Después del “mal” resultado en el IRONMAN de Kalmar, el triatleta sueco se dio cuenta de que había descuidado un aspecto muy importante
En el IRONMAN celebrado en Kalmar el pasado agosto, todo apuntaba a un duelo en el segmento ciclista entre Alistair Brownlee -quien se acabó llevando la victoria- y el local Rasmus Svenningsson. A pesar de su corta estancia en el triatlón profesional, el de Scott ya se ha asentado como uno de los mejores ciclistas del panorama internacional.
Sin embargo, esta temporada -su tercera como PRO- no está consiguiendo demostrar ese potencial en competición. De subir 3 veces consecutivas al podio en pruebas IM la temporada pasada, a tener que retirarse en IM Alemania y acabar 10º en IM Kalmar, después de tener que parar a vomitar a los 20 minutos de bici e ir 100w por debajo de lo planeado.
En pretemporada sufrió un atropello que le dejó un tiempo sin poder entrenar, pero los entrenamientos estaban yendo bien y él se sentía preparado para volver a disputar una prueba del máximo nivel.
¿Cuál ha sido el error entonces?
Después de analizar sus últimos años de entrenamiento, Svenningsson se dio cuenta de que “he acumulado una buena cantidad de experiencia en la transición de la bicicleta a la carrera a pie, como en los primeros 20-25 km del maratón. Lo que, sin embargo, no he hecho, es investigar a fondo el impacto de la natación y las implicaciones de los diferentes esfuerzos durante esta disciplina para las partes restantes de la carrera. Esto es, por supuesto, completamente inaceptable para un atleta profesional, especialmente porque he sentido que la natación podría desgastar mucho más de lo que generalmente se supone”.
Su solución al problema
Para intentar que no vuelva a ocurrir, Rasmus ha comenzado a preparar el proyecto “Nunca volver a encontrarme en una zanja vomitando a los 20 minutos de la bici en un IM”, que básicamente consiste en familiarizarse más con las situaciones de competición. Una de esas cosas que parecen obvias, pero en lo que, a veces, hasta los mejores del mundo fallan.

Intentando simular al máximo un día de competición, Svenningsson se ha levantado a la misma hora en la que lo haría en un IM (4a.m.), ha calentado a la hora que lo haría en competición y exactamente lo mismo que hará en su próxima prueba, y después ha realizado 3x1300m nadando (ritmo IM), con 20s-30s de descanso para medir el lactato. Una vez ha terminado la última serie, ha ido corriendo a casa (unos 5 minutos) como si fuese una transición y se ha subido en el rodillo para hacer un entrenamiento en bici, con una serie nada más empezar de 45 minutos a 320w (lo que suele mover en IM), midiendo el lactato cada 10 minutos.
Con este “experimento”, se ha dado cuenta de que los niveles de lactato en bici, a 320w después de nadar, están bastante por encima de cuando hace series a esa misma potencia sin haber nadado justo antes.
Por lo que, de ahora en adelante, intentará que repitiendo este tipo de entrenamientos, el cuerpo consiga adaptarse, y si no, se plantea también empezar los primeros 10 minutos de la bici más suave (a 270w-280w), para así limpiar todo el lactato creado durante la natación y la transición.









