Se proclamó subcampeón del Mundo, pero antes Magnus Ditlev pensó que su carrera había terminado. Así de tajante se mostró el danés en las horas posteriores en Kona.
Hay favoritismos que se forjan durante toda una temporada y otros, a la postre más verdaderos que se crean sobre el mismo escenario en tiempo real. El pasado fin de semana Magnus Ditlev reunía ambas características poco antes de finiquitar el segmento ciclista.
LAIDLOW, EL MAYOR ERROR DE DITLEV EN KONA
Como pudimos ver, la suya aparentaba ser una posición privilegiado al llegar a la T2 en tercer lugar detrás del entonces líder Sam Laidlow ubicado seis minutos por delante suyo y de Robert Kallin. Sin embargo, todo era una máscara tras la que escondía su sufrimiento.
Ahora, el danés ha admitido que llegó a la transición completamente desecho tras padecer lo indecible en los últimos kilómetros sobre las dos ruedas y tiene claro el porqué de ese desfonde “Pagué el intentar seguir el ritmo de Laidlow”. Paradójicamente, mientras Ditlev apunta a su obsesión por dar con el francés como culpable de su situación, Kristian Blummenfelt ha hecho lo propio con él, indicando que se cebó al tratar de mantenerse a su par tal y como hemos recogido en las últimas horas.
Regresando a Ditlev, el nórdico confiesa que su desfallecimiento fue de tales dimensiones que el ganador en Roth pensó que ahí finalizaba su participación “Sí, estaba muy seguro de que mi día había terminado cuando entré en la T2”.
“VERLOS REVENTAR ME DEVOLVIÓ LA MOTIVACIÓN”
Una sensación que marcó su mentalidad de cara a la carrera a pie. Una maratón que comenzó más con el afán de terminar que de luchar “Me dije a mí mismo que al menos saldría a un ritmo fácil que pudiera mantener hasta la curva de Ali’i Drive”. Una actitud que se produjo en una progresiva perdida de posiciones hasta que los huecos se estabilizaron y comenzó otro de los actos de la carrera, las explosiones y con ellas un cambio de chip en Ditlev: “La gente reventaba por todas partes y yo puse un pie delante del otro y de repente me encontré cerca del podio y volví a encontrar la motivación”.
Magnus salvó la bala del sobreesfuerzo y se hizo con su mejor resultado de siempre en el Mundial de forma totalmente inesperada, lo que muestra que la gestión de esfuerzos de Laidlow y Blummenfelt fue todavía peor.









