Cassandre Beaugrand se convierte en la nueva reina del triatlón femenino en los Juegos Olímpicos de París en una carrera rota por la natación.
El triatlón ya tiene campeona y deja atrás la pesadilla de un Sena, que marcó las horas previas y sentenció en lo deportivo.
HABEMUS TRIATLÓN
Parecía imposible dados los acontecimientos de las últimas horas, pero hubo milagro y si Moisés abrió las aguas en el pasaje bíblico, el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y la Unión Internacional de Triatlón recibieron de madrugada luz verde acerca de la salubridad del río Sena.
Descargados del mayor de los temores, un cielo gris recibía a las 55 triatletas dispuestas a luchar por la gloria olímpica en París.
FLORA DUFFY ALECCIONA EN EL SENA Y LO ROMPE TODO
El bocinazo de salida deparaba un comienzo lento en la zona central donde se ubicaban las principales favoritas al oro, aquejadas por una mal entendida salida falsa que resultó ser clave y perjudicial para los intereses españoles.
Ya a remojo, un caudaloso Sena les esperaba en una primera vuelta de 900m en la que las triatletas se aferraban a las boyas más próximas a la orilla protegiéndose de las fuertes corrientes que afrontaban a contracorriente. Las primeras brazadas evidenciaron que iba a ser una natación extremadamente dura y favorable para las mejores especialistas del segmento acuático.
En cabeza, la defensora del título, Flora Duffy, quien rompía la carrera y ganaba unos metros antes de poner un pie en el pontón, antes de volver a sumergirse en el agua. Tras ella, la carioca Vittoria Lopes y la italiana Bianca Seregni a ocho segundos, anticipando a un grupo de once unidades a dijeseis segundos entre las que se encontraban Beth Potter, Cassandre Beaugrand, Emma Lombardi, Georgia Taylor-Brown o Lisa Tertsch. En tierra de nadie, Anna Godoy a unos cincuenta segundos y a continuación el segundo gran grupo con Jeanne Lehair, Taylor Knibb o Miriam Casillas.
El remonte del Sena en la segunda vuelta de 600m no hizo más que potenciar las diferencias: a casi medio minuto salía el primer grupo y un minuto después lo hacía el segundo paquete en el que Godoy había quedado reintegrada. Casillas perdía más de cuatro minutos.
CARRUSEL DE CAÍDAS EN UNA INAMOVIBLE BICI
La transición no cambió la solitud de Duffy. La bermudeña no buscó la compañía de nadie y decidía aventurarse en solitario por las adoquinadas y mojadas calles de la capital francesa. Pronto, dos caídas avisaban de lo complejo de rodar por ellas y le daban la razón a Duffy.
La anarquía reinó en la primera vuelta y eso permitió a la campeona ampliar sus distancias. Una tendencia que cambió por completo cuando la suiza Julie Derron tomó el mando del grupo perseguidor (14 unidades) y asumió la caza. Casi sin relevos llegó a la altura de Duffy, mientras que Lopes, Seregni y Tertsch perdían el contacto tras dar su cuerpo en el suelo en sendas caídas. Peor suerte corrió Lehair detrás. La luxemburguesa fue incapaz de retomar la marcha tras ser otra de las múltiples víctimas de los costalazos.
A partir de entonces, el segmento sobre las dos ruedas se convirtió en un pulso entre Taylor Knibb y su grupo (en el que se encontraba Anna) por recortar las diferencias y Derron y el TOP10 por mantenerlas intactas. Una voluntad con dos capítulos. El primero, favorable para Knibb y Godoy en el que pudieron morder medio minuto hasta situarse a un minuto de las líderes. El segundo, beneficioso para las mujeres que parecían destinadas a luchar por las medallas y diplomas. Un TOP10 que en el último tercio rodaba acompasado y sincronizado antes de perder a Laura Lindemann a consecuencia de la enésima caída del día.
A pesar de un amago de escapada de Duffy y Derron justo antes del toque de campana, la carrera llegó a la T2 con el TOP9 compacto que se dirigió a los 10K finales con una renta de +1:04.
GLORIA FRANCESA DE BEAUGRAND
La propia Derron lanzaba los primeros metros de la carrera a pie, donde una Taylor-Brown algo más lenta tuvo que remontar para atrapar también a Beaugrand, Lombardi, Potter, Duffy, Maya Kingma.
Era la propia helvética la que daba otra muestra de su fortaleza al poner una marcha más y dejar seleccionada la carrera con cuatro mujeres; Beaugrand, Lombardi, Potter y ella misma. Nueve segundos les respaldaban al final de la primera de las cuatro vueltas que quedaban para el final. En el ecuador, nada cambiaba. Derron se mostraba intratable y lideraba con firmeza al cuarteto. Su táctica, sencilla, un ritmo que no diese pie a contraataques esperando que sus rivales cayeran como fruta madura. Una estrategia que reforzó en el toque de campana sin el éxito que buscaba.
La que sí lo hizo cuándo y cómo quiso fue Cassandre Beaugrand (1:54:55). Un único movimiento pero matador. Nadie la pudo seguir y se marchó directa a conquistar su primer oro olímpico delante de toda la afición francesa que la jaleaba devota. Por detrás, Julie Derron demostró que lo suyo hoy no era un farol y sin verse traicionada por su generoso esfuerzo en la bici y la carrera a pie se hacía con un merecidísimo subcampeonato olímpico. Quizá, la plata más inesperada en las apuestas. Beth Potter se hacía con el bronce.
En clave española, tanto Anna Godoy como Miriam Casillas se aprovecharon de una gran carrera a pie para remontar posiciones. En el caso de Godoy, la catalana completaba sus segundos Juegos Olímpicos en 17ª posición (1:58:13). Mientras que Casillas (2:01:46) acababa 33ª sus terceros.