Revisamos los números de la natación, el ciclismo y la carrera a pie para entender si el triatlón es justo con sus tres disciplinas y abrimos el debate.

De entre las variedades deportivas que constan de más de un deporte, hay algunas -pocas- en las que la importancia de cada una de las disciplinas es igual a la de las demás, como por ejemplo ocurre en el decatlón o su hermano pequeño el heptatlón. Sin embargo, en la mayor parte de los multideportes no es así, observándose que dentro de ellos hay disciplinas que tienen más peso que otras. Así ocurre con el duatlón (ciclismo y carrera), el biatlón (esquí de fondo y tiro), el pentatlón (esgrima, natación, equitación, carrera a pie y tiro) y, por supuesto, con nuestro amado triatlón. Pero, ¿hasta qué punto hay desproporción entre los segmentos de nuestro deporte?

TRIATLÓN: UN PASTEL DE PROPORCIONES Y PORCIONES DISTINTAS


Ya a primera vista se aprecia que las distancias que se recorren en cada uno de los tres deportes son muy distintas. Analicemos los datos:

Calculando las proporciones de cada uno de los segmentos con respecto al total, obtenemos el siguiente gráfico:

[1] Datos recopilados del sitio web de la ITU, de https://www.tri247.com/ y de https://www.coachcox.co.uk/

Vemos que la distancia que se recorre en natación apenas representa el 3% del total, y eso en la distancia olímpica, porque en la media y larga distancia ese porcentaje se reduce a casi la mitad, un 1.68%. Por otro lado, el ciclismo aporta entre el 78% y el 80% de la distancia total, porcentaje que claramente está muy desproporcionado. Sin embargo, es necesario tener en cuenta otro tipo de consideraciones antes de hacer una valoración definitiva. Para empezar, es necesario tener en cuenta que la velocidad a la que se nada, se va en bicicleta o se corre son muy diferentes, por lo que se hace necesario analizar el tiempo que se tarda en completar cada segmento para ver cuál es la proporción (o desproporción) real.

EL TIEMPO EQUILIBRA LAS DISTANCIAS


Para analizar la variable “duración”, hemos calculado los tiempos medios de los 10 primeros clasificados en 3 importantes triatlones recientes de diferentes distancias[1]:

  • La final masculina de las World Series de triatlón Torremolinos ‘24
  • El Campeonato del Mundo masculino de Ironman 70.3 Taupo ‘24
  • El Campeonato del Mundo femenino de Ironman Niza ‘24

Un rápido vistazo a los dos gráficos nos revela que, al tener en cuenta la duración de cada segmento, las desproporciones son mucho menores, aunque siguen siendo considerables.

  • En distancia olímpica, pasamos de 3%, 78%, 19% a 19%, 52%, 29%.
  • En Ironman, de 2%, 80%, 19% a 9%, 57%, 33%, lo que se muestra como mucho más proporcionado y razonables.
  • En media distancia las proporciones son prácticamente iguales a las de larga, lo que parece lógico, ya que la distancia media se obtiene simplemente dividiendo la distancia larga entre dos, y eso hace que se mantengan las proporciones.
  • No se aprecian diferencias significativas en las proporciones entre la categoría femenina y la masculina, debiéndose las pequeñas diferencias posiblemente a las distintas características de los circuitos en los que transcurren las pruebas analizadas.

Lo más llamativo, desde nuestro punto de vista, es la gran diferencia que hay entre la importancia de la natación en la distancia olímpica y la media/larga, duplicándose el porcentaje (19% frente a 9%).

ENTRE LOS ORÍGENES ANDA EL JUEGO… Y LA CLAVE


Las causas de esta diferencia entre las proporciones de los distintos segmentos del triatlón en distancia olímpica y media/larga las podemos encontrar en los orígenes de cada una de ellas.

IRONMAN O LA FUSIÓN DE EVENTOS HAWAIANOS

El origen de la distancia Ironman lo encontramos en Hawaii en 1978, cuando el comandante de Marines John Collins y su mujer, Judy, organizaron una carrera que unía las tres competiciones más duras de las islas: la de natación Waikiki Roughwater, la de bicicleta Around-Oahu y el maratón de Honolulu. Sale de ahí una distancia emblemática para nuestro deporte: 3,8 km. de natación, 180 km. de bicicleta y 42,195 km. de carrera a pie. Si bien emblemática, también cabe opinar que quizás sea un tanto aleatoria, ya que, si esa carrera se hubiese organizado en otro lugar, las distancias habrían sido otras.

OLÍMPISMO EN FORMA Y ESPEJO DE LOS ORÍGENES MODERNOS

El origen de la distancia olímpica, por su parte, lo encontramos en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, en los que el comité organizador decidió usar distancias que aproximasen más la duración de cada una de las fases de la competición, decantándose por distancias que además ya eran tradicionales en otros deportes olímpicos: 1.500 m. de natación, 10 km. de atletismo y 40 km. de ciclismo (que se aproximan a las distancias que se suelen recorrer en la prueba de contrarreloj individual de ciclismo, entre 40 y 50 km. habitualmente). Esta distancia olímpica, al dividirse, da lugar a su vez a la distancia sprint.

CONCLUSIONES FINALES


El análisis nos permite observar una serie de patrones.

  • DESPROPORCIÓN: La duración relativa de los diferentes segmentos del triatlón no está del todo proporcionada, y aún menos en media y larga distancia.
  • NATACIÓN INFRAREPRESENTADA: Cabe preguntarse si la menor importancia relativa de la natación en media/larga puede ser una de las razones de que algunos triatletas prefieran estas distancias frente a la olímpica.

A pesar de ello, nos preguntamos, ¿deberían igualarse más las distancias del triatlón? Desde nuestro punto de vista, probablemente no, y el aspecto competitivo, el factor televisivo-económico y la tradición son nuestro principal argumento:

    • Los mejores nadadores tendrían demasiada ventaja en las pruebas en las que se permita el drafting.
    • Una prueba en la que la natación tuviese una duración equivalente a la de las otras disciplinas sería menos atractiva para el público, que tendría que ver desde la orilla (o en TV) y durante un largo período de tiempo, a un grupo de nadadores a los que ni siquiera puede identificar. Se perdería espectacularidad.
    • Las distancias actuales están muy arraigadas en la comunidad triatlética y todo el deporte gira en torno a ellas. Cambiarlas tendría un gran coste a todos los niveles y pocas ventajas potenciales.

Y vosotros, ¿qué pensáis?