera perfecta este año sería terminar como en 2015 pero firmando una buena maratón. En los últimos Ironman no he rendido a mi nivel en la carrera a pie, por lo que si me sale una maratón decente creo que puedo tener un buen resultado”
Respecto a su aclimatación a Kona Eneko comentaba que “Lo he probado todo a la hora de venir aquí y es curioso comprobar que mis mejores resultados se han dado cuando he llegado con menos tiempo a la isla, pero tampoco creo que sea un factor determinante. Me suelo adaptar rápido al cambio horario y no sufro el jet lag”.
ZORTE ON ENEKO
