No hay mejor laboratorio para poner a prueba unas zapatillas de trail que la alta montaña. Y si encima se trata del imponente entorno de la Vall de Boí, durante un evento como el Garmin Mountain Festival, la experiencia se convierte en inolvidable. Este fin de semana tuve el privilegio de participar en la Epic Trail Sky, una media maratón de montaña de 24 kilómetros y más de 1.800 metros de desnivel positivo. Un recorrido técnico, salvaje y espectacular, que me llevó al límite… y me permitió testear a fondo las nuevas Joma TR900.
Ya desde el día anterior al dorsal, el ambiente era especial. Tuve la suerte de ejercer como embajador en la social running organizada por JOMA, una experiencia colectiva en la que compartimos kilómetros y sensaciones con otros corredores en un entorno mágico. Un calentamiento perfecto para lo que vendría al día siguiente.

La salida del Epic Trail Sky fue intensa. Nada más comenzar, la pendiente se empinaba sin compasión. El corazón se aceleraba al mismo ritmo que las zapas se ponían a prueba con la tierra húmeda del Pirineo. Y fue ahí donde noté el primer punto fuerte de las TR900: la tracción. Con un taqueado profundo y bien distribuido, las zapatillas ofrecieron una sujeción impecable, incluso en zonas de barro o piedra suelta.
El recorrido no daba tregua. Bajadas técnicas, tramos expuestos, senderos revirados… Pero a pesar del castigo, la amortiguación de las TR900 respondió con nota. Especialmente en los descensos más largos, donde mis piernas agradecieron la protección extra que ofrece su media suela. Otro detalle que me sorprendió fue la estabilidad lateral, muy conseguida gracias a una estructura que te sujeta sin oprimir. Incluso con los pies ya cansados en la segunda mitad de carrera, pude mantener un ritmo fluido.
Crucé la meta con una sexta posición en mi categoría que me dejó más que satisfecho, tanto por el resultado como por las sensaciones. Pero más allá de los números, me quedo con la vivencia: una carrera exigente en uno de los rincones más bellos del país, rodeado de montañas, compañeros y ese espíritu de comunidad que solo se respira en el trail.
Y sí, también me quedo con el rendimiento de unas zapatillas que me han sorprendido por su polivalencia. Las Joma TR900 han demostrado estar a la altura de un entorno épico. Literalmente.
JOMA TR900 SOBRE EL TERRENO
Las Joma TR900 me han sorprendido gratamente por su rendimiento en un terreno tan exigente como el de la Epic Trail Sky. Desde el primer kilómetro, destacaron por su excelente tracción, incluso en zonas de barro, roca húmeda o pendientes pronunciadas. El taqueado agresivo y bien distribuido aporta seguridad y confianza, tanto en subidas como en bajadas técnicas. A nivel de amortiguación, ofrecen una respuesta equilibrada: suficiente protección para los impactos en descenso sin perder sensibilidad del terreno, algo que agradezco especialmente cuando corro por zonas técnicas.
El ajuste al pie es firme pero cómodo, con un upper resistente que protege ante impactos con raíces o piedras sin generar roces. Además, la estabilidad lateral es otro de sus puntos fuertes, clave para mantener el control en sendas estrechas y con mucha inclinación.

Pese al desgaste propio de una carrera de más de 1.800 metros de desnivel, las zapatillas mantuvieron su integridad estructural y un buen nivel de confort hasta la meta. En definitiva, las TR900 se comportan como un modelo fiable, robusto y apto para corredores que buscan un equilibrio entre protección y agarre sin necesidad de gastar el doble. Una opción muy a tener en cuenta dentro del trail nacional.









