El noruego revela qué condición física casi le cuesta la victoria en suelo estadounidense y señala la calidad y peligrosidad de Antonio Benito.
Kristian Blummenfelt demostró este sábado que se encuentra más hambriento que nunca y no quiere dejar títere con cabeza en 2025. Un propósito para el que incluso ha perfeccionado el arte del disimulo puesto que dos días después de su dominante triunfo en Ironman Texas ha confesado que logrado no fue un camino de rosas.
“PERDÍ EL CONTROL DE LA CARRERA” LA GRAN CRISIS DE BLUMMENFELT
El noruego ha sorprendido en Pro News afirmando que superó una gran crisis en los últimos kilómetros sobre la bicicleta. “Empecé a tener calambres en el kilómetro 170. Por suerte conseguí controlarlos y aliviar mis cuádriceps”.
Un aprieto que solo profundizó en la delicada posición “a contracorriente” en la que Blummenfelt se encontraba desde que Robert Kallin aceleró al grupo. “Perdí el control del grupo en la segunda vuelta y después me quedé a ciegas al tener que discernir en carrera entre Grupos de Edad y Pro’s. No me sentí seguro hasta que recuperé los 45 segundos y me reincorporé al pelotón”. No obstante, una preocupación con nombre propio le siguió hostigando “No sabía qué se guardaba Antonio (Benito) para la carrera a pie”.
“VI FACTIBLE EL 7:21”
Nada de eso pareció suceder a ojos del resto cuando Blummenfelt más ‘toro’ que nunca que nunca rodó por debajo de la plusmarca histórica del circuito con 3:57:14 (antes 4:01:14) y ganó con un contundente 7:24:20 que lo sitúa en el TOP2 de la historia, solo detrás del 7:23:24 de Magnus Ditlev en un campo tan propicio a ello como Challenge Roth (2024). Un registro en el que sí pensó y quiso batir (también el del maratón) “al comienzo pensé en ganar la carrera, pero luego hice cálculos y creí factible el 7:21”. La tercera vuelta de la carrera a pie rompió sus esperanzas, pero pone sobre aviso acerca el sueño de echar abajo la barrera del 7:20. Razones no le faltaban para ello.
“Me sentí como si volara hasta el kilómetro 33-34 de la carrera a pie. Luego tuve que esforzarme algo más, pero no se pueden superar los 42 km sin llegar al límite del sufrimiento” afirma Blummenfelt cuyo maratón concluyó en 2:34:03 y fue siete minutos más veloz que el segundo mejor en ese segmento, el danés Daniel Bækkegård (2:41:01) y casi ocho respecto a Antonio Benito (2:41:56).
UNA PISTA CONDENÓ A BENITO ANTE BLUMMENFELT
El ‘melón’ se ha ganado el respeto absoluto del que fuera campeón del mundo Ironman y olímpico. Ya hemos visto como el español era el hombre al que Blummenfelt controlaba desde el segmento ciclista, consciente de su poderío en la carrera a pie, especialmente “en condiciones cálidas” y solo una grieta en el comportamiento de Benito le dio la seguridad y la clave al noruego para atacarle sabiéndose ganador “Cuando Benito estaba dictando el ritmo vi que respiraba un poco peor que yo y supe que era el momento”. El resto ya es historia.
TRIUNFO CRUCIAL EN CLAVE FRANKFURT
Después de la decepción de Oceanside, la victoria de Ironman Texas y sus puntos en el bolsillo solo han hecho que incentivar su deseo de conquistar las Ironman Pro Series 2025. “Estos 5.000 puntos son cruciales porque siempre puedo hacer otro Ironman 70.3 si Aix-en-Provence sale mal, pero incrustar otro Ironman hubiese sido un desafío”.
No obstante, el territorio vaquero sobre todo le ha dado aire tanto para este objetivo como para afrontar desde una perspectiva más concreta y menos globalista sus siguientes eventos, particularmente el Campeonato de Europa en Ironman Frankfurt y el propio Mundial de Niza. “Tras ganar en Texas podré trabajar más específicamente el umbral extensivo y la intensidad de cara a Frankfurt y después realizar el bloque de ritmo de carrera de cara a Niza”. A los que se suma un Ironman 70.3 Aix-en-Provence en el que correrá más liberado de responsabilidades y urgencias.
“COMPETIR CONTRA ELLOS ES UN JUEGO PELIGROSO PERO DIVERTIDO”
Algo que se percibe en sus palabras, centradas por completo en la cita alemana donde volverá a duelarse con Rudy Von Berg y se reencontrará por fin con Magnus Ditlev.
Una batalla a tres que espera con ganas. “Siempre es un desafío competir contra ellos porque solo corren por la victoria, no les vale el podio” a lo que añade “es un juego peligroso, pero es un juego divertido. Ambos son triatletas bastante agresivos y siempre intentan maximizar sus fortalezas, maximizando mis debilidades o tratando de atacarme antes de la carrera a pie para que nunca tenga una carrera fácil en el recorrido.