El danés se lleva el cara a cara con Van Riel con una segunda mitad de carrera impecable y Schomburg se convierte en el animador necesario del día.

El duelo entre Magus Ditlev y Marten Van Riel capitulaba la atención del primer Ironman de la temporada de las Ironman Pro Series y el duelo entre el subcampeón del mundo de la distancia y el hombre que arrasó en el circuito T100 en 2024 no defraudaba con un primer episodio en Ironman Sudáfrica marcado en tres actos: atrevimiento, sometimiento y rendición.

VAN RIEL GOLPEA PRIMERO


Si hay algo que caracteriza a Ironman Sudáfrica es la incógnita acerca de su segmento de natación. Nadar los 3,8K, hacerlo en una versión reducirla de 750m o directamente cancelarla son tres opciones tan probables como que salga el sol.

En esta ocasión, la moneda salió cara para los mejores especialistas que afilaban sus colmillos al comprobar como las aguas sudafricanas permitían mantener el kilometraje original. En un patrón completamente distinto al que ofrecería la élite femenina, la carrera masculina la acción establecía a un cuarteto al frente en los primeros 1,8K formado por el anfitrión Jamie Riddle, el alemán Jonas Schomburg, el británcio Andrew Horsfall-Turner y uno de los grandes candidatos a la victoria, Marten Van Riel. Los cuatro lograban fijar una ventaja cercana al minuto respecto a Joshua Lewis, en esos momentos su principal perseguidor; y esta se elevaba al 1’20” con el grupo en el que navegaban Magnus Ditlev o Léon Chevalier.

Un guion que se mantuvo inalterable hasta los últimos compases cuando Van Riel logró abrir una brecha mínima de una decena de segundos respecto a los que habían sido sus compañeros de viaje. Con el belga al frente se llegó a una T1 en la que los Ditlev y Chevalier aparecieron con casi tres minutos perdidos.

DITLEV, UN ‘CANÍBAL’ SOBRE LAS DOS RUEDAS


Schomburg sorprendía al ponerse en cabeza incluso antes de subirse a las bicicletas al tomar la iniciativa con una transición fulgurante. Entonces, la carrera viró a un tramo de unos 20K especialmente provechosos para el alemán quien conseguía aunar un rédito de un minuto con Van Riel, mientras Ditlev y Lewis comenzaban escalar posiciones y recortar tiempo con el líder.

Dúo que posteriormente Ditlev disolvía para marcharse en solitario y asumir una segunda posición que contó con el beneplácito de un Van Riel quien estratégicamente se mantuvo ‘a rueda’ del danés. Entente ‘amistosa’ que llevó a ambos a ‘respirar en la nuca’ de Schomburg justo antes del ecuador y, en el caso de Ditlev a superarlo inmediatamente después.

Con ese movimiento del subcampeón del mundo la carrera tomaba un nuevo rumbo, Ditlev subía una marcha más y su bicicleta se convertía en una moto sin motor, mientras Van Riel se quedaba junto a Schomburg, quien por el momento no pagaba su osadía inicial. Fue tal el golpe sobre la mesa del nórdico que al bajarse de las dos ruedas la distancia que le separaba de los otros dos hombres del podio ascendía a 6’30” y la carrera  y el podio estaban completamente sentenciados. Entre el TOP3 y el resto existía un mundo, que numéricamente se tradujo en casi 20 minutos de margen.

DITLEV, UN TRIUNFO SIN ‘PEROS’ ACOMPAÑADO POR ‘NOVATOS’


En ese contexto, Van Riel arrancó un maratón a lo imposible, atrapar a Ditlev. Un propósito que trató de imitar Schomburg, pero al que tuvo que renunciar a las primeras de cambio. No obstante, tras un primer cuarto donde el belga avanzaba con un ritmo superior al del danés y le servía para secar un minuto, los tiempos de paso del de Virum y el de Loenhout se sincronizaban antes de llegar al medio maratón. A partir de ese punto, Ditlev tuvo la prueba completamente bajo control en un baile de segundos arriba y segundos abajo acompasados para nunca entregar más de lo necesario a Van Riel. Igual que Schomburg que danzaba en solitario con una tercera plaza para la que no tenía rival.

Nada cambió y Magnus Ditlev cruzaba la línea de meta para conquistar  Ironman Sudáfrica en 7:44:55 y certificar su pasaporte al Mundial de Niza. Algo que también hacían un Marten Van Riel (7:49:28) que saboreaba la plata en su segundo full distance y un Jonas Schomburg (7:52:19) que con su tercer puesto debutaba por todo lo alto al conseguir semejante honor en su estreno en la larga distancia y lo señalaba como la relevación del día. Un segundo y tercer lugar de ambos olímpicos que demuestran una vez más el poderío de los hombres de la corta distancia una vez saltan al evento de resistencia por excelencia del triatlón.